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José Herrera, Óscar Washington Tabárez, Celso Otero y Mario Rebollo observan un partido amistoso de la selección sub 15. Foto: Sandro Pereyra

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2016 comenzó en marzo para las selecciones nacionales y en dos días terminará. 2017 traerá consigo nuevos desafíos para las tres categorías de los chiquilines celestes, que afrontarán en enero, febrero y noviembre las competiciones oficiales para las que se están preparando en el Complejo Uruguay Celeste, encabezados por sus entrenadores: Fabián Coito, Alejandro Garay y Diego Demarco. La recompensa del camino empieza a crecer desde la raíz y es parte fundamental del proyecto de selecciones uruguayas que presentó Óscar Washington Tabárez en 2006.

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Se termina 2016, y 2017 comenzará para Uruguay en todas sus categorías -tanto en juveniles como en la selección absoluta- con nuevos desafíos, siempre con la mira puesta en la competencia y el crecimiento, marca registrada de este proceso de selecciones que Tabárez llamó “Institucionalización de los procesos de las selecciones nacionales y de la formación de sus futbolistas”. En marzo de 2006, cuando se puso la piedra fundacional del trabajo asociado de todos los cuerpos técnicos de Uruguay, la realidad era otra y tal vez era inimaginable que pudieran pasar diez años durante los cuales se mantuviera una misma idea. En unos días comenzará el año número 11 de trabajo, y el Complejo Uruguay Celeste es testigo de los que pasaron y se quedaron. En marzo de este año, cuando se cumplía el décimo aniversario de la llegada de Tabárez y los suyos, hubo un par de cambios en las direcciones técnicas de las selecciones juveniles. Fabián Coito se mantuvo en su cargo como entrenador de la sub 20, lugar que ocupa desde 2015, luego de su pasaje por la sub 15 y la sub 17; Alejandro Garay, habiendo conseguido el vicecampeonato sudamericano de la categoría sub 15, pasó a ser el director técnico de la sub 17; Diego Demarco se incorporó como entrenador de la sub 15 en el lugar que dejó vacante Garay. En marzo comenzaron a trabajar y seguirán haciéndolo en adelante, ya que tienen como próximo objetivo las competencias continentales de selecciones, dos de ellas con el premio de clasificación al Mundial de las respectivas categorías.

De los chicos, los más grandes

La sub 20 será la primera selección en aparecer en escena este verano en el Sudamericano de la categoría que se desarrollará en Ecuador entre el 18 de enero y el 11 de febrero. Las sedes que eligió la Federación Ecuatoriana de Fútbol son cinco: Ambato, Riobamba, Ibarra, Lacatunga y Quito. Las cinco ciudades están ubicadas en el centro geográfico del país, todas ellas con altura, entre los 2.220 metros de Ibarra, pasando por los 2.580 de Ambato hasta llegar a los 2.800 de Quito -donde se disputará la fase final- y los 2.750 de Riobamba y Lacatunga. Participarán Ecuador, Colombia, Brasil, Paraguay y Chile por el grupo A, y Argentina, Uruguay, Bolivia, Perú y Venezuela por el grupo B. Se clasificarán tres selecciones de cada grupo y se medirán todos contra todos en el hexagonal final, para obtener las cuatro plazas que representarán a Sudamérica en el Mundial de Corea del Sur, que se jugará entre el 20 de mayo y el 11 de junio del año que viene. Uruguay debutará el 19 de enero a las 19.00 con Venezuela; dos días después se jugará el clásico ante Argentina, a las 21.15; el 23 de enero los chiquilines cumplirán con su fecha libre y el 25 el rival será Perú, a las 21.15; finalmente, el 27 a las 19.00 se cerrará el grupo B para Uruguay con Bolivia. La serie tendrá su sede en el estadio Olímpico de Ibarra, a 2.220 metros sobre el nivel del mar. El hexagonal final se desarrollará de manera íntegra en el estadio Olímpico Atahualpa de Quito.

La lista definitiva de 23 jugadores que convocó Coito ayer de noche está compuesta por los goleros Santiago Mele (Fénix), Juan Tinaglini (River Plate) y Adriano Freitas (Peñarol); los defensas Nicolás Rodríguez (Nacional), Emanuel Gularte (Wanderers), Santiago Bueno (Peñarol), Agustín Rogel (Nacional), Agustín Sant’Anna (Cerro), José Luis Rodríguez (Danubio), Mathías Olivera (Nacional) y Matías Viña (Nacional); los volantes Rodrigo Bentancur (Boca Juniors, Argentina), Roberto Fernández (Fénix), Marcelo Saracchi (Danubio), Santiago Viera (Liverpool), Facundo Waller (Plaza Colonia), Nicolás de la Cruz (Liverpool) y Carlos Benavídez (Defensor Sporting); y los delanteros Rodrigo Amaral (Nacional), Diego Rossi (Peñarol), Nicolás Schiappacasse (Atlético de Madrid, España), Agustín Canobbio (Fénix) y Joaquín Ardaiz (Danubio). Tanto Amaral como Saracchi ya cuentan con la experiencia de haber sido parte de la generación anterior. El delantero tricolor integró el plantel que obtuvo el tercer puesto en el Sudamericano que se organizó en Uruguay y después jugó el Mundial de Nueva Zelanda junto al volante danubiano, que fue citado por Coito después de haber participado en el Sudamericano sub 17.

