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Defensor empató 2-2 en Brasil con Cruzeiro y quedó segundo en su grupo de Libertadores.

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Con un agónico gol de Emiliano Zeballos, Defensor Sporting consiguió un empate increíble 2-2 en Belo Horizonte contra el Cruzeiro local. El resultado, épico por la forma en que lograron los de Punta Carreras, dejó al equipo uruguayo en la segunda posición del grupo con 7 puntos, dos menos que los que suma el líder, Universidad de Chile.

De entrada, Defensor salió a la cancha del inmenso Mineirão con cuatro defensas, dos volantes de contención, tres más adelantados, y arriba un punta. Por ausencias, no estuvieron desde el arranque Nico Olivera (lesionado) y Nacho Risso, y el entrenador violeta Fernando Curutchet decidió poner un equipo preparado para correr. Martín Campaña fue el arquero; en el fondo arrancaron Emilio Zeballos, Nicolás Correa, Matías Malvino y Robert Herrera; los volantes raspadores fueron Andrés Fleurquin y Mathias Cardaccio, delante de ellos jugaron Federico Gino, Giorgian de Arrascaeta y Felipe Gedoz, y el único delantero fue Matías Alonso. La primera parte fue bien jugada por Defensor, que recién en los minutos de descuento sufrió el golpazo que significó el excepcional gol de tiro libre de Everton Ribeiro que abrió el marcador. Antes de eso los violetas habían hecho un partido casi perfecto. Bien aplicados para mover el balón, con la seguridad que da el traslado de Gedoz y De Arrascaeta, Gino también sumó volanteando muy bien por la derecha y se convirtió, rápidamente, en salida frecuente de ataque. Esa actitud de Defensor provocó que el juego fuera un decidido ida y vuelta, sin ocasiones claras hasta los 25 minutos pero con un dinamismo insistente. Obvio, con los minutos el equipo norteño se fue plantando cada vez más dentro del campo violeta, aunque siempre estuvo bien contenido por el buen desempeño defensivo de los visitantes. Y cuando exigió, siempre encontró a Campaña. Tanta fue la malla que Defensor tejió en el fondo, que los brasileños recurrieron al tiro desde lejos para tratar de inquietar. El tándem que propusieron Cardaccio y Fleurquin en el doble cinco se encargó del resto, barriendo el sector con absoluta seguridad y garantía. Cuando podían, los cuatro destinados para manejar la conducción violeta perfeccionaban sus acciones con buen manejo de la bola. Cruzeiro cortó con faltas permanentemente y el violeta Felipe Gedoz tuvo un par de chances. En una ocasión su tiro libre se fue lejos y arriba, pero en la otra casi abre el marcador con un preciso remate contra el palo que provocó una enorme atajada de Fábio, el arquero local. Cerca del final del primer tiempo, luego de una falta de Defensor, Malvino y Nilton jugaron al cachetazo y se ganaron la roja.

El juego se reanudó con el quirúrgico tiro libre de Everton Ribeiro, que la colgó del ángulo. Una rosca perfecta, tan perfecta como esas pelotas que parecen irse afuera y su curva mágica les busca ángulo. Ya en el segundo tiempo el gol de Baptista terminó de darle forma a un capítulo de una historia que todavía estaba lejos de su conclusión. Pero apenas cinco minutos más tarde, un buen gol de Felipe Gedoz metió nuevamente en el partido a Defensor. Curutchet hizo cambios y los violetas siguieron yendo y yendo. La sensación de empate estaba latente y el golpe defensorista en cancha ajena se concretó en la última jugada del partido, como más le gusta al hincha.

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