Sereno en La Serena, así está Uruguay. En realidad, hay una trampita, porque está en Coquimbo. Sin duda, ha sido un gran acierto permanecer en la cuarta región, a la que los celestes están ya habituados -tampoco es que estén como en casa- y de la que saldrán recién hoy de noche para cumplir mañana con los requisitos de llegar al Estadio Nacional de Santiago para ofrecer una conferencia de prensa y, seguramente, hacer el reconocimiento del escenario en el que el miércoles a las 20.30 enfrentarán a Chile.
Uruguay se mantiene acá. Ayer entrenaron en el complejo Los Llanos los futbolistas que no jugaron desde el arranque el partido con Paraguay el sábado; hoy, en las preciosas canchas de cara a las montañas, seguramente se empezará a parar el equipo que el miércoles enfrentará a los trasandinos.
Desde adentro no hay pistas, y está bien que así sea. La única certeza es que frente a la roja no estará el lateral izquierdo Álvaro Palito Pereira, que acumuló dos tarjetas amarillas. Cómo reacomodará Tabárez la zona defensiva es un gran interrogante. Para restablecer la figura de la línea de cuatro, que llegó al campeonato sin su lateral izquierdo -el Pelado Martín Cáceres-, bien puede optar por el experimentado Jorge Fucile, que jugó por el lateral izquierdo hace cinco años en el Mundial de Sudáfrica pero tiene la desventaja de haber tenido muy poco fútbol en las últimas dos temporadas, por causa de sus lesiones, además de que es diestro. También se presentan otras opciones, como tratar de reacomodar al sauceño Mathías Chiche Corujo por el costado izquierdo, o la lógica de colocar por ese costado al zurdo juvenil Gastón Silva, polivalente futbolista que, en ese caso, se convertiría en el único jugador que haya participado en todas las justas continentales posibles en los últimos años, desde la sub 15 hasta la mayor. Pero hay incluso otra posibilidad para establecer la estrategia defensiva: mantener a Sebastián Coates, ya que regresa el capitán Diego Godín, y jugar con tres en el fondo y con el Cebolla Cristian Rodríguez como carrilero por la izquierda, función que también podría cumplir el propio Silva, que tiene muy buena salida. En función de la estrategia, habrá que ver si se mantienen la mediacancha y la delantera que empezaron jugando ante Paraguay, o si el lacazino Rodríguez vuelve a ganarse un lugar entre los 11, teniendo en cuenta su buena actuación el sábado.
Es saludable mantenerse alejado de Santiago y del ruido, ya que la prensa se encarga de demonizar a la celeste con calificativos gruesos. No les gusta cómo juega el equipo del Maestro Óscar Tabárez, y seguramente están demasiado enamorados de sí mismos. “Chile vs Uruguay, toque vs refriega”, tituló La Tercera, y es sólo una muestra de los comentarios de ese tenor que se repiten en radio y televisión. Pero si bien ésa es la tónica del discurso, también hay otras voces: el escritor y periodista Luis Urrutia O'Nell advierte sobre el presente de la roja y sus futbolistas: “Ellos son inocentes, les han hecho creer que son los mejores de la historia”.
Ayer los chilenos, en conferencia de prensa, se mostraron tan confiados como cautos en sus expresiones. “El juego aéreo y físico es el punto más fuerte que tiene Uruguay. Va bien a la pelota detenida. Vamos a tener que estar muy concentrados y ser fuertes en la marca”, señaló Charles Aranguiz. “No sé si somos el mejor equipo, pero sí hemos subido mucho de nivel. El partido con Bolivia fue casi perfecto”, agregó.
Unas horas más tarde, en el Enjoy Coquimbo, Coates, encargado de comparecer ante la prensa junto a Cristhian Stuani, afirmó: “Chile juega muy bien, como hizo contra Bolivia, ataca con mucha gente, pero nosotros sabemos cómo lastimarlos”, aunque reconoció: “Chile está pasando por un gran momento. Están jugando muy bien, pero en el fútbol no hay favoritos”.
Averi-guaré
Hasta el sábado Uruguay no tenía plaza segura en los cuartos de final. Tampoco sabía cómo ni en qué posición clasificaría, aunque tenía la certeza de que si vencía a Paraguay no sería rival de los locales el miércoles. Y la verdad es que el elenco de Tabárez, que el sábado jugó con Carlos Pato Sánchez y Abel Hernández de titulares, en sustitución de Nicolás Lodeiro y el Cebolla -también debutó Coates, en lugar del suspendido Godín-, pudo y se podría decir que debió haber ganado, porque jugó mejor, cargó con el partido y fue el que tuvo más chances, y podría haberlo liquidado después del 1-0.
La primera jugada que hizo levantar a las tribunas en La Portada fue un tiro de media vuelta de Abel a los cinco minutos de juego. De todas maneras, el partido no entusiasmó a los chilenos, a quienes no les gusta que frente al riesgo se privilegie el quite al juego. Los uruguayos empezaron a desequilibrar por la derecha, con Maxi Pereira, Álvaro Tata González y Sánchez, y aunque lejos del gol, Edinson Cavani dejaba sensación de liderazgo, hasta que saltó José María Giménez a los 28, de pique al suelo, saludando la bandera, después de un córner desde la derecha. Un golazo.
Tres avances más que terminaron en córner y tres posibilidades de Uruguay. Gran tapada de Villar, en la anterior no había llegado Coates, a pase de Rolan y puntín afuera de Cavani en una jugada que debió terminar en gol. Así, con sus limitaciones, con sus ausencias, Uruguay estaba superando bien a Paraguay y tuvo oportunidades de doblegarlo, pero al final mismo de la primera parte llegó el empate de los paraguayos, con un gol de Lucas Barrios, el argentino que llegó a la fama en el fútbol chileno y es internacional con la albirroja.
Ya no me había gustado el córner desde la derecha anterior. En éste, Barrios anticipó a Josema y Muslera no tuvo nada que hacer. Una pena, porque después de un buen primer tiempo, en el que Uruguay había sido superior y podría haber tomado una ventaja mayor, salió al segundo tiempo con la sensación ingrata del empate.
Un par de infracciones después de la tarjeta amarilla que recibó Abel lo limitaron, por lo que fue sustituido y se quedó en el vestuario para el arranque de la segunda parte.
Con la ventaja, el partido le había quedado más cómodo a Uruguay, sobre todo por la derecha, y se amplió hacia la izquierda con el ingreso del Cebolla, pero no pudo vencer a un impecable Justo Villar.
El partido terminó en división de puntos y la clasificación de Uruguay como tercero. Paraguay había empezado el partido ya clasificado, porque desde el viernes se sabía que uno de los terceros (Ecuador) terminaba con 3 puntos. Estuvo lindo para haberlo ganado y salir de la incomodidad emocional de tener que ser visitantes en un clima eufórico, pero estos torneos son así y la meta de clasificar se consiguió. Ahora hay que ir por Chile.