El que está cerca de terminar ha sido un año particularmente complejo para la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). Los hechos de violencia que signaron el segundo semestre del año pasado llevaron a la implementación del uso de cámaras de identificación facial y de un nuevo modo de acceso a las canchas para los hinchas. Paralelamente, el conflicto interno del gremio de futbolistas comenzó, creció y estalló; al mismo tiempo, desde la AUF se encaraban otros frentes, como la difícil situación económica de la entidad. En medio de todo esto, la clasificación al Mundial de Rusia fue un bálsamo que sirve de colchón y respaldo para la conducción que encabeza Wilmar Valdez, quien habló un rato largo con la diaria sobre todos estos temas.
–¿El conflicto entre la directiva de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales y el movimiento Más Unidos Que Nunca (MUQN) fue el tema más difícil de encarar durante su presidencia?
–Fue un tema nuevo para nosotros. Tuvimos que buscar asesoramiento específico en la materia para comenzar a idear una estrategia que nos llevara a solucionar el tema; me refiero puntualmente a la medida de paro. Contratamos al catedrático José Rosenbaum y a Alejandro Castelo, gente muy experimentada, y la conclusión fue que en Uruguay basta que exista una organización que tenga reivindicaciones para defender sus derechos para que esta sea reconocida. Recorrimos ese camino porque es inevitable dejar de considerar al grupo MUQN como una organización importante en virtud de las acciones y de la cantidad de agremiados que nuclea.
–¿Los clubes hicieron algún pedido especial a la AUF sobre este asunto?
–Sé que se hicieron reuniones en la sede de Fénix y que había diferentes posiciones. Cuando se llegó a la asamblea que convocamos para informar de los pasos que habíamos dado, fue muy clara la exposición del catedrático en derecho laboral en cuanto a los pasos que dimos y cómo buscamos salvar la responsabilidad de la AUF y de los clubes para no generar inconvenientes en la relación que teníamos con la Mutual.
–La AUF participó en reuniones en las que estaba José Mujica o Fernando Pereira. ¿Qué se buscó en esas instancias?
–Participamos en una reunión con Mujica, en una con el presidente de la Mutual y en otra con una representación de MUQN. Allí la mediación tomó otras características, porque apareció la Comisión de Deporte del Parlamento, el presidente del PIT-CNT y, lógicamente, ahí agotamos nuestra actividad, en función de que no podíamos tener injerencia y que los mediadores estaban por fuera del fútbol y están acostumbrados a este tipo de conflictos y problemas. El objetivo era que pudieran tratar de acercar a las partes.
–¿Por qué en su caso sugirió al ex presidente Mujica como mediador?
–Pensé en una sola cosa: debíamos hacer algo sin meternos y tener injerencia, porque no nos corresponde. Creí que por intermedio de otras personas, que pudieran bajar los niveles de discusión y radicalización de las partes, podíamos explorar y buscar algún camino. Sabemos lo que significa Mujica, y además incluye algunos ingredientes; eso fue lo que nos llevó a conversar con él.
–MUQN no reconoció la figura de Mujica. ¿Se arrepiente?
–No, no me arrepiento. Creo que desde ahí se comenzó y se siguió hacia un camino de bajar un poco los niveles de discusión, de ver la posibilidad de conversar. Luego, lamentablemente, no pasó, pero se estuvo muy cerca. Eso ayudó a que nosotros, en una circunstancia en la que veíamos que en las instancias de mediación, por importantes que fueran las personas que estaban mediando, no había andamiento, tomáramos también la decisión de buscar otra posibilidad, como fue la de reconocer a MUQN, que fue lo que finalmente contribuyó a que se levantara el paro.
–¿Qué implicó legitimizar al colectivo?
–Fue un paso hacia algo nuevo. Implica tener un diálogo directo y un reconocimiento directo a los planteamientos de la agrupación. O a negociar temas y cosas que surjan. Claro está que también debemos negociar con la Mutual, porque así lo marcan los estatutos y la ley. Pero implica una actividad oficial y directa de MUQN frente a las autoridades de la AUF.
–Uno de los reclamos de los jugadores es acerca de sus condiciones de trabajo. ¿Se buscan alternativas para trabajar en ello?
–Hemos tenido varias conversaciones sobre el tema. Creo que con la mesura que lo han planteado es algo que alienta a buscar soluciones para mejorar. Las que se plantean son cosas normales que pasan. Sabemos de las necesidades en un fútbol tan reducido, en un mercado tan pequeño, las exigencias y la pasión, que hace que tengamos tantos equipos. Los planteamientos son los de ir y buscar un camino de cómo mejorar lo pequeño para luego ir a lo grande. Las pequeñas cosas son las condiciones de trabajo: lugares con mala infraestructura o vestuarios que no están en condiciones. Estamos dispuestos a ir mejorando de a poco y tenemos voluntad de progresar.
