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Foto: Sandro Pereyra

Me aplastó ver al gigante

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Una recorrida por el estadio Campeón del Siglo.

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Qué fantástica esta fiesta

Inés Méndez, de Coral Cine -la productora encargada de organizar el evento inaugural del escenario, con Andrés Varela a la cabeza-, le contó a la diaria que la Fiesta del Siglo será “una ópera moderna con 200 tambores, un circo, una big band -muchos músicos invitados que están ensayando para el evento- con el Pelado [Gustavo] Cordera, Hugo y Francisco Fattoruso, Jorge Drexler, Jorge Bolani, el Negro [Ruben] Rada, entre otros”. Además, contará con una selección uruguaya de murga dirigida por el Flaco Raúl Castro. La idea del show consiste en “una orquesta moderna en la que se cuenta la historia de Peñarol: empieza con [Juan Bautista] Crosa y termina con las divisiones formativas del club. La historia se va a ir contando con diferentes canciones. Va a aparecer una locomotora gigante hecha con camiones; todo esto va a estar apoyado en un mapping que se proyectará en la cancha”. El campo de juego, destacó Inés, estará recubierto por una pantalla de cine gigante en la que se intentará plasmar la historia aurinegra desde la llegada del inmigrante italiano desde la localidad piamontesa de Pinerolo hasta el presente: “Hay de todo para hacer, es algo que nunca pasó en Uruguay. Hay algo así como 800, 900 personas trabajando en esto. Lo más importante es congeniar este laburo de todos, y creo que si sos hincha de Peñarol te va a tocar el corazón. Todo va a estar pensado para mostrar la historia del club”.

Este domingo, además, saldrá a la luz Stadion: la medida de un sueño, documental que retrata las vivencias detrás de la construcción del estadio de Peñarol y que estuvo a cargo de Dédalo Films. Será presentado en la fiesta y su estreno está previsto para setiembre de este año. Las entradas para asistir a la fiesta y al partido con River Plate siguen a la venta en los locales Redpagos de todo el país; los precios van desde $ 1.800 a $ 4.000 las generales (de $ 1.440 a $ 3.000 para socios). Los abonos para los dos días oscilan entre $ 3.240 y $ 7.200. ■

El Club Atlético Peñarol está a días de inaugurar su nuevo estadio, buscado y soñado por dirigentes e hinchas en los últimos años. El Campeón del Siglo -nombre elegido por socios e hinchas carboneros- abrirá sus puertas por primera vez el domingo 27 con la presentación de una fiesta y el lunes 28 con el partido inaugural ante River Plate de Argentina.

La construcción del estadio llegó luego de varios años de presentación de proyectos, análisis de terrenos, obtención de permisos y préstamos, para finalmente dar paso a la realidad y dejar de lado las maquetas con las que algua vez había soñado el contador José Pedro Damiani. Si bien el actual presidente de Peñarol, Juan Pedro Damiani, había anunciado que serían los socios quienes pondrían nombre a las tribunas, la decisión vino desde arriba y no se continuó la campaña que el club había promovido para bautizar el estadio. Las tribunas llevan nombres de cuatro presidentes históricos de la institución: Frank Henderson -el primer presidente del Central Uruguay Railway Cricket Club (CURCC); por su orientación correspondería a la América en el Centenario-; José Pedro Damiani -la Olímpica-; Washington Cataldi -la Ámsterdam-; y Gastón Güelfi -la Colombes-. “Cuatro presidentes que han sido, cada cual con su estilo y su impronta, pilares de la grandeza de este club. En ellos, en su tarea infatigable, homenajearemos a las diferentes generaciones de dirigentes, directores técnicos, jugadores, ayudantes y socios que han hecho tan grande a Peñarol”, le dijo Damiani Jr. al sitio oficial del club.

El estadio tiene capacidad para 40.000 espectadores y está ubicado en la ruta 102, entre camino Mangangá y camino de los Siete Cerros, en la zona de Bañados de Carrasco. Fue diseñado por el estudio de arquitectos Luis Rodríguez Tellado y Asociados, y el desarrollo del negocio y la construcción estuvieron a cargo de la empresa Saceem.

Había una vez

Hoy, cuando el sueño del estadio propio está por concretarse para Peñarol, vale la pena mirar hacia atrás y encontrar las otras dos canchas que tuvieron los aurinegros en su historia: la cancha de los Pocitos y Las Acacias, que aún sigue siendo utilizada por las divisiones formartivas de la institución.

