Un día antes del inicio del cónclave que eligió al nuevo papa León XIV, comenzaron a circular un dossier y varias publicaciones que acusaban al cardenal Robert Prevost de haber encubierto casos de abusos sexuales en Perú y Estados Unidos. En el caso más detallado, se le señala por no haber actuado contra dos sacerdotes denunciados por abusos en Chiclayo (Perú) en 2004, más de una década antes de que él fuera obispo de esa diócesis. El caso fue archivado por la justicia civil, pero la diócesis reabrió la investigación en 2023. Periodistas peruanos relacionan las acusaciones con una campaña de desprestigio impulsada por el disuelto Sodalicio de Vida Cristiana, cuyos abusos Prevost contribuyó a destapar.
La denuncia de Chiclayo señala que tres niñas entre 9 y 11 años acusaron a dos sacerdotes de haber abusado sexualmente de ellas en 2004. Según el dossier, Prevost habría ocultado los hechos, aunque en ese momento no era obispo de esa diócesis, cargo que asumió en 2015. Estas mismas acusaciones ya se difundieron en septiembre de 2024 en un reportaje en América TV. Un día después de que se publicara, la diócesis de Chiclayo respondió que “no corresponde a la verdad” que el entonces obispo hubiera encubierto a los sacerdotes señalados.
Según este comunicado, la diócesis de Chiclayo recibió la denuncia en abril de 2022, ya bajo el liderazgo de Prevost, y la remitió al Dicasterio para la Doctrina de la Fe para su investigación. La justicia peruana archivó el caso por prescripción en 2023; meses después, el Vaticano también lo archivó.
A finales de 2023, tras las críticas públicas de una de las denunciantes, la diócesis decidió reabrir el proceso desde lo eclesiástico. Según asegura la diócesis en el comunicado, esa denunciante no se presentó tras la reapertura. A septiembre de 2024 seguía abierta la investigación. El sitio Maldita.es consultó a la diócesis para conocer el estado actual sin haber recibido respuesta.
Otro caso en Estados Unidos
Otro episodio mencionado en el dossier involucra a un sacerdote en Chicago. Según los documentos, Prevost permitió en el año 2000 que el sacerdote James Ray residiera cerca de una escuela secundaria, pese a haber sido apartado por abusos en 1991. En esa época, Prevost era supervisor provincial de los agustinos en esa ciudad.
Tras la elección del papa, la Red de Sobrevivientes de Abuso por Sacerdotes (SNAP) emitió un comunicado dirigido al Vaticano expresando su “gran preocupación” por la elección de Prevost como pontífice. El documento repite las acusaciones del Informe Prevost, tanto en el caso peruano como en el estadounidense.
El contexto en el que se difunde el dossier también ha sido puesto en duda. Los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz, que investigaron los abusos en el Sodalicio de Vida Cristiana, han vinculado estas acusaciones a una campaña organizada por dicha institución —disuelta por el papa Francisco en 2025— para desprestigiar al nuevo papa. Según Ugaz, “el papel de León XIV fue determinante, de perfil bajo. Fue gracias a su gestión que se destituyó a un obispo muy poderoso”, en referencia al arzobispo emérito de Piura, José Antonio Eguren.
Prevost también se manifestó en contra del encubrimiento de abusos durante una entrevista en 2019 al diario La República, cuando era obispo de Chiclayo. En ella afirmó que “si sufrió o es víctima del mal actuar de un sacerdote, que venga y lo denuncie, para actuar por el bien de la Iglesia, de la persona y la comunidad”.
*Con información de la Agencia de Contenidos de Maldita.es