–¿Qué postura tomó la AUF respecto de esa carta pública de MUQN instando a la AUF a dejar de usar su imagen?
–Esa carta pública tiene una historia, es una reivindicación de los derechos. Ellos saben perfectamente que la AUF no explotaba directamente sus derechos, porque en el medio está Tenfield, que tiene los derechos comerciales y de televisión. Hay que sentarse a conversar nuevamente cuando el tema de la Mutual se termine de solucionar. Creo que hay cosas que ya están perimidas y que se hicieron durante 18 o 20 años, pero hoy existen otros elementos que influyen. Hay otro tipo de comunicación. Es claro que hay cosas que no dieron resultados, otras que sí. Si siempre hubo dificultades y algunas están agravadas es porque debemos revisar algunos aspectos en pos de la mejora de nuestro fútbol.
–¿Qué opinión tiene sobre el proyecto de algunos clubes de extender el contrato de televisación hasta 2032, independientemente de la empresa que sea?
–Creo que para otorgar o firmar un contrato tan largo tiene que haber argumentos contundentes y un estudio muy pormenorizado que nos convenza de que esa, verdaderamente, es la solución, que no sé si lo es. Pero si hay elementos que marquen que el sistema funcione como debe funcionar, no me niego. En primer lugar, creo que hay que pasar por muchos filtros, analizar mucho las cosas, sentarse a conversar con los futbolistas, con los clubes, con las empresas de televisión, con la AUF. Hay un camino previo, que debe demostrarnos que eso va a servir.
–¿Fundamentalmente en lo económico?
–Fundamentalmente en lo económico. Además, en cómo llevar el producto adelante en todos estos años. Me niego a empezar a conversar a partir de 2025. Si la propuesta es barajar y dar de nuevo, con derechos adquiridos, y analizar la situación desde ahora en adelante para tener una verdadera mejora, me siento ya a conversar. Pero no ha llegado ninguna propuesta a la AUF. Se me ha dicho que hasta 2025 ya están los derechos negociados, sería de ahí para adelante. Si es así, tenemos un problema. Porque hasta 2025 igual estamos mal, entonces ¿cómo vamos a solucionar eso y cómo vamos caminar desde ahora hasta ese año? Quedan ocho años. Creo que hay que pensar un poco más y con un sentido constructivo, sin ningún tipo de prejuicios contra nadie, pero sí sabiendo que debemos sentarnos a conversar sobre este tipo de temas de manera responsable.
–Uruguay está clasificado a Rusia y está en una etapa de preparación, con todo lo que eso conlleva. ¿Cómo se está haciendo?
–Es una etapa hermosa. Quedan seis meses por delante, durante los cuales ya estás clasificado y tenés la tranquilidad de haber logrado ir al Mundial con luz. Además de los futbolistas de renombre que ya todos sabemos que tenemos, han aparecido jugadores de importancia que han jugado los últimos partidos de las Eliminatorias, que te alientan y te dan la certeza de que se está yendo por buen camino. Estamos con mucha expectativa, sobre todo por lo que va a pasar en el sorteo de los grupos del Mundial que se va a llevar a cabo el 1º de diciembre en Moscú. De ahí en más, ya conociendo a los rivales a los que vamos a tener que enfrentar en la serie, entraremos en la etapa de planificación de toda la logística que tendrá la selección en Rusia.
–En su estadía por India en el Consejo de FIFA se trataron algunos puntos sobre los premios y su forma de distribución. ¿Hay cambios respecto de Brasil 2014?
–Sí. Hubo un cambio conceptual respecto del Mundial de Brasil. Se adoptó la medida de dejar el mismo premio por participación, pero hay un aumento considerable a medida que pasás de fase. Para la primera fase, con lo que FIFA otorga, se está cerca de los diez millones de dólares. Si pasás a octavos de final vas a acumular 12 millones, así que vas a tener de premio dos millones más que en Brasil. Por entrar a cuartos de final llegás a 16 millones, y si llegás a las semifinales acumulás 22 millones. El tercero acumulará 24 millones, el segundo 28 y el campeón llevaría un acumulado de 38 millones de dólares. Es un total de 400 millones de dólares, en total, en premios que se van a repartir en el Mundial.
–¿Cuánto de eso entraría efectivamente en las arcas de la AUF?
