Aunque el de anoche fue el mejor resultado de los tricolores ante Palestino, fue el peor y dentro de unos días nomás, años, cuando este pedazo de diario no sea más que un incomprobable recuerdo amarillento, nadie remitirá a aquella rara noche de febrero cuando Nacional le ganó a Palestino.
Una fría noche de 1976, cuando las noches eran frías y muy oscuras en abril, porque la dictadura cívico-militar no necesitaba metáforas para hacernos grises y nerviosos cada uno de los días, ante apenas 5.000 o 6.000 personas Nacional había conseguido hasta anoche su mejor resultado internacional ante el equipo chileno. En aquella noche del 3 de abril, en el Centenario los tricolores empataron su segundo partido con el equipo de la colectividad palestina, que por ese entonces debutaba en la Copa Libertadores. En Santiago habían empatado 2-2, pero en aquellos grupos de cuatro (dos de cada país) y con un solo clasificado por serie, su escasa puntuación ya había dejado afuera a los tricolores en los dos partidos en Montevideo ante los trasandinos de Unión Española y los de Palestino. Jugar eliminado ya era feo, pero además Peñarol necesitaba una manito de Nacional para tener una mínima chance de clasificar. Ahora llamaría la atención, pero 39 años atrás los bolsos sacaron dos empates, ante Unión Española y Palestino, en el Centenario e hicieron que aquel Peñarol de Fernando Morena, Ramón Silva y el Pelado Acosta terminara clasificando por diferencia de goles.
Anoche perdió Palestino, pero quedó clasificado para jugar en la fase de grupos de la Copa Libertadores, después de 39 años. Nacional ganó pero, no pudo.