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Federico Bavosi, de Malvín, y Hatila Passos, de Hebraica y Macabi, ayer, en el Palacio Peñarol. Foto: Pablo Vignali

Una vez más

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Malvín puso temple y jerarquía y estiró la serie hasta el sábado.

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Mañana cumple 100 años el básquetbol como deporte federado en Uruguay, y el último partido antes de la fiesta fue el mejor regalo que el básquetbol nos podía dar.

En un gigantesco encuentro, Malvín venció a Hebraica y Macabi 68-62, se sacó el peso de encima y quedó mano a mano para el quinto partido del sábado, en el que intentará revalidar la expectativa de mantener su condición de campeón vigente.

Pablo López, el más exitoso director técnico en la historia de la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB), preparó, trabajó y persiguió el partido con una gran defensa y una rotación que permitiera a los suyos poder hacerse fuertes en defensa, con una preponderante actuación de los estadounidenses.

Ambos equipos jugaron un primer cuarto muy parejo, con un resultado de 18-14 para el macabeo. Había empezado bien Malvín, pero Hicks puso a Hebraica por encima. Final del primer tiempo: 34-32.

Qué maravilla este deporte. Empezó el segundo tiempo y, a pesar de que las expectativas sobre el juego del NBA Dials siguieron sin cumplirse -en el arranque del partido había sido duro y efectivo-, Malvín puso un 8-0 con Calfani como si fuera un gringo, y Mazzarino, moviendo y poniendo, hizo pasar a los playeros 40-34. En estas rachas de buen juego defensivo y aciertos colectivos, Malvín aprovechó para sacar la máxima ventaja con el grácil Winston, que colocó 5 unidades consecutivas y llevó el marcador a 45-34. En 5 minutos, la mitad exacta del cuarto, Hebraica no había conseguido ni un punto y permanecía en 34; el hincha macabeo le ponía mostaza al pancho en el entretiempo mientras relojeaba satisfecho el marcador electrónico. Cuando lo volvió a mirar, calculó que Malvín en 6 minutos de juego iba 17-1, porque las bombitas rojas del marcador que da al escenario decían 49-35.

La desesperación de Marcelo Signorelli, el entrenador de Hebraica, quedó de manifiesto en las sucesivas rotaciones que ejecutó, moviendo el banco para ver si podía achicar, cosa que apenas consiguió, ya que sólo descontó un par de puntos: se fueron al último descanso con un triunfo playero 55-43. Si hubiese otro tipo de mediciones, hasta se podría decir que en el tercer cuarto el estadounidense Winston le ganó a Hebraica 11-9, en un cuarto que torció el juego para los playeros, que lo ganaron 23-9.

El último cuarto encontró a un querendón Hebraica y a un desacertado Malvín, que además perdió tempranamente a Dials, por quinta falta.

Esta vez fue decisivo Newsome, que hizo un gran trabajo defensivo contra Hatila y Hicks y estuvo feliz frente al aro. Fue así que el equipo de López tomó una apreciable ventaja de 15, que le permitió administrar el juego; aun cuando pareció que, por medio de un par de triples, Hebraica intentaba una última reacción, cuando se puso a 5 faltando un minuto. Fue un gran triunfo malvinense.

Esto sigue

La actividad de la LUB seguirá el sábado de noche cuando se dispute el quinto juego de la serie entre Hebraica y Malvín. Los dos equipos se juegan la continuidad en el torneo en un solo partido, el decisivo de una serie que cuenta con dos aspirantes al título de campeón.

Mientras tanto, Trouville espera tranquilo y entrenando a su rival en la final, luego de haber derrotado en la otra llave semifinal a Atenas 3-0. Los rojos de Pocitos ya saben que no contarán con Nicolás Álvarez ni con Martín Aguilera.

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