–Por reglamento, a la AUF por premios –que se pagan sobre el líquido y es el 50% (hay que ver los gastos que haya para sacar la cuenta)–, creo que de la primera fase quedarían unos 3,5 millones de dólares libres. Después, si avanzamos, es un premio muy importante, que sería un oxígeno muy importante para la AUF.
–Fueron meses intensos mientras la Justicia tenía pagos retenidos de la empresa Full Play. ¿Cómo está la caja de la AUF ahora?
–Ahora estamos viviendo una época de comenzar de a poco una estabilización económica. Todavía falta para estar consolidados económicamente en virtud de que hay un montón de contratos por firmar, sobre todo de patrocinadores por la selección nacional, y hay partidos amistosos que van a dejar un buen dinero. Hay una proyección económica muy importante, sobre todo para estabilizar una situación que padecimos durante casi dos años y medio y por la que atravesamos muchas dificultades. Hoy tenemos una economía estable, y eso te da la posibilidad y la tranquilidad de seguir trabajando y proyectando cosas que el fútbol necesita. Creo que en 2018 se va a estar en un período de franca mejoría.
–Con un 2016 intenso en hechos de violencia, los torneos en 2017 se vienen desarrollando con bastante tranquilidad, con muchos cambios en la seguridad del fútbol. ¿Qué evaluación hace de ese tema?
–Desde el punto de vista de la seguridad, la violencia bajó notoriamente. Hay que estar atentos y seguir trabajando. El tema de las cámaras de reconocimiento facial es una herramienta muy útil, porque la persona queda identificada y se la agrega a una lista. Todo va en camino a una mejora. En cuanto al tema de las entradas y la compra online, ha sido un proceso que se está desarrollando de a poco, porque al uruguayo le cuesta mucho aceptar los cambios. Creo que la gente se va a terminar acostumbrando, pero debemos alentar a facilitar todo. Hemos hablado con los clubes: o que se venda en todas las redes, o que se venda en una sola. Que el público no deba preguntarse quién es local para ver dónde comprar la entrada. Uno de los grandes desafíos que tenemos por delante es el de mejorar las condiciones para tener una mejor liga local, cuidar aspectos a los que no estamos acostumbrados.
–¿Vinculados al espectáculo?
–Tienen que ver con el espectáculo, con la imagen, con la promoción, con la difusión, con la forma de ir al espectáculo. Hay toda una estructura diferente a como estamos acostumbrados. Lógicamente, también se apunta a la mejora de la infraestructura. No podemos tener canchas de nivel europeo, pero deben ofrecer algunas comodidades mínimas que la gente exige. Necesitamos colaboración y discutir los temas con los protagonistas, que son las instituciones, a ver cómo nos ponemos de acuerdo.
–Hace algunas semanas, una asamblea general extraordinaria de la AUF no aprobó el nuevo Estatuto que exige la FIFA, que busca eliminar las asimetrías institucionales básicas en la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol). ¿Qué dificultades se plantearon?
–Se levantó un cuarto intermedio para el 6 de abril de 2018. Creo que estamos cerca. Hay algunos puntos en los que vamos a trabajar en estos meses. La dificultad es que cambia la estructura política en la historia de la AUF, que en la toma de decisiones siempre tuvo una vinculación directa con el profesionalismo. Esto implica abrir más el juego, como creo que corresponde, de manera que el profesionalismo siga teniendo preponderancia pero también el fútbol amateur tenga su espacio. Creo que ese es el mayor problema para que se demore la votación. En este tiempo se va a lograr un consenso para cumplir con este requisito.
–¿Ni bien se aprueba entra en vigencia?
–La entrada en vigencia está marcada por la aprobación del Ministerio de Educación y Cultura, que es la policía administrativa en materia de asociaciones civiles. Para FIFA rige en el momento que se aprueba, como asociación miembro.
–Dentro de este año movido, una de las apuestas fue la organización del mundial en 2030. ¿En qué etapa se está sobre eso?
–Hoy es la primera vez que veo una intención fuerte. Es imposible hacer este tipo de eventos sin voluntad política de los gobiernos. Juegan un papel preponderante con su apoyo en logística, en dinero y en la voluntad de llevarlo adelante. Después de la reunión de Buenos Aires con los presidentes Tabaré Vázquez, Mauricio Macri y Horacio Cartes, por primera vez quedó clara la intención de ir por este Mundial. En unos días hay una reunión que se va a realizar en Asunción para seguir alimentando la esperanza de proponer la candidatura oficialmente ante la FIFA. En primer lugar, hay que mostrar que estamos en condiciones de proponerla. Luego vendrá ese trabajo de lograr los votos para que sea adjudicado, y en ese ínterin habrá que demostrar que estamos capacitados para organizar.
