Patas blancas y albinegros repartieron unidades tras su duelo de ayer de tarde en el coqueto Suppici coloniense. Con el empate al bohemio se le escapó la punta del campeonato, aunque sigue siendo el único invicto de la competencia, con tres partidos ganados y dos empatados. A los locales el punto les sirve porque rinde doble en la lejana tabla del descenso, pero, a juzgar por lo que fue el primer tiempo y porque en el complemento jugó con un hombre de más, la igualdad le dejó gusto a poco. Cristian Malán abrió la cuenta para Plaza, mientras que Kevin Ramírez empató para el bohemio.
Parece increíble, pero la expulsión motivó a los dos. Apenas transcurrían unos minutos de comenzado el segundo tiempo y, por la imagen dejada en los primeros 45, la perspectiva era que en un juego 11 contra diez Plaza sacara ventajas. Los colonienses fueron mucho mejores en el inicio gracias al control del juego en la mitad de la cancha y a lo que hicieron con la pelota cuando la tuvieron. Wanderers, sorprendido, sobre todo porque lo inquieta jugar sin el poder de la guinda, se replegó para no sufrir. Pegó, acumuló amarillas y, como si fuera poco, se comió un golazo de Cristian Malán, quien se sacó un rival de encima con dribling corto y tiró fuerte desde la izquierda. Por todo eso, cuando el panorama indicó que Plaza podía amortizar ese hombre de más y agrandar la diferencia en el partido, se dio lo imprevisto.
La rebeldía cuando se juega con un hombre menos ayuda a sobreponerse. La expulsión bien decretada del zaguero Gastón Bueno obligó a Wanderers a repensarse, a reformularse para tratar de avanzar y lograr el empate. Gastón Machado reformó la defensa pasando a Alex Silva casi que de líbero, con Caué Fernández por la izquierda -tras la lesión de Maximiliano Olivera- y con Emiliano Díaz por la derecha, dio el ingreso a Pablo Cepellini para conectar mediocampo con ataque, y apostó a las corridas de Gastón Rodríguez y Ramírez. Una de ellas, casi con dibujo de contragolpe perfecto, le dio la oportunidad a Gastón de correr y a Kevin de encontrarla boyando en el área. No la desaprovechó el punta bohemio, que la metió suave con el arquero vencido, puso el 1-1 definitivo y se trepó a lo más alto de la tabla de goleadores del Apertura, junto al Morro Santiago García y Juan Manuel Olivera.
Lo mejor del partido fue un par de individualidades. Hasta que no le dio más el físico, Nicolás Dibble hizo de todo en el ataque de Plaza: encaró, asistió, corrió en velocidad, generó espacio para sus compañeros, además de dos o tres firuletes que demostraron toda su clase. En Wanderers la figura fue Leonardo Burián; el Cachorro le sacó una del ángulo al propio Dibble cuando iban 69 minutos, y en la hora, voló y mandó al córner un cabezazo dificilísimo.