Un nudo en la garganta. La carga emotiva pesa. Un minuto de silencio que fue miles de aplausos conmovedores que son muestra de solidaridad con Guillermo de los Santos, un gurí de 23 años, y a su familia por el fallecimiento de su esposa.
Hasta dónde se puede exigir resultados, qué información se tiene para hacerlo; hasta dónde es profesionalismo la vida que queremos. A las primeras pelotas dan ganas de pincharlas. El tiempo corre, cura, no recupera. Hay veces en las que el show no debe continuar. Al menos, para que nuestra conciencia esté un poco más limpia.
Nacional ganó por decisión. Le costó muchísimo, porque Rampla hizo un buen partido. Carente de juego ilustrado, como venía acostumbrando, usó la táctica más vieja: centro al área. Ahí encontró a Gastón Pereiro, que no fue bueno con los pies pero tenía una idea en la cabeza. Los tricolores encontraron la victoria con ese cabezazo, la sentenciaron con el penal de Iván Alonso, y ahora le sacan 2 puntos de ventaja a su escolta, Racing, con el que se medirán el próximo fin de semana.
Los cuadros, las cosas
En esta reconfiguración fecha a fecha que hace Álvaro Gutiérrez con su equipo, plagado de lesiones, cambian constantemente jugadores y esquemas. Ayer jugó con Álvaro Recoba libre, flotando delante de una línea de tres volantes en la que estaba Santiago Romero, que ya no es lateral por la vuelta de Pablo Álvarez. Gastón Pereiro fue un improvisado segundo punta y trató de jugar cerca de Iván Alonso, preferentemente por la izquierda. Le plantó buena resistencia Rampla Juniors, bien parado en defensa y buscando correr en ataque. Propuso un 4-4-2 tradicional, con dos puntas netos intentando en cada bochazo largo o contragolpe.
En el primer tiempo, ese planteamiento estratégico de ambos dio como resultado que Nacional contara con más tiempo de posesión de la pelota, mientras que los picapiedras propusieron y complicaron con sus argumentos. Al principio pareció que los tricolores someterían contra su arco al rival, pero fue una sensación que se disipó mientras transcurría el tiempo. A tal punto que las chances para ambos fueron parejas: dos intervenciones volando de Bernardo Long, una que le sacó a Alonso y otra a Gastón Pereiro; una de Gustavo Munúa, que la paró abajo, y un par de contragolpes que pasaron cerca. Intenciones, nada más. Porque nadie abrió el marcador.
A Nacional le faltó la llegada que proponen los que faltaron. No encontró aquel desborde que daban en los últimos partidos Carlos de Pena por la izquierda y Henry Giménez por la derecha, y eso hizo que Alonso saliera permanentemente del área, recostándose contra las puntas al buscar el contacto con el balón, y que nadie ocupara su lugar en el área. Además, fue perdiendo la precisión en el manejo de la pelota y Rampla, ni lerdo ni perezoso, ocupó lugares que creía perdidos. A tal punto que a los 12 minutos pudo abrir el marcador, después de que el Bala Anchén la tirara al área chica pero no la empujara. Gustavo Aprile ganó participación, siempre asociándose con Gonzalo Malán -que fue a todas- y Paul Dzeruvs.
Ya sin aire, ya sin fútbol y sin Recoba, pero con la idea fija de ganar para alcanzar la punta en solitario, Nacional sacó la artillería aérea con los ingresados Juan Cruz Mascia y Sebastián Taborda. Y en una de ésas, desde un córner desde la derecha, Pereiro metió el bochazo que vale un liderato. Al final, Alonso, que las peleó todas, volvió al gol con el penal del 2-0 y reafirmó la victoria, asegurando una semana de liderazgo en exclusividad.