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Bruno Fornaroli, de Danubio, y Ángel Rodríguez, de River Plate, ayer, en Jardines del Hipódromo. Foto: Pablo Vignali

Le copó la idea

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Danubio rompió el sueño de campeonato de River Plate y jugará a nivel internacional.

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La franja se impuso como local 2-0 sobre River Plate por la última jornada del Torneo Clausura y sacó pasaje directo a la próxima Copa Sudamericana. Eso fue a buscar y eso obtuvo. Luego de no jugar un buen primer tiempo, Leo Ramos mandó cambios a la cancha que mejoraron el funcionamiento de Danubio. Y llegaron los goles a 10 minutos del final: el primero fue de Fabricio Formiliano, quien ya era el mejor de la cancha por su desempeño, sobre todo defensivo, y, unos minutos después, Gonzalo Barreto, a lo pescador, sin estar en offside porque el pase detrás del defensor darsenero lo habilitó, toco en corto y concretó el marcador definitivo. Fue premio para Danubio, que echó por tierra la ilusión y la chance de título de River.

Gracias al triunfo, el conjunto de la Curva de Maroñas jugará por octava vez la Copa Sudamericana. Ya lo era antes y lo ratifica otro año más: Danubio es el equipo uruguayo que más veces participó en el torneo continental. El misterio será cómo siguen el barco y su timonel, Leonardo Ramos. Luego de la exitosa campaña del Uruguayo pasado, en la que consiguió que su equipo se consagrara campeón en finales contra Wanderers, Ramos no tiene su futuro decidido. Tiempo al tiempo. El que tiene su futuro más claro es Guillermo Almada, el entrenador darsenero desde hace cuatro años. Ayer trascendió que el martes volará hacia Ecuador, donde firmará contrato con Barcelona de Guayaquíl.

Danubio ganó por lo que hizo en el segundo tiempo. Dos cambios casi pegados fueron la causa de que mejorara la elaboración de juego para llegar al arco rival. Ignacio González dio mucho más traslado entre líneas desde que ingresó por Hamilton Pereira, mientras que Barreto generó mucho más peligro que los delanteros danubianos. Inquieto, fue importante con su velocidad. Ambos fueron socios perfectos que despertaron las subidas de Leandro Sosa y Jorge Graví, quienes durante todo el primer tiempo debieron aplicarse bastante más a la marca que a los desprendimientos hacia el ataque. Fernando Gorriarán, Michael Santos y compañía inquietaban una vez tras otra el arco defendido por Franco Torgnascioli.

Desde un córner se gestó el primer gol. Centro desde la izquierda, Federico Ricca que la peina en el primer palo, y Formiliano, con todo el arco a su disposición, la cambió perfectamente, a contrapié de Gastón Olveira, inatajable. Ni tiempo a reaccionar tuvieron los darseneros: minutos más tarde Barreto encontró la bocha tras un despeje hacia atrás y sentenció el trámite. A River sólo le servían los tres puntos y esperar. Tendrá que conformarse con el logro histórico de clasificarse a jugar la próxima Copa Libertadores de América por primera vez.

Si de ganar se trataba, el rojiblanco hizo méritos en el primer tiempo. Claudio Innella y el brasileño Marques se apoderaron del eje central de la cancha e hicieron el primer pase de toda la jugada. Abiertos, Marquinhos y Gorriarán, el primero por la izquierda y el segundo por la franja derecha, hicieron el trabajo de trasladar la pelota hacia la zona quemante. Torgnascioli le tapó una a Santos de arranque. El resto de los embates fueron erigiendo, poco a poco, a Formiliano como figura. Jugó casi todo el torneo como doble cinco, pero ayer lo mandaron de zaguero. Y no defraudó.

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