Los entrenamientos de la selección se llevan a cabo de lunes a viernes en el complejo bajo las órdenes del entrenador, de su ayudante Gustavo Ferreira y del profe Sebastián Urrutia. Esta semana los chiquilines jugaron dos amistosos con la selección de Soriano y jugarán otro con la selección de San José. La celeste tiene planeado viajar a Ecuador una semana antes del comienzo del torneo, para comenzar con la aclimatación a la altura. Coito hizo referencia a ese factor en una entrevista con la diaria: “Cuando vos elegís un plantel lo hacés de acuerdo a lo que va a afrontar, porque el momento de competir arranca el 18 de enero. Importa dónde se juega, qué está en juego, quiénes pueden llevar adelante la idea que tenés; entonces, todos los factores a los cuales nos vamos a ver expuestos son considerados. Unos tienen mayor importancia que otros”.

Segundo objetivo

Los menores de 17 años también comparten mañanas y tardes en el complejo con los seleccionados de la sub 20 y la sub 15. Alejandro Garay, que asumió el rol de entrenador de esta categoría después de perder la final del Sudamericano sub 15 del año pasado con Brasil por penales -empató 0-0 en el tiempo reglamentario- y de obtener el vicecampeonato, se planteó un nuevo desafío, disputar un Mundial con Uruguay, algo que no ha ocurrido en las competiciones sub 15: “Eso también fue parte del desafío que nos llevó a agarrar la dirección de la sub 17, porque uno de mis sueños es poder llevar a la selección uruguaya a un Mundial. El escalón y el muro que hay que pasar es el Sudamericano, en el que hay que meterse entre los cuatro primeros. Además, es un estímulo que trabajamos con los chiquilines, para que ellos vayan haciendo cierto sacrificio en pos del objetivo de meter a la selección en el Mundial”.

La celeste, que tendrá por delante la competencia en el Sudamericano de la categoría en Chile, entre el 23 de febrero y el 19 de marzo, retomará los entrenamientos en el complejo de Uruguay el 5 de enero. El Campeonato Sudamericano, que aún no tiene un fixture establecido, se disputará en dos sedes: Rancagua y Talca. El torneo otorgará cuatro plazas para disputar la Copa del Mundo de India 2017, que se llevará a cabo entre el 6 y el 28 de octubre.

La lista de convocados con la que Garay estuvo trabajando en las últimas semanas también asciende a 28 futbolistas: Nahuel Suárez, Alan Rodríguez, Gonzalo Nápoli, Facundo Milán, Jonathan González, Owen Falconis y Ezequiel Mechoso, de Defensor Sporting; Franco Israel, Cristian Luna, Juan Manuel Sanabria, Santiago Rodríguez, Lucas Espinosa, Guillermo Centurión y Facundo Parada, de Nacional; Facundo Torres, Bryan Rodríguez y Rodrigo Saravia, de Peñarol; Mauro Silveira, Edgar Elizalde y Santiago Fernández, de Wanderers; Gustavo Viera, Gastón Medina y Eduardo Batista, de Liverpool; Thomás Chacón y Brian Ferrares, de Danubio; José Neris, de River Plate; Mateo Sena, de Fénix; y Nahuel Gómez, de Cerro.

Con tiempo

La categoría más chica de las selecciones nacionales es la sub 15 y tendrá un largo año 2017 por delante, en el que se preparará para el Sudamericano, que se disputará entre noviembre y diciembre en Argentina, torneo del que Uruguay es el actual vicecampeón. A diferencia de las otras dos categorías, este equipo, que ante los ojos del público -y en la realidad- es un grupo de niños, no tiene como premio la clasificación a un Mundial, ya que la FIFA no organiza competencias en esa categoría. Lo que sí aporta, claro, es aprendizaje, crecimiento, primeras experiencias para empezar a moldear a los jugadores del futuro. Además, desde dentro de la organización de las selecciones, la sub 15 es una de las más importantes. Con muchos chiquilines que recién salen del baby fútbol, este equipo comenzó a trabajar en marzo con Diego Demarco, que llegó en reemplazo de Alejandro Garay, que subió un escalón y pasó a ser el director técnico de la sub 17 -junto a Gabriel Camacho como ayudante técnico, Jorge Calvi como preparador físico y Carlos Arias como entrenador de goleros-. Los asistentes del ex jugador de Central Español, Bella Vista y Deportivo Maldonado son Andrés Silva y Andrés Larrosa, el preparador físico es Diego Estavillo y el entrenador de arqueros es Gonzalo Noguera.

Cada vez que comienza a trabajar esta categoría se renueva el aire en el complejo. Esos niños que llegan al gimnasio, a la cancha sintética o a la de pasto sienten nuevas experiencias. De eso habló Demarco con la diaria: “Todo es una novedad para ellos: la ropa de la selección, las prácticas en buenas canchas y someterse a entrenamientos posentrenamiento, como meterse cuatro o cinco minutos en el hielo. Con el tiempo, todo esto se torna habitual, pero todo lleva una adaptación, y a algunos les cuesta más; les hablamos y los llevamos de a poco”.

El último grupo que entrenó bajo las órdenes de Demarco en el complejo estuvo compuesto por 23 futbolistas: Bruno Alpuin, Nahuel del Puerto, Emiliano Fernández, Ignacio Velázquez, Adrián Vila, Francisco Bilbao, Agustín da Rocha y Enzo Facchín, de Nacional; Enzo Siri, Lucas Benítez, Mateo Cano, Lucas Disabella y Juan Manuel Gutiérrez, de Danubio; Rodrigo Fernández, Agustín Caprio y Esteban Medina, de Liverpool; Logan Ponce, Lucas Albín y Matías Arezo, de River Plate; Pedro Milans, de Juventud; Kevin Alaniz, de Fénix; Alexander González, de Deportivo Maldonado; y Guillermo Wagner, de Wanderers. En enero se retomarán los trabajos, y el complejo de Uruguay volverá a estar lleno de proyectos de futbolistas, todos con el mismo sueño de representar a la selección a nivel internacional y, por qué no, algún día llegar a la mayor. La década está ganada, ahora sólo resta seguir caminando.

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