El equipo uruguayo ya sabe que durante la primera parte del Mundial 2014 estará alojado en Sete Lagoas. La elección no fue al azar y hubo varias consideraciones para que el entrenador Óscar Washington Tabárez y los suyos tengan las mayores comodidades pensando en hacer el mejor papel posible durante el campeonato.
Uno de los responsables del nombramiento de esta ciudad como alojamiento para Uruguay fue el gerente deportivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) Eduardo Belza. Médico deportólogo, ex arquero y director técnico, Belza ocupa un cargo que existe desde hace 26 años en la AUF y que en la actualidad tiene, como funciones principales, conseguir encuentros amistosos para la mayor y las juveniles, tener una comunicación permanente y una buena relación con los clubes del exterior donde actúan los futbolistas celestes y encargarse de la logística de los diferentes viajes que realice la selección.
La FIFA, previamente al sorteo de los grupos, realizó una lista de más de 100 lugares para que las selecciones se alojen en el Mundial, que posteriormente se achicó a 85, aproximadamente. Belza, en una charla con Radio Uruguay 1050 AM, contó que el organismo internacional principal del fútbol busca en las ciudades “un hotel con una infraestructura adecuada a una selección y, al mismo tiempo, apareado a ese hotel, un campo de entrenamiento que tiene que estar a corta distancia y con cierta garantía de poder entrenar con privacidad y con instalaciones adecuadas para una selección nacional”. A esto agregó: “Inicialmente con la lista, uno tiene la tranquilidad de que ese lugar fue lo suficientemente testeado por la FIFA. Luego se busca lo que se amolde a las necesidades. Si uno tiene un lugar que lo convence lo eleva a la FIFA, que lo inspecciona y si cumple con los requisitos lo agrega a la lista y se puede ocupar”.
Uruguay ya estuvo en Brasil este año con motivo de la Copa de las Confederaciones y esa vivencia sirvió para esta elección. Belza explicó: “Nosotros partimos de la experiencia que tuvimos en la Copa en junio de este año, que no fue buena, realmente, porque los partidos que jugamos en el noreste de Brasil estuvieron precedidos de entrenamientos muy irregulares, en el sentido de que los campos de juego estaban encharcados por el volumen de lluvia que caía. La solución que nos dieron estaba a una hora y media del hotel donde estábamos, y entonces tratamos de escaparle a esa zona de Brasil”. Además, el gerente de la AUF dijo: “Buscamos un punto equidistante, como es Belo Horizonte, que tiene vuelos cortos a todas las sedes y, por supuesto, un clima que te permite desarrollar los entrenamientos con bastante normalidad y también valorando la infraestructura del hotel y del lugar de entrenamiento; todo eso se pone en la balanza a la hora de la elección”.
Específicamente sobre Sete Lagoas, Belza comentó: “Vimos que la construcción del lugar donde vamos a estar alojados cumple con lo que es el Centro de Alto Rendimiento de la AUF, que ha sido un poco el espejo que hemos utilizado nosotros, tratando de recrearlo lo máximo posible. En este caso tenemos todo menos la cancha, que está a 15 minutos, pero es una distancia razonable para hacer en ómnibus todos los días para entrenar, y es una estructura horizontal que favorece la reunión de los jugadores, el contacto y el intercambio permanente de opiniones entre ellos. Entonces favorece estar juntos, estrechar los lazos de amistad que son tan importantes antes y después de los partidos”.
Acerca del JN Resort, comentó: “El hotel donde vamos a estar alojados está, prácticamente, en el medio del campo. Es una extensión enorme de terreno donde hay mucho verde por todos lados. A siete kilómetros está la ciudad de Sete Lagoas. Es un centro que tiene mucha hotelería y vida propia. Encontramos también a corta distancia cualquier hospital o centro de estudios médicos, por si fuera necesario para algún jugador”. Uruguay entrenará en el Joaquim Henrique Nogueira, que tiene las siguientes características: “Es un estadio que tiene un drenaje excelente. Nosotros cuando lo fuimos a ver habían jugado un partido y prácticamente el césped no tenía marcas. Además tenemos la garantía de que cuando un hotel y un estadio se eligen dentro de lo que la FIFA ya convalidó, sabemos que la gramilla se hace del mismo modo del estadio donde vamos a jugar”.
En el caso del Mundial de Sudáfrica 2010, Uruguay estuvo alojado mucho tiempo en la ciudad de Kimberley, que había pedido ser sede de algún partido del Mundial sin que esto se le otorgara. Sobre lo vivido en el pasado torneo, donde la celeste finalizó en la cuarta posición, Belza dijo: “Querían, de cualquier manera, tener una selección alojada allí. En el caso nuestro, cuando los visitamos vimos que era importante realizar algunas mejoras y pusieron la mejor voluntad para hacerlas. Por eso fue que nos convenció quedarnos ahí, aparte de tener un clima benigno para la época del año y estar a una distancia equidistante de los lugares donde jugaríamos, lo que nos facilitó los desplazamientos”.