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Iván Alonso, ayer en el Parque Central, luego del segundo gol ante Danubio. / Foto: Nicolás Celaya

Se puso a tiro

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Nacional goleó a Danubio 3-0 y quedó segundo en el Apertura, a un punto del líder Racing.

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Con contundencia y momentos de buen fútbol, Nacional superó a Danubio 3-0 en el Parque Central, en el cierre de la quinta fecha. Con 12 unidades, es el único escolta del líder, Racing, que tiene 13.

El bolso trajo dentro de sus pertenencias, otra vez, la presencia de Iván Alonso. El delantero ganó bien en el área un centro que tiró Gonzalo Porras y colocó, a los 30 minutos, el 1-0. Con esta conquista el punta tricolor queda primero en la tabla de goleadores, con 7 tantos. Ocho minutos más tarde, el mismo tándem -robó Porras y asistió en contragolpe a Alonso- provocó que Matías de los Santos comenzara a tener una tarde desafortunada, convirtiendo en contra el 2-0. El tercero fue de Diego Arismendi, que parece acostumbrado a patear desde afuera del área. Exquisita abertura del pie derecho para situar la guinda abajo, inalcanzable para Salvador Ichazo.

Mejor parado

El duelo de estrategias para jugar lo ganó Nacional desde el arranque. Era un misterio su funcionamiento, por lo inconstante de las formaciones que su entrenador, Álvaro Gutiérrez, puede poner en cancha, debido a las lesiones de varios de sus jugadores. Volvió Rafa García al fondo, que tuvo a Colo Romero y Alfonso Espino como laterales, además de Diego Polenta como zaguero. El muro y primer instante de creación fueron Arismendi y Porras; Ignacio González y Gastón Pereiro jugaron como volantes ofensivos, mientras que Henry Giménez acompañó a Alonso en la delantera. Cambian las fichas pero no el puzle.

El primer tiempo fue dominado por ese funcionamiento bolso. Danubio no pudo (casi) nunca, parado en una formación con cinco volantes y un solo punta, que fue el argentino Matías Castro. Camilo Mayada, que venía de jugar con la selección de Uruguay ante Japón y Corea del Sur, hizo de enganche y no funcionó, mientras que Lea Sosa y José Ignacio González, Nachito, hicieron el ida y vuelta por las bandas. En ese juego dialéctico que propusieron siempre se sobrepuso el tricolor, y dejó a Danubio con el argumento de alguna esporádica contra para acercarse a Gustavo Munúa. Nacional marcó, presionó y generó más y mejor para proyectar sus puntas, que generaron asedio y chances permanentemente. Avisó en varias ocasiones. Dos claras, que sacó Salvador Ichazo, y dos tiros desde lejos que salieron arriba. Tanto fueron, que a la media hora de juego no perdonó Alonso y, a los 38, él mismo incidió para poner el 2-0.

Otro dominio

Porque la diferencia en goles y rendimiento daba cierta tranquilidad, porque se le notó concentración para no distraerse, y porque siguió controlando el dominio y la circulación del balón, Nacional fue afianzando la victoria con el correr de los minutos en el segundo tiempo. Leo Ramos buscó, con cambios, que Danubio mejorara el engranaje, pero no era el día. Arriesgó con los ingresos de Martín Silvera y Ernesto Farías, formando un ataque con tres puntas, pero falló la elaboración y las pelotas no llegaron con claridad. Niebla, todo era niebla. Apenas contó con una chance pero, como en esas tardes en las que no te sale nada y la culpa es del destino, Munúa estaba parado justo donde el balón ambicionaba meterse.

Para mejor, a Nacional sí le funcionaron las variantes, que le dieron aire y fútbol. El sello definitivo del partido lo puso Arismendi con el certero derechazo del 3-0. En los 15' del final del partido lo más relevante que pasó fue la expulsión por doble amarilla de Matías de los Santos en Danubio; y la niebla, que siempre será lo más nítido.

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