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Beso con lengua

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Denuncia en redes sociales por caso de homofobia generó debate y escraches.

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Un beso es un beso. No siempre. Cuando el colectivo Ovejas Negras intentó pagar para que los canales privados de aire emitieran un spot en el que se veía a parejas de todo tipo besándose, no pudieron. El tema quedo instalado y se concluyó por parte de los activistas que la uruguaya es una sociedad homofóbica.

A media mañana de ayer surgieron los primeros datos sobre lo que había pasado el domingo de madrugada: “Una pareja homosexual fue expulsada del boliche Viejo Barreiro por estar besándose en la pista de baile. Uno de los afectados, de 19 años, presentó la denuncia y está a la espera de cómo evoluciona el caso”. Así empezó a circular la noticia, tomada, en buena medida desde la página oficial del establecimiento, que se llenó de críticas, cuestionamientos y acusaciones de homofobia. Incluso ya se está promocionando una besada masiva el sábado frente al lugar, sito en José Enrique Rodó 1995.

También hay posteos que dan otra versión, o mejor dicho que matizan la original. La inicial incluye una supuesta adevertencia de los encargados de seguridad a la pareja acerca de que allí no podían besarse, que esa es la política del lugar. Desde Buenos Aires donde se encontraba, el dueño del lugar, Diego Fernández, dijo a la diaria que no estuvo cuando sucedieron los hechos, aunque aseguró que su empresa no tiene esa impronta. Según su relato, basado en lo que le aportaron clientes y empleados que sí habrían presenciado la situación, “no se trataba solo de un beso”.

No quiso profundizar la descripción, pero afirmó que estando el en el boliche, en una oportunidad tuvo que echar del local a una pareja heterosexual que, además de besarse, había avanzado en su pasión sexual. “No se trata de homofobia, sino de la conducta en sí”, remarcó Fernández, quien espera saber si la denuncia efectivamente fue concretada. Según declaró, a su negocio asisten asiduamente parejas homosexuales, que éstas se han besado frente al resto de los clientes y que nunca fueron expulsados.

Uno de los involcurados, Germán Michelena de 19 años, dio su versión al Portal 180: “Fuimos al boliche, pagamos la entrada, consumimos ahí, estábamos bailando y besándonos en la pista, como lo estaban muchísimas otras parejas heterosexuales y viene un guardia de seguridad y nos dice que no podemos seguir haciendo lo que estábamos haciendo, que ese no era el tipo de boliche”. Allí también se indica que “los amigos de Michelena vieron lo que pasaba y fueron a protestar, y por eso lo terminaron expulsando del local”.

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