Volvió la exaltación del básquetbol y con ella, las emociones. Y ambas, juntas, fueron sinónimo de la primera semifinal jugada ayer entre playeros y macabeos. Con una gran labor de Luciano Parodi (17 puntos) y Sebastián Izaguirre (goleador del juego con 19), cubriendo prácticamente todos los rubros medulares para obtener un partido, Hebraica y Macabi se alzó con la victoria. La historia será larga, porque hay que ganar tres juegos para ser finalista.
El primer cuarto fue parejo y los dos equipos se alternaron en el marcador. Fue interesante la doble gestión de Izaguirre en Hebraica: posteó como los mejores, corrió la cancha y metió triples como los que gozan jugando fuera del perímetro. En Malvín el goleo fue de su base, Federico Mono Bavosi, que aprovechó el hecho de que las primeras armas ofensivas de su equipo eran bien marcadas. Todo, es decir, el juego de ambos equipos, estuvo bajo un estricto control mutuo. Primaron las buenas lecturas de las defensas sobre los ataques, lo que se reflejó en el tanteador final del primer chico: 18-15 favorable a Malvín.
¡Qué bien juega Parodi! No es nada nuevo. Ayer al sanducero le dieron la tarea de, además de conducir a su equipo junto con Gustavo Barrera, marcar a Nicolás Mazzarino. Cumplió con creces ambas cosas. En el segundo cuarto fue efectivo a la hora de los triples, con lo que logró que el macabeo pasara en el tanteador, además de terminar como el goleador del partido, hasta ese momento con 9 puntos. Como si fuera poco, con su marca pegajosa dejó a Nico en sólo 3 puntos. Buscando alternativas, Pablo López halló respuestas para Malvín con el ingreso de Reque Newsome. Con su juego bajo la pintura el pivot dio puntos y rebotes. De todas formas, el presagio de un marcador bajo ya era una realidad. Y en esa alternancia de desaciertos con aciertos, el playero volvió a situarse por delante: 30-29. Así fueron los primeros 20 minutos.
Otra muestra de que había y seguiría habiendo estrecho margen es la máxima diferencia que se dio en el tercer cuarto. Fue para Macabi 45-39; son 6 puntos que parecen poco, pero por la forma en que estaba planteado el juego fueron mucho. Bastante sacrificio le costó a Hebraica lograr esa brecha. Primero apretó en el hombre a hombre, sobre todo en no dejar actuar a Bavosi. La encomienda le tocó a Panchi Barrera, que defendió bien. Newsome, el mejor yanqui en la cancha, fue el único que pudo vencer la férrea marca en varias oportunidades. Se cargó de faltas, por eso López lo sentó en el banco. Al final del tercer período todo volvió a la normalidad: 52-50 para Macabi.
No cambió la tónica en la última parte. Es verdad que Macabi sacó la máxima con diez puntos arriba, 66-56, con un bombazo desde el triple del mercedario Barrera. Faltaban cuatro minutos para terminar el partido y parecía mucha diferencia, pero el playero no estaba dispuesto a sentirse perdedor. Reaccionó bien con la insistencia de Bavosi, el juego exterior de Kennedy Winston (de bajo nivel hasta el último cuarto) y Newsome en el poste bajo. Remó lo que pudo y logró achicar el margen a cinco puntos, hasta que apareció el panameño Michael Hicks. El veterano alero sumó puntos con tiros decisivos. Fueron el 1-0 de la serie.
Arrancan
La segunda llave semifinal de la LUB se iniciará esta noche a las 20.15. Atenas va por su primera final de LUB, mientras que Trouville quiere volver después de varios años. El elenco de Palermo eliminó a Larre Borges en cuartos de final, luego de más lucha de la prevista. Los dirigidos por el argentino Adrián Capelli terminaron con el número 1 en la fase regular y enfrentaron a los aurinegros, que venían de la Permanencia. Pero esa diferencia de posiciones -o de procedencia de la zona alta del campeonato y de la zona baja- no se notó en la cancha, y la serie estuvo muy pareja.
Atenas tiene en el puertorriqueño Johwen Villegas al hombre más importante en ataque, con un promedio de 19,8 tantos por partido. Desde su fuerte uno contra uno, el mejor de esta edición de la LUB, genera mucho para sus compañeros y para sus propios puntos. Es muy difícil de defender cuando está en una gran noche, y Trouville deberá frenarlo de la mejor manera posible. El tiro de tres puntos ha sido en varios partidos un rubro fundamental para los atenienses, que si encuentran inspirados a Villegas, Iván Loriente, Joaquín Osimani y Juan Cambón pueden anotar una catarata de triples. Es una incógnita el nivel de Jaime Lloreda; apenas disputó dos partidos con su nuevo equipo y llegó con bajo nivel físico. El internacional panameño es el hombre clave en la zona pintada.
Trouville presenta un juego interno muy potente con el jamaiquino Kevin Young y el venezolano Néstor Colmenares. Entre ambos preocupan mucho a todos sus rivales por la cantidad de rebotes ofensivos que convierten en cada partido. Colmenares tiene un uno contra uno de frente al aro complicado para cualquier defensa que se le ponga adelante, un aspecto que Atenas deberá tener en cuenta. En el perímetro, la T de Pocitos tiene dos muchachos que sobresalen del resto: el base Santiago Vidal, cuyo juego mejora cada día luego de que se recuperara de una fractura, y Joaquín Izuibejeres, el hombre que le da experiencia a un conjunto bastante joven y poco acostumbrado a jugar semifinales. Este último no sólo ha jugado semifinales con cada camiseta que ha vestido en la LUB: ya cortó las redes con Trouville, con Malvín y con Hebraica y Macabi. También es digna de mención la temporada de Claudio Bascou, revelación de los rojos, que aporta defensa intensa y puntos clave.
Luego del juego de esta noche, el segundo cotejo de la llave Hebraica y Macabi-Malvín será el viernes a las 20.15 en el Palacio Peñarol, mientras que Trouville y Atenas se volverán a enfrentar el sábado a la misma hora y en el mismo escenario. Los terceros puntos se disputarán entre lunes y martes de la semana próxima.