Es difícil describir qué hace DATA si no se posee información previa. Se trata de un movimiento que en los últimos años se viene consolidando por medio del trabajo -voluntario, al menos en Uruguay- de activistas de todo el mundo. Un dato abierto es el que está disponible en internet para que cualquier ciudadano pueda usarlo, reusarlo o redistribuirlo; el foco de DATA está en el “gobierno abierto”, es decir, en las formas que tiene la población de obtener, procesar y usar a su beneficio esa información que el Estado libera. “Buscamos hacer cosas no desde un punto de vista emprendedor o empresarial sino de la creación de valor social”, cuenta Fabrizio Scrollini, integrante de DATA, que se define como alguien que en algún momento fue abogado y que está cursando un doctorado en Transparencia y Acceso a la Información en la Universidad de Londres.
La organización surgió a principios de 2012 a partir de varios jóvenes que se vincularon por su interés en el tema mediante internet. Mariana Mas Minetti, licenciada en Ciencia Política, relata que llegó por su interés en el trabajo desde la población civil por el acceso a la información como elemento fundamental para el cumplimiento de los derechos humanos. El cuadro se completa con Fernando Uval (estudiante de Ingeniería Mecánica), Daniel Carranza (consultor en comunicación digital y docente), Gabriela Rodríguez (ingeniera) y Victoria Esteves, egresada de la Licenciatura en Comunicación, que empezó a desenvolverse en la difusión de ¿Qué sabés? (quesabes.org), un portal creado en setiembre de 2012, dedicado a facilitar el acceso a la información pública que prevé la Ley 18.831.
“Agarramos una guía espantosa de correos electrónicos de los gobernantes. Algunos de ellos no funcionaban y la gente nos escribía al portal frustrada, para quejarse. Que en pleno siglo XXI la cuenta de correo de un gobernante público no funcione es algo que no puede pasar”, afirma Fabrizio sobre las primeras repercusiones de la web. “Con el tiempo la gente cambió la actitud inicial; si encontraban un correo que sirviera, nos lo mandaban”, completa Mariana. En los pedidos había de todo, desde gente que quería una audiencia con ministros hasta grupos defensores de los derechos de los animales que querían saber qué comen los monos del zoológico o conseguir el informe de la autopsia de un gorila.
Aunque los integrantes de DATA no eran muy optimistas y pensaban que nadie iba a contestar, el promedio de respuestas satisfactorias (porque el usuario las puede calificar) es de cerca de 30%. Algunos casos fueron notorios, como el de una persona que recibió de ANCAP en dos días un archivo de Excel que explica cómo se calcula la suba del combustible, o la lista de asistencias de los ediles canarios, que la Intendencia de Montevideo (IM) envió a los 20 minutos de que se hiciera el pedido, pero no fue lo más común: varios organismos contestaban por correo electrónico que no podían hacerlo por esa vía, y desde el Poder Legislativo dijeron que los pedidos tienen que hacerse en forma de una carta a Danilo Astori en determinado formato. Fabrizio argumenta: “No tiene sentido: estás dejando afuera a los ciudadanos del interior”.
De todas formas, la apertura por parte de las instituciones del Estado fue más fluida desde la resolución N° 520/13 del 4 de febrero, firmada por Ana Olivera, que ratifica el protocolo que permite a la IM, pionera en políticas de datos abiertos en todo el continente. “Hoy encontrás gente que trabaja en el Estado que te pregunta quién sos vos para pedir los datos, o para qué los querés”, aporta Fabrizio, a pesar de que la Ley de Acceso a la Información Pública deja claro en su artículo 4º que ningún solicitante tiene que justificarse. “Te preguntan de dónde saliste. A mí me han llamado y me preguntaron '¿quién sos vos para pedir eso?'; me pareció muy simpático pero expliqué que el interés no era molestar y que ni siquiera era yo el que quería saber. De todas formas, los peores casos son aquellos en los que el Estado ignora los pedidos”. “Después hay otros casos que enfrentan dificultades más prácticas, como muchas oficinas que no tienen escáner”, agrega Victoria.
Barrio virtual
Según la Open Data Foundation (la mayor organización de datos abiertos del mundo), Uruguay está bien ranqueado en la producción de datos con respecto a Latinoamérica (los peores son Argentina, Honduras y Venezuela, que liberan poca información y pocos datos sobre cómo se generaron). Según Fabrizio, lo que falta es que la ciudadanía se apropie de esos datos. Para eso, DATA está trabajando en Por mi barrio, una plataforma web basada en el proyecto británico Fix my Street (“arreglame la calle”), que sirve para hacer reclamos sobre problemas urbanos como acumulación de basura, cañerías rotas, pozos y falta de iluminación. La interfaz, que va a funcionar para computadoras -ceibalitas incluidas- y celulares, sería un mapa de la ciudad en el que el usuario ubicaría su reclamo y estaría al tanto de los pasos que la IM toma al respecto. “Automáticamete se genera un expediente dentro de la IM -no es un correo electrónico- que va directo al departamento que corresponda. Buscamos que sea una forma de apropiarse del barrio. Vamos a estar trabajando con una serie de talleres y en coordinación con la Defensoría del Vecino para hacer llegar la herramienta y que no quede todo en un conjunto de denuncias desde el iPhone”, detalla Mariana. El lanzamiento está previsto para fines de marzo de 2014.
Para fomentar la producción de aplicaciones que trabajen con datos abiertos, DATA está llevando a cabo este mes la Oktober Datafest. El sábado 12 se realizó una Data Expedition (jornada de búsqueda de datos abiertos), esta semana cerraron las inscripciones para el DateIdea.uy (que organiza la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información, Agesic) y el sábado habrá una hackatón -maratón de trabajo de varias horas para generar aplicaciones, con premios para las mejores- de 9.00 a 21.00 en el aulario de la Facultad de Ingeniería, organizada por DATA junto con Mozilla Uruguay, Ceibal Jam, Freengers Cowork y Ubuntu Uruguay, y con el apoyo de Agesic, Netuy, GitHub, Neo y Antel.
Por último, el sábado 26 es la presentación de proyectos de la edición 2013 de Desarrollando América Latina, un concurso anual de aplicaciones de datos abiertos en el que compiten desarrolladores de todo el continente. Si bien la mayoría de los participantes está compuesta por ingenieros, DATA apuesta al trabajo interdisciplinario y espera que la proporción cambie pronto.