-¿Qué esperás encontrar en la Libertadores?
-Tenés dos clubes de Brasil, porque uno ganó la copa pasada, Chile con Colo-Colo anda muy bien, está Paraguay, Colombia es local y también tiene dos equipos... Es bravísimo. Pasa uno solo de cada grupo y el mejor segundo; prácticamente tenés que ganar todo. El nivel es muy alto.
-¿Cuáles son las mayores diferencias?
-En nuestro fútbol, tan pobre, hay jugadoras que juegan el domingo pero no entrenan en toda la semana. Entonces, pueden ser muy buenas, pero vos necesitás chiquilinas entrenadas porque si no, te ganan por físico. No hay muchas diferencias técnicas, y tácticamente enseguida enganchan la idea de lo que les querés proponer; pero el físico define: perdemos los partidos en los segundos tiempos. Entonces, si un club no trabaja bien físicamente -y lo mismo vale para una selección-, con un mes de trabajo no lo preparás, sobre todo teniendo en cuenta que el resto tiene procesos de dos años.
¿Cómo se puede aprovechar mejor esas experiencias?
-Competir a alto nivel te da otro roce. Aunque perdamos los partidos, tenemos que salir fortalecidas en algo. La vivencia del año pasado nos condujo a darnos cuenta -porque en Uruguay nos pasa poco- de cómo es jugar perdiendo, y no enseñó a controlar los nervios en ese tipo de situaciones.
Camino de libertadoras
Desde mañana hasta el 8 de noviembre se jugará la Copa Libertadores Femenina. Colón jugará en la serie B con Urquiza de Argentina, Ferroviária de Brasil y Espuce de Ecuador. En el grupo A jugarán São José de Brasil, Real Pasión de Colombia, Cerro Porteño de Paraguay y Estudiantes de Guárico de Venezuela, mientras que en la serie C están Formas Íntimas de Colombia, Colo-Colo de Chile, Universitario de Perú y San Martín de Porres de Bolivia. Colón debutará el jueves con Urquiza, el sábado jugará con Ferroviária y cerrará su actuación enfrentando a Espuce el lunes 2. Pasarán a semifinales los primeros de cada grupo y el mejor segundo.
-¿Cuánto hace que estás en Colón?
-En febrero van a hacer dos años. Arranqué con Juveniles, porque en Primera estaba Nacho [Ignacio Chitnisky] en ese momento, y cuando Nacho se fue agarré las dos categorías. Creo que estábamos en la segunda rueda del clasificatorio, no recuerdo bien, pero sí estoy segura de que hice toda la Copa de Oro; también lo definimos con Nacional. Pasó una cosa similar a lo que ocurrió este año: nosotras ganamos en nuestra cancha, ellas ganaron en Los Céspedes, y después nosotras tuvimos un empate y ellas perdieron un partido; salimos campeonas por un punto. Este año nos ganamos entre nosotras, pero ellas empataron un partido y sacamos la diferencia ahí. Es entre nosotras: el campeonato está ahí.
-Parece una declaración dura con los otros equipos...
-Pero es la realidad. Hay diferencias grandes. Imaginate que nosotras hacemos los goles a los 10, 15 minutos del primer tiempo, y cuando eso no sucede nos ponemos nerviosas porque hay algo que no nos parece normal. En el fútbol femenino uruguayo actual no hay sorpresas. Hay diferencias técnicas, tácticas, de cuidados personales. Por ejemplo, con Paulo Chaves, el coordinador, la otra vez nos pusimos a analizar por qué Colón tiene tan pocas jugadoras. ¡Tenemos sólo 14 en la categoría Mayores! Pero claro, una de las cosas que pasan es que las gurisas saben que en Colón tienen que ganar. No pueden salir a bailar el sábado, porque el domingo hay que ganar; salen a bailar otro día, pero el sábado no. Somos pocas, pero las que están quieren laburar en serio. Ésa es una fortaleza, que nos permite sacar diferencias en este fútbol, que es muy amateur.
