Pido perdón a la compañía de Ómnibus Pando SA; sus transportes chinos Xutong merecen más respeto, y realmente no se pueden comparar con estos aviones de la Tam, que realmente no sé si lo que te proponen es un ejercicio de yoga o un entrenamiento para ir sentado en el escalón de la Cita cuando no queda ni un asiento y estás reventado. En eso estoy, con las rodillas a dos cuartos de mis orejas y la pantalla de la netbook necesariamente orientada a 45 grados, porque al que está adelante, encima, se le ocurrió tirar el asiento para atrás, casi sobre mi barbilla. Es momento, pues, de hacer una anti Pitman, porque antes se estudiaba dactilografía, pibe, y las pruebas bravas eran las de escribir sin mirar el teclado, cosa que ahora es lo único que puedo hacer, y sólo podré ver lo que he escrito cuando estemos de nuevo en tierra.
¡Ah, te juro que me sacaría una foto para que veas cómo, cual Abratanski o Páez del asiento del medio del avión, abro los codos y levanto la pantalla en un ángulo de 22,5 grados para saber por dónde voy, porque esto tiene que salir!
Cuando estaba escribiendo (y reescribiendo) eso, estaba volando de Recife a Río, de donde hice la combinación con Belo Horizonte, que ya dejó de ser nuestro próximo destino para transformarse en la ciudad que nos alberga, la más distinta de las que hemos visitado hasta ahora.
Siempre es así en este negocio. Cuando uno se empieza a aquerenciar y le pone el modo on al estilo visitante, que, saben ustedes, dista mucho del estilo turista, la FIFA o la organización que sea te saca para otro lugar y te resetea todos los datos: qué ómnibus tenés que tomar, cómo explicarle el camino corto al tachero, dónde está el supermercado más próximo y, fundamental, cómo hacer que te salga el agua caliente en la temperatura que ese termolar pide. Bo, no te digo de juntar firmas porque viste que es complejo, pero ¿no habría que hablar con el Latu o con quien corresponda para ver cómo resolvemos el tema del SUN? Así no da, yo sé que cuando te pasás a termo metálico es incompatible y hay que buscarle la vuelta, pero mirá que es un problema tan grande que he llegado a mirar el precio de las jarras electrónicas para no andar esperando, explicando y puteando, porque te dan un agua como para tereré. 15 o 20 minutos me tuvieron esperando en Salvador, como si fuesen las dos de la mañana.
Bueno, ya estoy amargueando en la capital mineira. Aquí igual no es tan complejo, porque los gaúchos abren camino, y si bien no toman mate ni de cerca, por lo menos alguien les ha pedido si podían encher a garrafa térmica com agua quente, aunque yo se la pido ervendo, pelas dúvidas. Después, es cerrar los ojos y encomendarse a la madre tierra, por más que mi dios pagano preferido sea uno que se ha hecho llamar Amón Ra, Febo e Inti, entre otros nombres.
Sí, Belo Horizonte es más parecida a la parte fea de nuestras metrópolis rioplatenses. Aquí está fresquito y hay que rescatar los abrigos que hasta ahora sólo merecían maldiciones por ocupar lugar en la valija, el centro tiene un ritmo frenético y está tan sucio como las demás ciudades -la basura es un gran problema para los brasileños-, aparte de ser el que tiene, a simple vista, más personas en situación de calle. Muchas. No te conté que de Río a Belo Horizonte vine en ómnibus, ése sí que era un avión. Del aeropuerto me tomé un ómnibus especial de 150 pei -que los amigos de internet me habían recomendado- que me llevó a la rodoviária, donde compré el viaje en la Útil, un servicio ejecutivo un escalón más abajo que el semi-leito y dos que más que el leito. Está bien, los asientos estaban apretados, pero eran mucho mejor que aquellos otros. El viaje duró siete horas, y empezó con el “comandante” Olivera presentándose, contando el recorrido y la única parada y pidiendo por favor que viajáramos con los cinturones de seguridad puestos. Al llegar a la rodoviária, fez di novo de traductor para unos periodistas argentinos que me encontré en el bondi, y nos dimos cuenta de que el hotel estaba ahí, a la mano, a siete cuadras, por lo que caminamos; la mejor presentación con la ciudad. Acá también es muy dificultosa la conexión a internet, por lo menos para extranjeros sin CPF, y al final te das cuenta de que en pocos lados hay tan buen nivel de accesibilidad como en Uruguay, ¿eh, doña Carolina?, que no es para que me banque el roaming que ya llevo una luca larga, y encima ¿sabés que?, si te comprás un teléfono acá te cobran también las llamadas entrantes. Ahora, doña Cosse, lo que le sigo pidiendo es que no lo nombre Arena. Estadio Multipropósito Antel y basta. No, pero en serio, una locura la internet. Los que estaban bien de vivos son unos del primer piso del aeropuerto de Río, que me querían cobrar siete reales el minuto. ¿Sabés cómo ando con el índice derecho para escribir un artículo en el Samsung Mini SII? Capaz que no, pero ¿dónde te creés que escribí lo que leíste ayer? Pobres mis compañeros de redacción, corrigiendo aquello sin tildes ni eñes, pero salir, sale.
Hoy tendré que ir bien tempranito al estadio, porque parece que las protestas van a estar bravas. Llamativamente, aunque sin la intensidad registrada en las imágenes de San Pablo, Río y Brasilia, es justo aquí donde han sido más masivas, y para esta jornada se anuncian medidas que impedirían la llegada al Mineirão. Tanto es así que en la conferencia de prensa, Fred, el delantero de Brasil, se refirió al tema. Gilson, el taxista que me trajo del América local, un team que no gana ahora pero que es el único decampeón, me avisó que hoy será feriado no laborable porque el prefeito, que es muito danado, vivo, bandido, así lo decretó, lo que seguramente le quitará fuerza a la convocatoria.
Yo me manifiesto a favor de la celeste, porque sabés que te tengo grabada en el pecho.
Abrazo, medalla y beso.