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El jugador de Uruguay Mathías Suárez festeja el primer gol ante Brasil ayer, en los Juegos Panamericanos en Toronto (Canadá). Foto: Javier Etxezarreta, Efe

El fantasma del 50

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Uruguay le ganó de atrás a Brasil 2-1 y el domingo juega la final de los Panamericanos con México.

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Épica victoria de la selección celeste en los Panamericanos. Desde los 10 minutos Uruguay tuvo que remar el partido con un futbolista menos en la cancha. Mauricio Lemos metió un par de cortitos con la derecha y la izquierda y bajó a un rival en el área cuando la selección esperaba por un tiro libre, en ataque, increíble. Tontísima expulsión del riverense. De todos modos, el primer tiempo se presentó muy parejo y no se notó para nada la expulsión. A los 30 un cabezazo de Erick Cabaco podría haber sido el primer festejo tras una salida en falso de Da Silva, y, sobre el final, una contra fatal de Juan Cruz Mascia también podría haber abierto el marcador, pero el delantero tricolor definió, muy exigido tras una corrida notable, al cuerpo del golero. El tiempo empezó a correr más rápido y el 0-0, a pesar de la superioridad numérica de Brasil, no se movía. Tampoco en el segundo tiempo. Aunque algo cambió: Fernando Gorriarán, una de las figuras del equipo y autor del gol que le dio a la celeste la clasificación a estas semifinales, se retiró lesionado, y por él entró Andrés Schettino, que por su juego se mete un poquito más en la cueva.

Con el Toto Gastón Faber en la línea de cuatro para suplir a Lemos -además, los titulares Formiliano y Gorga estaban suspendidos- se nos venían. Luego fue a la cancha Facundo Castro, para darle más frescura y velocidad al mediocampo. Salió Mascia, de buen partido, pero agotado. Los de Fabián Coito apelaban al contraataque de Santos y Lozano, rápidos y habilidosos. Alguna les podía quedar. El partido no se complicó hasta que Erik recibió una pelota a las espaldas de los zagueros uruguayos, se metió en el área y De Amores salió a chocarlo -no le quedaba otra- con todo. Penal, que pateó Clayton al palo izquierdo de Guillermo, que adivinó el ángulo y tapó notablemente, pero la pelota rebotó hacia el medio y el delantero brasileño la mandó adentro. 1-0, faltaban 15: complicadísimo. Pero apareció el Flaco Schettino, que puso el empate tras un córner bien ejecutado por Castro. Derechazo y adentro, ¡Uruguay, nomá! Ni festejar pudieron, porque en la jugada que siguió al empate apareció solo el Pelo Santos en el área, y con la parte externa -tres dedos- de su pie derecho dio vuelta el partido. ¡Increíble! Maravilloso pasaje a la final, por la medalla de oro, por ser campeones, como en Caracas 1983.

La final, que se jugará el domingo a las 14.05, será contra la selección mexicana, que ayer en la otra llave semifinal se impuso 2-1 sobre el equipo de Panamá. El duelo por el bronce entre panameños y brasileños se jugará mañana, también a las 14.05.

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