En la tarde sabatina de los empates, Fénix y Liverpool no quisieron ser menos en el Parque Capurro y dividieron honores. El match entre los capurrenses locales y los negros visitantes terminó 1-1. Los dos equipos están haciendo buenas campañas en el Torneo Apertura. Si hubiera ganado, Fénix habría quedado, por lo menos por un rato, como único escolta de Nacional; eso ya significa un campañón para los de Rosario Martínez. De todos modos, con el punto que sumó como local llegó a 12 unidades y está ahí, al acecho, y cada unidad engrosa la cuenta bancaria para la tabla del descenso.
Liverpool, que llegó a la A como campeón de la B, también está realizando un Apertura interesante, de la mano de Juan Verzeri. Además, como en las promociones de los supermercados, cada punto vale doble, y en el descenso está muy bien, teniendo en cuenta que falta mucho para que termine la temporada.
Los goles vinieron uno detrás del otro si se tiene en cuenta el tiempo corrido de juego. Claro, estuvo el entretiempo de 15 minutos para descansar, pero los gritos desde las tribunas de Capurro llegaron al final del primer tiempo y en el amanecer de la segunda etapa. Junior Arias puso la apertura del score para Liverpool a los 43 minutos de la primera parte, de puntín, como hacía Romário; Maximiliano Pérez lo empató a los 3 del segundo tiempo.
Los dos delanteros fueron los protagonistas del justo empate. Con el 1-1 se puso picante el partido, con muchos minutos por delante, y por más que Verzeri quiso darle una vuelta de timón a su equipo con los ingresos del Papa Paulo Pezzolano y Miguel Puglia, no pudo ganarlo. Rosario, en cambio, mandó a la cancha a Mateo Carro, en una variante cantada por Raúl Ferro. Ojo, el santalucense puso la carne en el asador con los ingresos del rápido panameño Cecilio Waterman y Sebastián Ribas, que se cansó de hacer goles en Francia en los últimos años, pero, en definitiva, nadie fue más que nadie en el Capurro.