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Michael Santos de River Plate ante Universidad Catolica por copa Sudamericana en el estadio Luis Franzini el 27 de agosto. / Foto: Nicolás Celaya

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River Plate perdió 2-1 en Ecuador por Copa Sudamericana.

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El 2-1 final con el que ganaron los ecuatorianos en Guayaquil terminó siendo un buen resultado para las emociones de los riverplatenses: si ganan 1-0 en Montevideo seguirán adelante en la Sudamericana.

Emelec fue concreto y por eso ganó. Un equipo ecuatoriano certero, que supo desequilibrar el marcador cuando más lo necesitaba. El argentino Marcos Mondaini definió luego de una linda jugada de Ángel Mena, y a los 26 minutos del primer tiempo puso el 1-0 cuando River era mejor y había creado dos chances claras de gol: la volea de Michael Santos que encontró el arquero Esteban Dreer y el tiro libre de Diego Rodríguez que también atajo el golero. Luego, en el amanecer del segundo tiempo, Emelec aprovechó lo estático de la banda izquierda darsenera y el desborde fue bien aprovechado en el área por el otro delantero, Miller Bolaños. El 2-0 era una buena renta para el conjunto eléctrico, hasta que Cristian Techera, que quiso todo el partido, se escabulló y su centro dio en la mano del defensa ecuatoriano. El penal fue gol de Santos, y ese 2-1 es la luz de la esperanza pensando en la vuelta.

Porque al final no hay recetas. El equipo de Guillermo Almada aguantó bien el aluvión de los primeros minutos. Decidió descolgarse y jugar. Su mejor momento fue desde el minuto 10 hasta el 25. Insinuó siempre corriendo con los chicos de arriba, pesadilla constante de los grandotes ecuatorianos del fondo. Pero no basta confiarse para que el puñal haga su juego. Lejos de amedrentarse, River buscó de atrás con los argumentos que tenía. Y no habrá sido el juego colectivo de siempre lo que lo salvó, sino la inspiración individual, pero eso también cuenta. Con el reloj como aliado, remó con un hombre de menos cuando expulsaron a Claudio Herrera. El tiempo será el mejor doctor para curar los errores de ayer, y el juez más justo para definir la llave en Uruguay.

Las armas de Emelec fueron sus puntas, ambos autores de los goles, a quienes se sumó el hábil Ángel Mena. Tanto Mondaini como Bolaños, que jugaron flotando sin ocupar posiciones fijas, fueron difíciles de contener para los defensores de River. Mena, inteligente, buscó cada vez que se descolgaba el zurdo Diego Rodríguez y dio pinceladas del fútbol más dinámico del partido.

El partido revancha de la serie será el jueves 25 en Montevideo. Ya espera tranquilamente en octavos de final el brasileño Goiás, que derrotó por esta segunda fase al Fluminense carioca por gol de visitante.

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