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José María Giménez, Cristian Rodríguez y Edinson Cavani festejan el gol ante Jamaica, el sábado, en el Estadio Regional Calvo y Bascuñán de Antofagasta, Chile. Foto: Javier Valdés, Efe

La primera vale un ciento

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Tras la victoria ante Jamaica, Uruguay ya está en La Serena para enfrentar mañana a Argentina.

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Acaso cuando el paraguayo Paulo da Silva le bajó la pelota del empate guaraní a Lucas Barrios para que pusiera el 2-2 final del partido entre Argentina y Paraguay en La Serena, empezó a resignificarse o a valorarse de otra manera el triunfo de Uruguay unas horas antes en Antofagasta 1-0 sobre Jamaica. Por lo pronto, la que pareció una trabajosa y tal vez pobre victoria dejó a los uruguayos primeros en la primera fecha de la serie, y no es poco.

Fue la primera vez que una selección absoluta dirigida por Óscar Washington Tabárez -el Maestro, además de la mayor, en dos etapas dirigió a Uruguay en los Panamericanos y a la selección sub 20- ganó en el debut en la Copa América de mayores. Fue 1-0, y antes de que empezara el partido Argentina-Paraguay en La Serena, Tabárez ponía particular énfasis en el trabajoso triunfo: “La victoria es el aspecto que debe ser más valorado. Obviamente, no salió el partido que pensábamos. Somos conscientes de que tenemos que mejorar muchas cosas. Espero que sirva para ver una mejor expresión colectiva del equipo. Pero acertamos en lo único que no se puede modificar si no se consigue lo otro: el resultado. Se ganó, y eso es bueno. Es la primera vez que me toca arrancar ganando, y es mi cuarta Copa”.

Lo cierto es que la celeste, tras el partido en el bonito estadio Calvo y Bascuñán, el Regional de Antofagasta, descansó en la Perla del Norte y ayer de mañana, en una de las canchas auxiliares del mismo estadio -estas canchas tan nuevitas que, como la principal, están blanditas-, practicó ya como líder del grupo.

Los titulares y los que participaron en el juego hicieron ejercicios regenerativos, y los que no tuvieron actividad ante los duros jamaiquinos hicieron un fuerte trabajo en espacios reducidos. Pero antes, Tabárez se parapetó frente a ellos y les habló un buen rato, seguramente con miras a mejorar algunos aspectos del juego que no pudieron ser bien llevados el sábado en el debut. El entrenador hizo alusión al rendimiento de los celestes después del partido: “Los futbolistas de Uruguay fueron sorprendidos por Jamaica. Los conocíamos por videos, pero otra cosa es vivirlo en el campo. No estamos adaptados a la gran velocidad que tienen muchos de sus futbolistas, además de la organización colectiva. Es el primer partido de gran significado que tenemos desde que reunimos al grupo, no hace mucho tiempo. Ahora podemos empezar a valorar cómo estamos. Creo que hubo cosas que no funcionaron bien. Todos los equipos mejoran con el campeonato, y tenemos el beneficio que da la victoria, que es importante para la tabla”.

Después del entrenamiento en Antofagasta, los celestes viajaron en un vuelo chárter de poco más de una hora rumbo a La Serena, para alojarse en el hotel Enjoy, donde la diaria ya los estaba esperando, cuando en Uruguay ya había empezado el clásico. Todo bien: ahora, a preparar el estratégico partido ante los argentinos, que evidentemente quedaron golpeados con el empate frente a Paraguay.

Mucho más que un reggaecito

Ustedes ya lo saben: estuvo salado el partido con Jamaica. Bastante salado. Más de lo que uno podía presagiar en los primeros minutos en aquel lindo estadio acariciado por los vientos del Pacífico, que está ahí nomás, a menos de dos cuadras. Hasta que no le quedó aquella pelota al Cebollita sobre el sector derecho del ataque uruguayo, justo donde estaba el grueso de nuestra gente, todo estaba muy tranqui. Apuntaba cierta ingenuidad en los jamaiquinos, y algo ya comprobado: qué bien se mueve Uruguay en defensa. Hasta ese momento se notaba que el elenco de Tabárez es el experimentado que espera el error de los más novatos. Eso también me parece a mí, y pienso que no saben que en cualquier momento les daremos el golpe.

También la gente en el estadio es ingenua y festeja la torpe tenencia de pelota de los jamaiquinos. Sin embargo, pasa el tiempo y no sale. Se escucha todo. La gente está en silencio o hace pavadas: tira la pelota de un lado a otro de la tribuna. No hay juego. Tampoco posibilidades de que alguien se destape. Pienso que si no puede Barcelona cuando se le clavan todos atrás, no vamos a poder nosotros.

¿Por qué quedamos tan atados? Ustedes quedaron helados frente a los televisores cuando el 9 de los reggae boyz pifió solo frente a Muslerita, e hicieron fuerza como yo para que Cavani pudiera darse vuelta en la jugada siguiente, y nada.

Y ya que había sido el _ el que había anunciado, fue también el que, al inicio del segundo tiempo, puso el 1-0 con jugada preparada para que Josema, en el segundo palo, la bajara. Tic y gol de Cristian Rodríguez. “Se abrirá el partido”, pensamos muchos, pero nada. La potencia y ciertas destrezas técnicas de esos búfalos de camiseta amarilla nunca permitieron que los celestes se desataran y, por el contrario, me llevó a anotar esto: “¡Qué bien el terrible Godín, cada vez se parece más a Nasazzi!”. Y espero que no me excomulguen los viejos seguidores de Fútbol era el de antes.

Con los ingresos de Stuani y De Arrascaeta, Uruguay quedó con cinco potenciales delanteros, pero nunca pudo terminar de definir el juego, ni siguiera cuando, tras el centro de la muerte, Stuani no pudo definir el pase-gol.

No sé si ustedes son truqueros, pero yo estoy convencido de que, como dice el dicho entre porotos y naipes: la primera vale un ciento.

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