Luego de las participaciones en los Juegos Olímpicos de la atleta Déborah Rodríguez y de Néstor Nielsen en la especialidad de salto ecuestre, los únicos deportistas uruguayos que aún no han competido en Río de Janeiro son los maratonistas Martín y Nicolás Cuesta y Andrés Zamora, quienes serán parte de la prueba que se correrá el domingo, día de cierre de la cita olímpica.
Déborah Rodríguez salió ayer a la pista de atletismo por primera y única vez en estos Juegos. No lo hizo en la prueba que es su especialidad, los 400 metros con vallas, sino en los 800 metros llanos. Su presentación fue buena, ya que alcanzó su mejor tiempo de la temporada, pero no logró batir su récord nacional, de 2:01.46. Este año solamente había corrido los 800 metros en dos oportunidades; en esta tercera oportunidad marcó un tiempo de 2:01.86 y terminó en el sexto lugar de su serie y en el 41º de la clasificación general, entre 65 atletas. Para avanzar de ronda, la uruguaya necesitaba ubicarse entre las mejores tres de su serie o tener uno de los mejores ocho tiempos restantes, marca que estuvo lejos de conseguir.
“Fue una carrera muy difícil. Me tocó en la serie más dura, pero Dios les da las batallas más difíciles a sus mejores soldados; por algo me puso ahí”, dijo Déborah al programa 13 a 0 tras finalizar la prueba. “Soy una bendecida al poder ser una de los 10.000 deportistas que están en estos Juegos Olímpicos”, agregó la uruguaya, que aseguró que hará el cuádruple del esfuerzo hecho hasta ahora, para llegar de la mejor manera al Mundial del año próximo, que se celebrará en Londres.
Buena, caballo
En el Centro Olímpico Ecuestre de Deodoro, Néstor Nielsen no pudo cumplir una buena tarea en el último día de clasificación en la prueba de salto ecuestre. El jinete uruguayo sumó 13 puntos que, acumulados al puntaje previo, lo dejaron con 23 unidades en la clasificación general. En la competencia de ayer fue el primero en saltar, y en su primer obstáculo tiró un palo, por lo que, de movida, comenzó mal. Con ese puntaje final, Nielsen esperó que todas las demás parejas finalizaran la prueba para conocer su posición en la competencia. Para entrar a la final debía meterse en el 35º puesto, pero terminó en el 42º. Pese a este cierre complicado, Nielsen y su caballo, Prince Royal Z de la Luz, redondearon una muy buena participación en los Juegos Olímpicos: devolvieron a Uruguay a la competencia de salto ecuestre por primera vez desde los Juegos Olímpicos celebrados en Roma en 1960 y mantuvieron sus chances de clasificarse a la final hasta este último día de fases preliminares.
“Me voy conforme por la participación. Creo que mi caballo saltó muy bien, hizo una buena presentación”, explicó Nielsen tras la tercera etapa. Además, dio su opinión sobre qué le parece necesario para poder mantener a Uruguay en el nivel olímpico: “Hay que seguir trabajando y no quedarse con esto. Las exigencias son fuertes. Hay que trabajar para tener más caballos, y más caballos buenos, porque jinetes en Uruguay tenemos”, aseguró. Nielsen catalogó estos días en Río de Janeiro de una “experiencia inolvidable” en la que aprendió algunas cosas que todavía no han llegado a Uruguay y en la que tuvo la oportunidad de ver cómo entrenan y compiten los mejores del mundo.
Puso un manto de incertidumbre respecto del futuro de su caballo, por el que ya tiene ofertas millonarias. “Me gustaría tener la suerte de contar con uno o dos patrocinadores que me permitieran saltar en los grandes premios de Europa. Es difícil que el caballo esté en Uruguay para este nivel de exigencia. Él precisaría otra preparación para estar a la altura”, consideró. Esto quiere decir que todavía no tiene decidido venderlo. En caso de conseguir el apoyo necesario para competir a nivel internacional, donde los premios económicos son altos, es posible que considere la posibilidad de retenerlo y continuar su entrenamiento, con vistas a nuevos objetivos.