Jugando en Valdivia, Chile, Hebraica y Macabi derrotó 74-68 a Weber Bahía de Argentina, en la fecha inicial del grupo B de la Liga Sudamericana, y consiguió un punto que puede ser vital para sus aspiraciones de avanzar a la próxima fase de la competencia continental.
El goleador del partido fue Leandro García Morales, con 27 puntos -bien secundado por el panameño Michael Hicks, quien aportó 24 unidades-, mientras que en el equipo perdedor se destacó Lucio Redivo, quien cerró su planilla con 23 tantos. El siguiente partido de Hebraica será hoy, ante Valdivia, a partir de las 21.00. Precisamente, al cierre de esta edición el conjunto chileno y Universidad San Simón de Bolivia completaban la etapa inicial de esta serie del torneo. Teniendo en cuenta que clasificarán a la siguiente ronda los dos primeros de la serie, si los uruguayos triunfan esta noche, avanzarán a la fase semifinal.
García Morales y Hicks fueron un infierno anoche en Valdivia. Los dos experimentados valores del vigente campeón uruguayo tomaron las riendas ofensivas de Hebraica desde el primer minuto de juego y, salvo breves lapsos, no bajaron la intensidad en todo el partido. Nada más gráfico que sacar la cuenta de que, entre ambos, lograron 69% de los puntos del conjunto macabeo. Ni la marca individual ni con atrape, ni la marca colectiva del equipo argentino los pudo detener, sobre todo desde el tercer cuarto en adelante, cuando Macabi se impuso en el tanteador para no bajar más.
Más allá de la buena actuación individual de García Morales y Hicks, el partido fue parejo y bien trabajado por los orientados técnicamente por Leonardo Zylbersztein. Por su parte el elenco argentino -dirigido por Sebastián Ginobili, hermano del mejor jugador argentino de todos los tiempos, Emanuel Manu Ginobili- fue adelante en el marcador con bolas bien trabajadas y defensas fuertes.
La clave del despegue de Macabi en el tercer período fue el destape del sanducero Luciano Parodi en la conducción, además de poner puntos importantes en momentos decisivos del encuentro. Si dos eran incontrolables, el triángulo fue determinante e hizo caer en el descontrol al buen conjunto argentino, que sumó a sus malas defensas demasiado apuro en las ofensivas.
A falta de 2 minutos y 30 segundos para el final del partido, Hebraica sacó la máxima diferencia del partido de 13 puntos, 72-59, que fue un handicap suficiente como para soportar el aluvión argentino del final. El de ayer fue un punto macabeo con olor a clasificación.