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Jugadores de Rampla Juniors festejan el gol a Huracán de Paso de la Arena, ayer, en el estadio Olímpico. / foto: federico gutiérrez

Los mismos de siempre

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Ya ascendido a Primera, Rampla Juniors venció 1-0 a Huracán ayer en el Cerro.

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No fue un mediodía cualquiera en la bahía de Montevideo.

La noche del viernes debe de haber sido muy larga para todos los picapiedras. La noticia de la victoria de Boston River sobre Cerro en Melo confirmó el retorno del viejo Rampla Juniors al círculo de privilegio tras un año en la Segunda División Profesional.

Ayer al mediodía, ya sin la lógica tensión por el ascenso, que ya se había resuelto, los rojiverdes enfrentaron en su estadio Olímpico a Huracán del Paso de la Arena, al que derrotaron 1-0. Los locales celebraron el retorno a la A ganando y de paso se acercaron a la frutilla de la torta: quedarse con el título de campeón de la temporada.

Llegar a la intersección de Turquía e Inglaterra -un entorno atípico para una cancha de fútbol- siempre es gratificante. Tomar la bajadita, ver a lo lejos el cartel de bienvenida al estadio Olímpico-Rampla Juniors, y más allá ver el mar y la bahía de Montevideo, es un ritual sagrado que los hinchas picapiedras disfrutan cada vez que visitan su escenario. Esta vez la cita fue un domingo, al mediodía, y el sol picante caía como un perfecto calefactor para la gélida jornada.

Adentro del feudo picapiedra, todo fue una fiesta en dos colores.

Una fructífera renovación en el escenario de los ramplenses, con muchos elementos mejorados y más coquetos, ofrecía un marco sin igual para disfrutar de lo que prometía ser una gran jornada. Los hinchas más veteranos, aquellos que desde hace años cuentan historias sorprendentes de un equipo que llenaba todas las canchas, no le temieron al frío y se regocijaron en el palco oficial, entre saludos y abrazos. “-¿Qué hacés, don Julio? Hacía tiempo que no te veía por acá. -Lo que pasa que mi hijo me trajo y viste cómo es, te obligan a venir. -¿Qué sabrán ellos de lo que vivimos nosotros?”.

Los más chicos, aún sin ser conscientes de lo que vivían, aprovechaban la alegría de sus padres (ya pipones con el objetivo cumplido) y les sacaban el máximo jugo posible en esa relación directa dentro de la cancha. Muchos padres, con sus hijos, recorrían cada rincón del Olímpico y disfrutaban de esa alegría mutua que les da el fútbol. A lo lejos, una niña con una camiseta que le quedaba como un disfraz jugaba con la pelota que los jugadores acaban de patear a la tribuna, al tiempo que su madre se la quitaba para devolverla.

¿Y adentro?

En la cancha el clima era de tranquilidad. “Jugar por jugar, sin tener que morir o matar” fue la perfecta premisa para hacerse cargo del ritmo que el partido propuso. Rampla, con un esquema 3-4-1-2 muy aceitado a lo largo del torneo, generó permanentemente alternativas por las bandas y así llegó el único gol del partido. Gonzalo Sena se fue por la izquierda y habilitó al delantero Matías Rigoleto en la zona del chocolate. El goleador, de espaldas al arco y con un ángulo poco habitual, metió un giro y un zapatazo hiperrastrero que se terminó colando contra el palo de Juan Marroco, el arquero de Huracán, que la vio pasar.

Con el resto, y con la cercanía del mar, los dos proponían y se buscaban, pero los arqueros se lucieron. El ritmo del partido se calmó y Huracán aprovechó el descanso que le dio Rampla y buscó el empate, que no llegó, pero casi apareció.

La primera vez

Boston River consiguió el viernes su primer ascenso en la historia a Primera División al ganarle como visitante 1-0 a Cerro Largo en el estadio Ubilla de Melo, en el encuentro que abrió la 14ª y penúltima fecha de la segunda fase del torneo de la Segunda División Profesional. El volante William Klingender anotó el único gol para Boston River, un club que desde hace años viene haciendo buenas campañas en el ascenso y en esta ocasión pudo concretar su anhelo de jugar en la A. Al equipo rojiverde lo dirige técnicamente Sergio Cabrera y en su plantel cuenta con varios jugadores conocidos, como el arquero Adrián Berbia, el lateral Leonel Pilipauskas, el volante Juan Ramón Curbelo y el delantero Mauro Vila.

Con los tres ascensos ya resueltos, en la última fecha quedará por resolverse el único descenso del torneo. Por ahora el más comprometido en este rubro es Tacuarembó, que ayer en el estadio Goyenola le ganó 2-0 a Miramar Misiones.

Los restantes resultados de la fecha fueron: Rocha 2-1 Central Español, Atenas 2-1 Villa Española, Progreso 2-4 Torque y Deportivo Maldonado 0-2 Oriental.

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