El primer escenario de Peñarol, que funcionó entre 1921 y 1933, estaba ubicado en Coronel Alegre y Charrúa, en el barrio Pocitos. Esa cancha de la Estación Pocitos, como pasará con el actual estadio, fue inaugurada con un partido amistoso ante River Plate argentino, pero el mojón que quedaría para la posteridad es que en ese campo de juego se disputó uno de los partidos inaugurales del Mundial que organizó Uruguay, en 1930. Aquel 13 de julio se enfrentaron Francia y México -simultáneamente en el Parque Central lo hicieron Estados Unidos y Bélgica- y fue el galo Lucien Laurent quien marcó, a los 19 minutos, la primera anotación en la historia de los Mundiales.

El estadio Cr. José Pedro Damiani, más conocido como Las Acacias, es la cancha que Peñarol aún mantiene como patrimonio del club y el escenario que utilizan las divisiones formativas cuando juegan de local. Tiene capacidad para 12.000 personas, está ubicado en el barrio Marconi -avenida Las Acacias y José Pozzolo- y es propiedad de los carboneros desde 1913, aunque las obras de construcción finalizaron en 1916, año en que fue inaugurado con un partido de la Copa La Transatlántica ante Nacional, con victoria de los aurinegros 3-1. Desde hace varios años la cancha no cuenta con habilitación de la Intendencia de Montevideo (IM) para partidos de Primera División por razones de seguridad; el último partido que Peñarol disputó ahí fue en la década de 1990. Costó, pero llegó

El 8 de abril de 2011 se presentó en la Intendencia de Canelones el proyecto para la construcción de un estadio, junto a otras 12 propuestas que iban desde un centro comercial y un parque de diversiones hasta una cancha de polo y un complejo deportivo con canchas de tenis. Luego de idas y vueltas, el 20 de diciembre de 2013 se colocó la piedra fundacional y el 10 de febrero de 2014 comenzaron las obras para que el estadio Campeón del Siglo fuera una realidad; la casa está pronta, aunque restan algunos detalles.

Según informó el club, la primera financiación provino de la compra de palcos y butacas por parte de socios e hinchas, a lo que se sumó el préstamo de 18 millones de dólares que se le solicitó al Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU); todo eso hizo posible que se afrontara el costo total que llevó la construcción del estadio, de aproximadamente 40 millones de dólares, de acuerdo a datos difundidos por Peñarol. “La financiación se hizo mediante una combinación de un fideicomiso de administración y una sociedad anónima (dueña del estadio), lo que garantiza que los fondos recibidos de los socios del club que adquieren palcos y butacas se vuelquen a la construcción del estadio y a la cancelación de la deuda financiera obtenida del BROU.

Una vez cancelada, el estadio pasará a manos del Club Atlético Peñarol, sin costo dado que tanto el club como la sociedad anónima están exentos de impuestos”, explicó Nelson Mendiburu, socio director de CPA-Ferrere, según consigna Infonegocios.

El edificio que se encuentra en la entrada principal del estadio -la tribuna Frank Henderson- está dividido en nueve niveles: planta baja con vestuarios -dos en el sector locatario y otros dos, exactamente iguales, en el del visitante, para Tercera y Primera División, respectivamente; además, vestuarios para jueces y uno exclusivo para juezas- y lugar para conferencias de prensa; en el primer piso están los baños y los servicios gastronómicos; en el nivel dos hay palcos privados y para la prensa; en el nivel tres estará el museo del club y en el cuarto piso habrá locales comerciales. Del quinto al noveno nivel hay más palcos que completarán, junto a los 12 de la tribuna José Pedro Damiani, los 117 prometidos. Precisamente, en la tribuna principal de palcos están las 9.744 butacas.

El estacionamiento del estadio tendrá una capacidad aproximada para 3.000 autos, dividido entre las tribunas Henderson y Damiani. El campo de juego luce impecable, y en una época de peleas absurdas entre dirigentes, el dato de la realidad es que el estadio ha sido construido según las normas recomendas por FIFA en cuanto a ubicación, seguridad, capacidad -“espacios lo suficientemente amplios tanto por dentro como por fuera”- e iluminación, lo que permitiría al nuevo escenario, entre otras cosas, albergar finales de torneos internacionales.

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