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Entrada de un refugio en el Centro de Montevideo.

Foto: Victoria Rodríguez

A la intemperie

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Por ola de frío gobierno reconoce falencias para asistir a quienes viven en la calle y oposición reclama soluciones.

Al caer la noche varias personas culminan el día en el refugio capitalino ubicado en Convención y Uruguay. Pasan allí la noche y de mañana vuelven a la calle, el lugar donde viven. El frío y sus consecuencias dominaron la jornada de ayer desde temprano, cuando el tema se instaló en el Consejo de Ministros. Cinco muertes de sin techo por hipotermia en lo que va del año es la cifra que impacta, pero la situación afecta e involucra a cientos.

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Editar

Junto con sus ministros sesionando en consejo, el presidente José Mujica analizó la situación y las medidas vigentes y las que se podría implementar para enfrentarla. Hubo coincidencia en que existen falencias y también a la hora de expresar preocupación por las personas que están en situación de calle. También hubo acuerdo en poner en marcha algunas medidas, como convencer a aquellos que no quieren ir a los refugios del Ministerio de Desarrollo Social (Mides). Para lograrlo, los funcionarios encargados de recorrer la ciudad estarán acompañados de médicos y psicólogos.

En la misma línea, ayer la comisión de Población del Senado aprobó por unanimidad el proyecto de ley que había presentado Mónica Xavier para obligar a quienes se resisten a abandonar la calle durante la noche a permanecer durante ese lapso en un albergue. El texto de la iniciativa, que por ser de carácter grave y urgente será puesta a estudio del plenario del Senado, prevé que profesionales de la medicina estén presentes a la hora de tomar la decisión compulsiva; ellos estarán a cargo de evaluar el riesgo que corre la vida de la persona.

Los refugios del Mides tienen capacidad para unas 800 personas, pero hay lugares disponibles y se estima que en Montevideo son unas 650 las personas que están en situación de calle y que no concurren a ninguno de los lugares habilitados a tales efectos. La titular del Mides, Ana Vignoli, informó ayer que el fin de semana se recibieron 120 llamadas de vecinos que daban cuenta de la presencia de indigentes en horas de la noche. Esto motivó a que se ampliara en 150 la disponibilidad de acogida.

En este contexto, ayer también desde el Partido Nacional y el Partido Colorado surgieron cuestionamientos a la reacción del gobierno para evitar las muertes por hipotermia, y se consideró necesario que Vignoli concurra al Parlamento para que detalle cuáles son las previsiones tomadas por su cartera.

Llega la noche

Mientras el día avanzaba y las declaraciones políticas se sucedían, los refugios ubicados en distintos puntos de la ciudad se preparaban para recibir a quienes sí acuden a ellos. Seguramente haya sido porque se habilitaron más plazas para pernoctar que no había tanta gente como cada invierno en las veredas aledañas a la Puerta de Entrada a los centros del Mides, ubicada en Convención 1572, entre Cerro Largo y Uruguay. Autoridades de esa cartera explicaron ayer que en conjunto con el Ministerio de Defensa Nacional, la Intendencia de Montevideo y el Instituto Nacional de Alimentación aumentaron en 150 cupos la cobertura del Programa de Atención a las Personas en Situación de Calle, llegando a las 900 plazas en la capital en todas las modalidades: centros nocturnos, diurnos, de atención de 24 horas, casas de medio camino y asistidas. “En estos días se logró incorporar al programa a 85 personas (70 hombres y y15 mujeres) y quedan otros 50 cupos a disposición”.

Anoche en el hall del lugar cerca de 15 personas miraban un televisor que en lo alto mostraba el partido de Uruguay-Perú por la Copa América. No había sillas en el centro, cada uno miraba desde los costados de la habitación, algunos estaban sentados en sillas, otros en el piso, algunos parados, hombres y mujeres; junto a ellos estaban los casilleros metálicos y con candados puestos. De allí son derivados a otros sitios o pasan la noche; se les da cena, colchón, frazada y desayuno, y pueden ducharse.

Las personas que estaban en la entrada rodeaban el teléfono público, otras esperaban para saber a dónde irían y otras hacían tiempo, simplemente. Cada uno con su historia, y cada historia es un mundo. Un veterano procedente de Río Branco relató que había terminado allí porque se había quedado sin casa, le habían robado y esperaba a juntar 990 pesos para tramitar la libreta de conducir y poder volver a trabajar como chofer. “Dicen que éste no es un país solidario y no es así, porque yo he visto gente que golpea una puerta en casas que tienen una infraestructura económica de un nivel muy elevado y la gente le pide un pedazo de pan y no hay, mientras que en mi casa, que soy un jornalero desde hace 28 años, siempre hubo un pedazo de pan de más”. También estaba Alejandra, de 32 años, quien dijo tener varios niños que viven con cuidadoras del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay y explicó que tiempo atrás había estado en un refugio para madres. “Me sentí incómoda por no tener a mis hijos al lado, por algunas caras que me mostraban otras madres sin saber por qué motivo no los tengo conmigo, como juzgándome; no aguanté y me fui. Conseguí un compañero, me fui con él pero ahora me peleé. Volví a Puerta de Entrada y no puedo volver al refugio porque me dijeron que no hay lugar”, contó.

A la vuelta de la esquina, sobre la calle Uruguay está el refugio A Redoblar, de hombres. Había en los escalones de entrada había tres hombres y una mujer. Dos de ellos dormían allí y el otro dijo que había estado pero que ahora dormía en la calle, porque era novio de la mujer: “Estoy con ella, es mi pareja y no la voy a dejar sola en la calle y seguir durmiendo en un refugio; no existe”, dijo. Explicó que no había lugar en los sitios mixtos.

Las autoridades del Mides sugieren a la ciudadanía “intentar convencer a las personas que se encuentran en la calle” para que se dirijan a la Puerta de Entrada de los refugios (Convención 1572), o llamar al 24000302 internos 1841 o 1842.

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