Fue una serie muy linda, en la que se enfrentaron dos buenos equipos que tuvieron momentos de destaque en la temporada. Malvín arrancó muy bien el certamen; luego, tras algunos cambios de extranjeros, perdió algo de solidez, hasta que en las últimas presentaciones nuevamente se mostró como el candidato firme a quedarse con el título. Hebraica fue parejo durante todo el año basquetbolístico, habiendo mantenido la dupla de foráneos integrada por el panameño Michael Hicks y el brasileño Hatila Passos, además de apostar a jóvenes de la cantera, como Luciano Parodi, base que asumió de gran manera el rol que le tocó. Mostró un juego colectivo que le permitió permanecer en las primeras posiciones de la tabla.
La llave semifinal fue cambiante, pero terminó con Malvín apabullando a su rival. Demostró su categoría cuando no tenía mañana, y en el cuarto juego venció a los macabeos de forma clara. Confirmó su clase como equipo el sábado, derrotando por 28 puntos, 75-47, en el quinto duelo.
El primer cuarto de la noche sabatina en el Palacio Peñarol fue determinante para el resto del juego. Un parcial de 21-5 en los primeros diez minutos marcó el quinto enfrentamiento de la serie semifinal, y Malvín prácticamente aseguró su pasaje en un cuarto.
Al igual que en el cuarto cotejo, el estadounidense Terence Dials arrancó muy enchufado: anotó 7 puntos y fue imparable en la zona pintada de la cancha. Pero no fue el único certero, sino que todos estaban con la mano caliente. Mathías Calfani acompañó en el juego interno a Dials, y Federico Bavosi, conduciendo y aportando tiros de frente al aro, también sobresalieron en el tramo inicial del juego. Pero el gran mérito del azul de la playa estuvo en defensa: solamente recibieron cinco unidades en el primer período. Todo le funcionó a la perfección al entrenador; las defensas de las cortinas directas, las ayudas defensivas ante las situaciones de uno contra uno de Hicks, el bloqueo del rebote defensivo. Todo esto también le permitió correr la cancha en algunos tramos.
El primer tiempo se fue con el campeón 2013-2014 arriba 34-21, una desventaja que claramente era bastante buena para los dirigidos por Marcelo Signorelli, teniendo en cuenta la gran diferencia de juego dentro del campo. Pero en el tercer cuarto se liquidó la historia: 20-8 fue el parcial del tercer chico, y Malvín estaba en la final. Los últimos diez minutos sirvieron para estirar la diferencia en el marcador y para darles minutos a los juveniles del plantel playero.
Los 47 puntos recibidos en 40 minutos muestran lo bien que estuvo la defensa azul a lo largo de todo el partido, en un día clave para las aspiraciones de ir por la cuarta corona en la historia de LUB. Hebraica se fue con el sabor amargo de la amplia derrota, pero nada le quita la gran temporada, en la que apostó a potenciar a varios jóvenes y a generar una buena base para el próximo torneo.
El rival de Malvín en la final será Trouville, que venció hace varios días a Atenas en la otra llave y espera tranquilo la definición, sabiendo que no será fácil dejar por el camino al vigente campeón. Los rojos de Pocitos, teniendo en cuenta las ausencias definitivas de Martín Aguilera y Nicolás Álvarez, entrenan con el mismo plantel que clasificó a la definición pensando en el playero. Por primera vez Trouville, campeón en la temporada 2005-2006, y Malvín definirán un título.
Impresionante
Los números de Malvín y de su entrenador, Pablo López, en la historia de la LUB son espectaculares. Con respecto al conductor de este equipo, hay que mencionar que disputará su octava final desde 2003. López comenzó su destacado camino en la LUB al mando de Paysandú Basket-Ball Club. Con el elenco sanducero cayó ante Defensor Sporting en la serie final, que tuvo un cierre con decisiones arbitrales que perjudicaron claramente al equipo del interior. En 2004 nuevamente Paysandú estuvo definiendo, pero en este caso Salto Uruguay fue el vencedor. Más allá de las derrotas, López comenzó a perfilarse como un entrenador a tener en cuenta en Primera División, demostrando mucha dedicación a su labor.
Haciendo un repaso de todas las actuaciones de Malvín en la historia de la LUB, quedó afuera en 2004 en cuartos de final, mientras que en 2005 quedó afuera de la segunda fase ya que no logró avanzar en el Clasificatorio. Con López la racha cambió, y desde 2006 a la fecha, el año de su peor ubicación fue 2007, cuando no disputó el play off; dejando de lado esa temporada, siempre estuvo en la final o en la semifinal, y ha sido uno de los grandes animadores en la corta historia de la Liga.