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Maximiliano Gómez (d) y Carlos Benavídez festejan un gol de Defensor Sporting a Sudamérica, ayer, en el estadio Luis Franzini. Foto: Federico Gutiérrez

En el entrevero

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Primera victoria violeta para quedar a tres puntos del pelotón puntero.

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No hizo tanto Defensor Sporting, no dio para el elogio sostenido, no vamos a exagerar sobre las posibilidades futuras de esta formación violeta, pero una cosa es cierta: ayer hizo más que su rival, y el triunfo llegó por esa razón indiscutible, porque construyó la victoria final desde el primer cuarto cuando se puso 1-0 arriba y, luego, en la primera mitad del segundo tiempo resistió un planteo rarísimo de Sud América, cuando, buscando el descuento, se fueron arriba por todo o por nada.

En realidad quedaron sin una cosa ni la otra, porque el 1-0 en esos 20-25 minutos no se movió. Defensor resistió y, cuando pasó de la sorpresa a la reacción y volvió a elaborar buenos ataques, encontró las debilidades defensivas del rival, lo que lo convirtió, nuevamente, en dominador de la situación.

Claro que hubo que llegar casi hasta el final para que la tranquilidad llegara: ya en los últimos cinco minutos de tiempo reglamentario, y en esas jugadas insólitas en las que un recién ingresado convierte un gol en su primera acción.

¡Olé para el grácil moreno Gonzalo Carneiro -mide 1,91 metros-, que hoy cumple sus 21 años y es uno de los 19 canteranos del plantel actual de 27 futbolistas defensoristas!

Valió el festejo

Luego de haber empatado 1-1 en el debut de este torneo de 15 etapas, ante el debutante Boston River y a continuación de ser derrotado 1-0 en su cancha por Juventud, el triunfo llevó festejo y, a la vez, mucho desahogo, mucho salir de la incertidumbre para los partidarios del equipo fusionado en el año del festejo del título histórico de hace 40 años. El torneo especial había comenzado especialmente en formato negativo y, ahora, cumplidas tres etapas se encuentran a su querido equipo a tres puntos del pelotón de punteros, en un entrevero bien particular, en el que los clubes que más compraron y siempre compran están en el mismo rasero o incluso debajo. No fue un relojito el equipo que dirige Eduardo Acevedo. Mostró más ganas que juego y más querer salir del mal momento que fineza futbolística.

El sanducero Maximiliano Gómez, con fuerte físico (1,86 metros y 91 kilos) y muy buena capacidad, amenazó primero, cuando a los 15 un tiro franco suyo entró por abajo; la pelota fue sacada al córner y Gómez concretó poco después, a los 24, entrando imparable frente al golero rival. Detrás suyo apoyaba la presencia caudillesca del ex Fénix Claudio Rivero, la calidad en ráfagas de Matías Cabrera y la calidad añosa del Nico. A su lado se encontraban el desborde y la velocidad de Gonzalo Bueno, mientras en el fondo otro caudillo, Nicolás Correa, aseguraba orden defensivo y fuerza anímica. A Sud América le costó entrarle a Defensor y, sobre todo, crear circuitos fluidos de préstamo y buena administración de pelota. Influyó para eso, ciertamente, la marca violeta, tanto en la prodigación de mediocampistas y defensas como en la dureza que aplicaron en ese aspecto del juego. Hubo respuesta de los buzones en ese terreno, por lo cual se vieron muchos revolcones, y hoy habrá medidas curativas para los muchos moretones que dejó el partido. De allí también surgió enhiesta la figura del árbitro Fedorczuk que, con cierta confusión, distribuyó aciertos y errores por igual y con la vara alta de su permisividad.

Esto sigue. El local de ayer dio un salto, que no un paso, adelante. El equipo naranja, luego de perder en el debut, ganar ante el único colista y perder de nuevo, da la impresión de tener un duro torneo por delante, pero ha salido de peores situaciones.

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