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Trabajadores, ayer, en el centro del INAU ubicado en General Flores y Bulevar Artigas.

Foto: Javier Calvelo

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Nuevos espacios para adolescentes en conflicto con la ley.

En breve, el Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU) habilitará un centro de reclusión en Montevideo para desagotar los saturados sitios transitorios donde ingresan los jóvenes en conflicto con la ley. En el predio aledaño al hogar a inaugurar están los contenedores que conformarán otro ámbito para chicos en esa misma situación; el tema no está exento de polémicas, por la calidad de vida que ofrecen esas soluciones.

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El nuevo hogar no tiene nombre todavía, aunque un cartel sobre la vereda lo identifica como Centro de Medidas Cautelares. Se ubica sobre la Avenida General Flores, próximo al cruce con Bulevar Artigas. En la misma manzana hay otras dependencias de la institución: un hogar femenino para adolescentes privadas de libertad, uno similar para varones y el Programa de Medidas Socio Educativas de Base Comunitaria (Promesec, que está dirigido a adolescentes en conflicto con la ley, pero abarca medidas alternativas a la privación de libertad).

En el sitio a inaugurar se prevé alojar a 35 varones de 13 a 18 años. Antes funcionaron allí hogares de amparo y el INAU trabaja desde hace un año y medio en la remodelación de la estructura, en convenio con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, que aportó la mano de obra. Se dividieron lo que eran grandes pabellones para tener más lugares; ahora hay ocho salas con cuatro cuchetas cada una y tres salas “de aislamiento” para “alguna situación eventual en la que haya que separar a algún chiquilín por descompensación o por alguna enfermedad contagiosa”, explicó a la diaria María Luz Sánchez, directora del programa de Admisión, Diagnóstico y Derivación de menores infractores de 13 a 18 años.

La jerarca acompañó a la diaria a recorrer las instalaciones, donde los obreros ultimaban detalles, como soldaduras de algunas piezas. Trabajaban con luz de obra, y eso fue lo que demoró la inauguración, que estaba prevista para esta semana pero se retrasó, pues recién mañana UTE habilitará la luz en el lugar. Se espera que el centro quede pronto la próxima semana.

El espacio presenta buenas condiciones edilicias, está pintado y con una ordenada disposición. Por más que no hubiera nadie, no dejaban de disgustar las medidas de control. Las celdas tienen doble seguridad, una puerta metálica con una mirilla que se abre desde afuera y en su interior hay una reja que va desde el piso hasta el techo. Las camas son metálicas, incrustadas a las paredes y los colchones serán de lana, tal como se recomienda para evitar la toxicidad del polifón en caso de incinerarse. Los sitios son bastante ajustados para cuatro personas. En un extremo tienen una pequeña ventana a la altura del techo, y debajo hay una mesada con cilindros de hormigón pegados al piso que oficiarán de sillas. Al costado está el baño, conformado por una taza circular, donde la intimidad de quien concurra estará limitada a una pequeña pared de cerca de un metro de altura; ubicado al lado está el lavatorio. Las duchas son cuatro en total y están en otro sitio.

El recinto cuenta con tres salas para educadores, donde trabajarán también un asistente social, un psicólogo y un maestro. Hay un comedor amplio donde aún no estaban las mesas; éstas irán amuradas al piso y el asiento pegado a la mesa. Queda un espacio donde proyectan ubicar un futbolito o una mesa de pool. Todo está dispuesto para no facilitar elementos que los chicos puedan utilizar como armas; las lamparitas, por ejemplo, están incrustadas en la pared, divididas por una reja, y se les pondrá policarbonato para que no accedan a ellas, porque pueden ser un arma para autoagredirse o para amenazar o lastimar a un funcionario o un compañero. Hay un área de visitas con un ingreso externo a las celdas y una cocina con despensas.

Cuenta además con un patio exterior, con paredes de bloque alrededor y rejas por encima; sólo falta construir el piso de hormigón.

Allí serán llevados adolescentes que actualmente llegan al hogar Puertas y al Centro de Ingresos Transitorio (CIT), que es donde la Policía lleva a los chicos infractores para que sean derivados al juez. “Todavía no está bien definido qué va a haber acá, por ahora es un desagote del Puertas, después capaz que se convierte en un lugar más de permanencia”, explicó Sánchez.

Soluciones al hacinamiento

La semana pasada, desde el jueves al sábado al mediodía, los funcionarios del INAU restringieron el ingreso al hogar Puertas y al centro transitorio, en reclamo de las situaciones de hacinamiento que vienen dándose desde hace tiempo. Carlos Salaberry, dirigente sindical, dijo a la diaria que en el CIT hay capacidad para seis camas; sin embargo, estaban albergando “26, 32, 40 chiquilines”. La medida fue levantada a partir del anuncio de la inmediata apertura de este nuevo hogar. Una vez que trasladen a los 35 varones, Sánchez explicó que se iniciarán obras en el CIT, donde los funcionarios denuncian desde el año pasado gravísimas condiciones edilicias y sanitarias.

El desagote se completará con la creación de un nuevo hogar, situado en la misma manzana, pero al que se ingresará por Bulevar Artigas. Está conformado por contenedores, en los que se piensa alojar a 35 varones. Sánchez dijo que en principio irán allí diez varones que están dispuestos en un módulo del hogar de chicas privadas de libertad, por falta de disponibilidad en los hogares masculinos.

La jerarca explicó que resta hacer el cerco perimetral, la conexión sanitaria y la eléctrica. la diaria no pudo ingresar a ninguno de los contenedores, Sánchez mencionó que tendrán camas para seis y cuatro personas y alguna individual, aunque otras fuentes comentaron a la diaria que algunos tienen hasta diez camas. Las paredes de chapa no tienen aislamiento, por lo que serán poco acogedoras en días fríos y calurosos. Las ventanas son pequeñas y altas. Las duchas están dentro de los contenedores, pero sus canillas están afuera, puesto que la potestad de abrirlas la tiene el educador.

Hace dos años el noruego Manfred Nowak, relator especial de las Naciones Unidas sobre la Tortura, visitó los centros de reclusión uruguayos y una de sus recomendaciones fue la de eliminar los módulos de acero del penal de Libertad. Ahora el INAU dispone soluciones similares para los adolescentes porque son de rápida implementación, pero nadie sabe si no se tratará de una medida “provisoria para siempre”. Varias personas se han movilizado en los últimos días para denunciar el caso, incluso ante Amnistía Internacional.

Salaberry le quitó importancia al cuestionamiento de los contenedores. “Creo que es un poco discutible el tema de las condiciones de alojamiento, en calidad [estos contenedores] están por encima de varios lugares de los que tiene INAU”, puntualizó.

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