Con goles de Facundo Barcelo para Juventud e Ignacio González para los tricolores, la quinta jornada del Torneo Clausura se cerró con igualdad, 1-1, y sin mayores cambios en las tablas.
Las segundas partes nunca fueron buenas, tanto en el cine como en la vida. Ayer Nacional tenía la posibilidad, por segunda vez consecutiva, de alcanzar la punta de la Tabla Anual, pasar a Peñarol y quedar a una unidad del líder del campeonato, Plaza Colonia. Pero no pudo, la dejó pasar. Intentó, pero con deseo no le alcanzó. Generó más que su rival, incluso logró tenerlo contra las cuerdas, pero justo en ese momento, cuando parecía que el gol se teñía de tres colores, fue Juventud el que sacó jugo del error ajeno y se puso adelante en el marcador. Sin renunciar, Nacional tiró el equipo arriba sobre el final. Pero, en la noche de los “pero”, sólo le alcanzó para empatar. Se impuso el pero, ese concepto que dinamita lo que era, es o podría ser. Juventud sufrió, pero sacó un empate que le sirve. Nacional intentó, pero se quedó con una igualdad que le dejó un retrogusto desagradable.
En el primer tiempo, el tricolor se dedicó a jugar como pretende, pero le faltó profundidad y, sobre todo, peso en el área. La gráfica del partido de arranque mostró a Nacional con el dominio de la pelota y a Juventud parado con dos seguras líneas de cuatro para desactivar los ataques rivales. Con ese panorama, ocurrió lo previsible: Nacional fue toque en corto y triangulación, insistentes descargas hacia los laterales y algún que otro centro cruzado buscando sorprender; en los pedrenses fue todo solidez defensiva: no dejaron jugar a su rival por las bandas, se cerraron bien en la última zona y estuvieron atentos en el juego aéreo.
Lógicamente, las jugadas peligrosas fueron a favor de Nacional. Primero, a los 11 minutos, Sebastián Fernández peinó un córner en el primer palo que, tras tocar en un defensor, pasó cerca de la unión entre el palo derecho y el travesaño. Cuatro minutos más tarde, fue Erick Cabaco, también de cabeza, quien conectó un envío desde la derecha de Nicolás López, pero encontró bien parado a Fabián Carini, que embolsó. La última de riesgo del primer tiempo fue un tiro desde afuera del área de Jorge Fucile que pasó a pocos centímetros del palo.
Como quien insiste en buscar lo que desea, Nacional se paró en el segundo tiempo varios metros más arriba en la cancha. Prácticamente ahogó a Juventud contra su área. A los pocos minutos de iniciado el complemento, Kevin Ramírez la quiso tocar por encima de Carini, pero el tiro, con mucho efecto, se fue desviado. Cuatro después, a los 57, entre el propio Carini y luego el palo, le sacaron un cabezazo a quemarropa a Seba Fernández. Y no quedó ahí la cosa, porque alguna más tuvo el tricolor. Hasta que a los 70 pasó lo impensado: Espino la tocó atrás, el delantero Barcelo apretó a Cabaco y luego del rebote se llevó la pelota 20 metros hasta quedar mano a mano con Conde y definió bien con cara externa a la carrera.
Nacional empató relativamente rápido: a los 77, Carini sacó al córner un tiro libre de Nacho González, y éste, luego del saque de esquina, la encontró boyando en el área para definir de zurda y poner el 1-1. Con más entusiasmos que buenas ideas, el tricolor se abalanzó contra el área pedrense. Pero la defensa de Juventud bancó.