–Cual fue la reacción ante la inclusión de Paraguay en la candidatura? Se dijo que Uruguay en principio no estaba de acuerdo con que así fuera.
–Somos muy especiales acá en Uruguay. Ahí hubo un problema de forma, pero en el fondo es un Mundial de 48 selecciones. Necesitás mínimo 12 estadios, y todos sabemos las limitaciones de Uruguay y de Paraguay. Argentina es el más grande, pero no es sencillo ni siquiera hacerlo entre dos países. El aspecto positivo es que la sede la Conmebol está en Paraguay, que hoy el presidente de la confederación es paraguayo, y esos son elementos para hacer fuerza en esa negociación política que hay que llevar adelante ante la FIFA. Lo que sí quedó claro es que el promotor de la idea es Uruguay, que fue el presidente Vázquez quien mencionó el tema por primera vez, en 2005, y eso les quedó claro a Argentina y a Paraguay. Uruguay es el impulsor; fue el primero en organizar y el primero en ser campeón. Por eso, con el presidente hemos hablado para la organización de la final. Obviamente, sería un sueño poder estar.
–Hace algunas semanas, surgieron rumores de la salida del actual Ejecutivo, a raíz del pedido de algunos clubes. ¿Cómo se maneja eso?
–Siempre hay rumores. Esa es parte de la historia de la AUF. Acá asumís y al mes hay rumores de que te vas. Lo miramos con normalidad, teniendo en cuenta que es nuestra realidad. Lo que no es normal es que eso verdaderamente pase, porque ninguna institución podría crecer. Es lo mismo que si en un club de fútbol a los tres meses hay un grupo de socios o de hinchas que hacen esfuerzos para sacar al presidente que salió electo. Si a mí me preguntan, le digo a ese club que hay que solucionar los temas internamente, sentarse con el presidente a ver cuáles son los problemas, pero no crear una inestabilidad política, porque es perjudicial para la institución. Ese es mi pensamiento. Nuestra realidad sí es normal. El fútbol acá es tan pasional, tan público, tiene tanta difusión... siempre surgen polémicas. En todos los años que hemos estado al frente de la AUF siempre nos hemos sentido firmes en nuestras convicciones y en nuestro camino. Hemos respetado y escuchado a todos, porque cada uno tiene su visión de los diferentes temas, siempre dentro de los estamentos y siempre debatiendo los temas donde hay que hacerlo. Las reuniones en las asambleas y con un nivel de discusión que eleve a la propia institución, no discutir por discutir o con otros intereses que a alguno le pueda interesar, sino por el fútbol en sí. De ahí surgen las grandes ideas. Hemos sido abiertos en ese aspecto. Tenemos una visión clara de lo que debe ser la institución; no es la única verdad, pero hay un pensamiento común con los compañeros del Ejecutivo: creemos que el rumbo de la AUF debe ser el que hemos transitado en defender los derechos que debemos defender, porque estamos convencidos de que es el bien de todas las instituciones y todo el fútbol.
–Pero constantemente surgen visiones opuestas o dirigentes que no están de acuerdo con algo.
–Acá tenemos una maldita costumbre de que somos chicos y a su vez estamos todos divididos; es al revés de como debería ser. El fútbol en Uruguay debe ser uno solo, desde el baby fútbol, pasando por las divisiones formativas, pasando por el fútbol del interior, por el amateur; es uno solo. Las instituciones profesionales no tendrían tantos buenos jugadores de fútbol si no trabajaran como lo hacen, pero tampoco si no existiera una base, como la hay, de niños jugando al fútbol en la Organización Nacional del Fútbol Infantil. He tratado de crear lazos con todos los estamentos del fútbol a nivel país, porque creo que nos hace bien, que le hace bien el crecimiento general. El fútbol profesional es el motor, es el que genera dinero y espectáculo, es el que debe tener preponderancia, pero es una gran cadena que tiene todos los eslabones enganchados, y no separados. Creo que desde la AUF debemos cultivar y estimular esa visión, porque es lo que nos va a hacer crecer a todos, crecerá el fútbol. Es una gran cadena que termina en el gran eslabón que es el fútbol profesional y las selecciones nacionales, pero no podemos descuidar esas bases que comienzan a tejer la cadena.
–¿No prefiere ir a relatar?
–[Ríe con fuerza] Me han hecho muchas notas y me han hecho relatar. Es una gran pasión que tengo. Al que le gusta relatar no se aparta nunca de ello. A veces, bromeo con mis hijos y hago relatos con la televisión. Fueron años muy lindos en esa profesión, pero también es complicada, dura y difícil. Me di el gusto de, por un ratito, soñar. Tal vez no logré llegar a lo máximo, pero pude hacer cosas lindas.