Con la clasificación ante Corinthians aún fresca, en lo previo se especuló mucho acerca de qué equipo pondría Munúa para enfrentar a los cerveceros, teniendo en cuenta la intensidad del partido contra los brasileños y la seguidilla de duelos decisivos en el horizonte; la opción tomada por el entrenador dejó en claro la ambición de no descuidar ningún torneo. En la cancha, ayer a Nacional le costó un rato tomarle la mano al partido. Racing, complicado en el descenso, salió con decisión a no dejarle espacios a su rival y lo complicó bastante en la primera parte del duelo, que fue pareja y aburrida.
Recién cuando los tricolores empezaron a jugar con velocidad por las bandas, sobre todo por el lado derecho, donde estuvo muy activo el floridense Leandro Barcia, la resistencia de los de Sayago comenzó a flaquear. No hubo muchos avisos previos sobre los arcos antes de que un notable desborde de Barcia por la derecha culminara con un preciso centro que mandó al gol Kevin Ramírez con un buen cabezazo.
Casi enseguida, tras un fallo defensivo de Erick Cabaco, quien anoche fue el reemplazante de Victorino, el Toro Gabriel Fernández tuvo el empate para Racing, pero su remate, que fue la chance más clara de los visitantes en todo el partido, se fue apenas desviado. Nacional terminó el primer tiempo en alza, generando peligro sobre el arco que da a la calle Jaime Cibils y podría haber aumentado la cantidad de goles; de hecho hubo uno de Sebastián Fernández, pero el línea sancionó un off side inexistente.
Ese gol no otorgado les hubiera dado a los tricolores una tranquilidad que lograrían recién con el pitazo final del árbitro. Es que si bien en el segundo tiempo Nacional fue ampliamente dominador de las acciones, el segundo gol, ese que hipotéticamente le iba a bajar la cortina al resultado para empezar a enfocarse en Boca, nunca llegó.
Sin embargo, posibilidades hubo varias. Racing tuvo problemas para controlar a los tricolores cuando empezaron a acelerar, y la acción del juego se focalizó sobre el arco defendido por el veterano Jorge Contreras, que tuvo varias buenas acciones defensivas durante la segunda parte del partido. Además, hubo errores en la definición de los delanteros tricolores, sobresaliendo en este rubro un insólito no gol del ex racinguista Christian Tabó, que ante una asistencia perfecta de Sebastián Fernández, reventó el travesaño, estando solo ante un arco libre a dos metros de la línea. Así el resultado permaneció incierto hasta el final, aunque la falta de profundidad ofensiva de Racing tampoco dio para pensar en otra cosa que no fuera un triunfo tricolor.
Tabó, el brasileño Léo Gamalho y -casi sobre el final- y Sebastián Eguren fueron los recambios que metió Munúa, apuntando a regular las energías de un plantel que en pocos días se jugará mucho. La secuencia Boca-Peñarol-Boca será determinante en el futuro deportivo próximo de los tricolores, que siguen avivando todos los fuegos.