La publicación subraya que “la cantidad de jóvenes entre 13 y 16 años en el sistema educativo alcanza máximos históricos”, y que “se verifican importantes cambios positivos que, sin embargo, siguen siendo portadores de desigualdades estructurales [...]. Sigue siendo importante la desigualdad estructural”. A los tres años asiste 46,5% de los niños provenientes de hogares pobres y 91,6% de los de mayores ingresos. En estos grupos los registros en 2011 eran de 45,2% y de 81,1%, respectivamente. A nivel global, la escolarización entre los niños de tres años es 63,8%, contra 60,4% de 2011.
La cobertura se incrementó en edades previas y posteriores a los seis y los 11 años, franja en que es homogénea. Pasó de 96,3% a 97,7% a los cinco; descendió una décima porcentual a los 12 años (está en 97,6%) y subió de 96% a 96,6% a los de 13 años. Entre los 12 y 14 años la asistencia es superior a las de 2009, 2010 y 2012. La publicación apunta que “no existen importantes variaciones en el mediano plazo al observar la asistencia entre los 18 y 24 años”.
Rezago y niveles máximos
El rezago aumentó levemente. El ascenso fue de cuatro décimas porcentuales entre los 12 y 14 años, y se ubica en 19,8%; aumentó de 26,2% a 26,9% entre los 15 y los 17 años. Sin embargo, son registros menores a los de 2010: 20,5% y 32%, respectivamente.
También aumentó la proporción de jóvenes de 15 a 20 años que sólo estudian; se ubica en 50,2%. Al mismo tiempo aumentó, en la misma franja de edad, de 12,5% a 13% la cantidad de quienes no estudian, no trabajan ni buscan trabajo.
Simultáneamente aumentó la asistencia. Entre 2011 y 2012 ascendió, entre los 12 y los 14 años, de 67,5% a 75,8%; entre los 15 y los 17 años, de 47% a 51% y entre los 18 y los 24 años, de 20,9% a 23,7%.
Acerca de los niveles máximos educativos alcanzados, la brecha especialmente se nota al observar los quintiles de menores y mayores ingresos. En el 20% de menores ingresos 54,2% tiene primaria como el máximo alcanzado, 43,6% secundaria y 2,3%, terciaria. En el 20% de mayores ingresos los números son de 6,85%, 39,1% y 54,1%, respectivamente. En la población de 25 a 59 años de edad, a nivel global, aumentó el registro de quienes tienen el terciario como nivel educativo máximo alcanzado. Se ubica actualmente en 54,1%; en 2011 estaba en 51,1%.
En la misma línea
Errandonea explicó que el analfabetismo continúa “disminuyendo”, como ocurre desde 1963. En todo el país es de 1,6%, y de 2,5% en el medio rural, donde el descenso fue significativo de 2011 a 2012, cuando era 3,4%. Es mayor en zonas específicas, fundamentalmente en las fronteras secas con Brasil: 3,7% en Rivera y 3,4% en Cerro Largo, explicó Errandonea, subrayando que en el ámbito nacional entre los 15 y 49 años de edad el analfabetismo es de 1%, y de 65 años en adelante 3,2%. “Estos perfiles vienen mejorando. En parte esto se vincula a la distribución territorial y con razones de naturaleza demográfica”, señaló.
Razones varias
Luego de la presentación, Ehrlich afirmó que “todos los indicadores muestran francas mejorías en absolutamente todos los componentes del sistema educativo”. Éstas, dijo, “pueden deberse a cambios estructurales, cambios profundos, a grandes transformaciones en el sistema educativo en su conjunto, o puede ser como resultado de planes y programas que se han implementado con objetivos específicos, sin llegar a hacer transformaciones estructurales”. Entre los estructurales citó al Plan Ceibal, cuyo “impacto, cubriendo actualmente nueve años de enseñanza formal, se está viendo en forma progresiva”. Destacó además que “la Universidad de la República tiene mayor presencia en el interior del país, disminuyendo la brecha territorial”, y enumeró “políticas de regionalización” en los diferentes niveles de enseñanza. En primaria subrayó “las transformaciones en escuelas de tiempo extendido, que actualmente son 219”. Dijo que en 2014 serán 250 y, al final del período serán 300.
Destacó también que “en casi toda la línea se observa una reducción de la brecha social”. “Los alumnos de menores ingresos empiezan a tener mejor comportamiento a nivel educativo”. Destacó en el mediano plazo la “reducción del rezago y el aumento de la culminación de los ciclos educativos”.
Esto, dijo, es el resultado “de una cantidad de programas”, que incluyen “becas, programas de acompañamiento y de revinculación”. Recordó que “sólo las becas en enseñanza media pasaron, entre 2010 y 2012, de 2.400 a 10.000”.
Sin embargo, admitió que los logros “no son suficientes” y que “se sigue teniendo problemas”. El “objetivo mayor es la inserción en la educación media”, así como “combatir el rezago y la desvinculación”. “Los resultados son alentadores, pero tenemos que llegar más lejos y más rápido”, indicó.