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Fabián Estoyanoff, de Fénix, y Álvaro Pereira, de Cerro Porteño, ayer, en el estadio Defensores del Chaco de Asunción de Paraguay. Foto: Norberto Duarte

Un pelotazo

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Fénix quedó eliminado de la Copa Sudamericana.

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El equipo capurrense que dirige el santalucense Rosario Martínez viajó a Asunción de Paraguay con la ventaja del 1-0 en la ida, producto de aquel gol tempranero de cabeza que marcó Maximiliano Cantera en el Franzini. Esa ventaja habitualmente suele ser bien usufructuada por este duro equipo albivioleta, acostumbrado a replegarse y a hacerle frente a cualquier equipo, sea grande, mediano o chico, que se le ponga enfrente, en cualquier situación. Eso tiene este Fénix, que temporada a temporada, a veces con poco y a veces con más de lo se suele pensar, plantea partidos de igual a igual, con férrea defensa pero también con buen juego. Porque tiene herramientas para lograrlo.

En este caso el rival era Cerro Porteño, un grande y poderoso club del fútbol paraguayo, y el escenario era el Defensores del Chaco, histórico recinto como testigo de muchas noches de selección paraguaya, clásicos entre Cerro y Olimpia y épicas jornadas en las que Uruguay pisó fuerte. Anoche se vio la versión más desdibujada de un Fénix que no propuso en ningún momento y que se quedó con las manos vacías sobre el final. Con un juego austero, mantuvo el 0-1 en contra hasta los minutos de descuento y se la jugó a los penales, buena chance para clasificarse a la segunda fase, pero un zapatazo de Pablo Velázquez al ángulo superior izquierdo del buen golero Darío Denis desató los festejos de Cerro Porteño, que eliminó a Fénix.

El partido tuvo un mal comienzo y la noche se avizoraba complicada para los uruguayos, que justamente con un gol convertido por un player oriental recibían de su propia medicina: con el arma que más utiliza Fénix, el cabezazo, llegaba la apertura del score del siempre accidentado pero metedor Álvaro Palito Pereira, con su venda a cuestas. Después del gol del lateral izquierdo de la selección, los de Capurro, con poco juego, sin ofender y entregándole la pelota al rival, pusieron el partido en el freezer y no sólo no generaron chance alguna de gol, sino que le contagiaron esa desidia a su rival, que tampoco hizo mucho por clasificarse hasta que ese pelotazo letal de Velázquez quedó suspendido en las redes del Defensores del Chaco para darles la gloria a los locatarios y determinar que el único equipo uruguayo que estará en la segunda fase sea Wanderers.

En la próxima fase el rival del ciclón de Barrio Obrero será Real Potosí de Bolivia, mientras que Fénix tendrá que pensar en el Campeonato Uruguayo Especial, que se nos viene en unos días.

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