-Ibas a ser la entrenadora de la selección uruguaya sub 20 y al final no te designaron. ¿Qué pasó?
-Fui entrenadora de la selección mayor en Ecuador, el año pasado, y este año me llamaron para dirigir la sub 20. Habíamos armado el cuerpo técnico, habíamos tenido reuniones con el Ejecutivo femenino; en ese momento estaba Jorge Franco como director de Desarrollo y él me contó qué pretendía y cuáles eran los ejes centrales para que yo dirigiera la sub 20. Me reuní tres o cuatro veces con mi cuerpo técnico, ya estábamos haciendo la captación de jugadoras para conformar el plantel, pero bueno... Mientras se estaba realizando un curso de FIFA, Jorge Franco se fue a Nacional para trabajar con Gustavo Munúa, dejó ese puesto y lo ocupó Daniel Enríquez. Él se presentó en el curso FIFA, Nair [Ackerman] me presentó como la directora técnica de la sub 20 y estuvimos charlando. A los 15 días me llamó la presidenta, Nair, para decirme, por teléfono, que habían decidido en conjunto que no sería la entrenadora; entendieron que como iba a participar en la Copa Libertadores con Colón no iba a poder cumplir con la función, que no iba a estar dedicada exclusivamente a la selección y que no me darían los tiempos. Pero todo eso se sabía desde antes: cuando me llamaron para la selección, yo ya sabía que iba a ser la entrenadora de Colón este año, porque clasificamos en 2014. ¡Un año hace que se sabe eso!
-¿Tu vinculación era sólo de palabra?
-Sí, sí, era de palabra, pero ya habíamos hablado incluso de sueldo, de tiempo, de preparación.
-¿No se había hablado antes de esa participación en la Libertadores que ya se sabía que tendrías con tu club?
-Sí, por supuesto. La idea era que yo dejara un asistente en Colón para dedicarme a la selección. Los diez días de Libertadores sí me iba a ausentar para ir a Medellín, y estaba previsto que en la selección quedara el asistente y de esa manera continuara el proceso. Pero bueno, creo que hay otras cuestiones de fondo.
-¿De qué tipo?
-Políticas. Yo soy muy frontal y no tengo amigos “políticos”. Cuando me eligen es por mi laburo, mi laburo y mi laburo. A veces, cuando digo las cosas las digo desde un lugar no muy amable, y estoy pagando por eso, porque por mi laburo no se puede hablar. Por suerte, en todos los lugares a los que he ido siempre he sacado algún resultado. Capaz que por ahí, al no ser políticamente correcta, quedé afuera por esas circunstancias. Imaginate que, hoy por hoy, de las tres personas que están dentro del cuerpo técnico de la sub 20 ninguna trabaja o está dedicada al fútbol femenino de la AUF [Asociación Uruguaya de Fútbol]. Esto te da la pauta, si lo mirás con un poquito de distancia, de que a la AUF no le interesa el fútbol femenino; no sé cómo vamos a cambiar la historia. Yo pensé que después de haber clasificado al Mundial sub 17 en Azerbaiyán iba a existir un antes y un después; pero no fue así, la historia sigue igual.
-¿De dónde se podría haber sacado algo mejor?
-Por ejemplo, se podría haber aprovechado la publicidad que se le dio: estábamos en todos los canales en esa época y la gente supo que hubo una selección de fútbol femenino que fue a un mundial. Se podría haber aprovechado eso, buscado patrocinadores, haberse movido. Hay falta de dinero pero seguimos andando; se le pudo haber dado otro interés. No te estoy hablando de la directiva del fútbol femenino, porque por dentro hay gente que quiere que esto avance, aunque no encuentra los caminos, sino desde allá arriba. Hasta cierto punto, creo que existimos dentro de la AUF porque la FIFA [Federación Internacional del Fútbol Asociación] les tiró el lineamiento de que deben tener fútbol femenino. Nada más.