El sábado ganó Sud América. Los dirigidos por el Turco Alejandro Apud nunca dejaron de buscar el partido. Querían ganar en su vuelta al Centenario luego de 17 años, y se notó.
La IASA aplica un dibujo táctico bastante clásico para el fútbol uruguayo: línea de cuatro final, dos centrojás, dos volantes por afuera con gran dominio del balón y dos delanteros netos. Atrás de esos diez jugadores de campo estaba el Perro Javier Irazún. que se mandó un partidazo en el arco buzón. El golero floridense regaló dos atajadas que viajan derecho al resumen de lo mejor del año. Una tapada a boca de jarro al Cabecita Jonathan Rodríguez, luego de que Peñarol armara la mejor jugada del partido. La otra fue un mano a mano con el Antonio Pacheco en el segundo tiempo, digna de Benji Price, aquel golero que compartía equipo con Oliver Aton. Cuando el Tony se disponía a definir arriba, como dice el manual, con el golero casi desparramado, Irazún hizo aparecer un brazo de entre sus ropas para tapar lo que en ese momento era la apertura del marcador.
Increíble. Antes de que Damián Macaluso se disfrazara de centre forward experiente y definiera notable para poner el primer tanto del partido, Cabecita Rodríguez había tenido al menos tres ocasiones claras. El partido se desarrollaba con las mismas características de la victoria danubiana en el estadio hace algunas fechas: Peñarol dominaba por momentos, pegaba primero, pero el rival no parecía salirse del libreto. Y terminó igual que aquella tarde franjeada.
Federico Gallego fue la gran figura de los buzones. Un volante movedizo, con ida y vuelta y mucha calidad, habilitó de manera exquisita a Ángel Luna, el otro volante exterior, para que empatara el partido con un remate fuerte y seco ante la salida desesperada de Lerda cuando todavía se festejaba el gol aurinegro.
Faltaba poco y el empate no convencía a ninguno de los dos. No fue casualidad que el argentino Diego Viotti y el Flaco Rodrigo Mieres, que bancan camiones en la zaga central, se encontraran en el área aurinegra cuando faltaban 3 minutos para el final. El zaguero argentino logró bajar una pelota con la cabeza sobre el segundo palo y Mieres, con una pirueta extraña, logró poner el 2-1.
Es cierto. Perdió Peñarol y se puede bucear en estadísticas para completar notas con datos que ilustren el mal momento aurinegro. Pero no sería justo con un equipo que juega bien como la IASA. El 14 de febrero se cumplirán 100 años de aquella reunión fundacional en Villa Muñoz de la institución, anaranjada por azar, como tantos otros ejemplos del fuútbol local. El festejo será en Primera y el sábado se concretó una de esas victorias que no se olvidan.
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