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Agustín Lucas durante una movilización de futbolistas frente a la Mutual. Foto: Andrés Cuenca

Abran paso que viene un tren

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En noviembre de 2016 los jugadores del fútbol uruguayo comenzaron un camino que conmovió las estructuras de la gremial que los nuclea. La bandera fue levantada por algunos a fines del año pasado e incorporada durante este año por la gran mayoría de los trabajadores de la pelota en la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). Porque el Movimiento Más Unidos que Nunca (MUQN) lo integran tanto los futbolistas de la Primera División como los de la Segunda División Profesional, que pertenecen a la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, pero además cuenta con el apoyo de aquellos que juegan en la Segunda B Nacional –la vieja C–, que por no ser profesionales no pueden integrar formalmente la Mutual.

El movimiento que comenzó hace más de un año fue coronado hace bien poco, en noviembre, con la salida de la Comisión Directiva de la Mutual encabezada por Enrique Saravia. Porque no haría falta aclararlo, pero en algún momento intentaron confundir los tantos: los futbolistas no estaban peleando en contra de su gremio, de la Mutual, sino que estaban defendiendo sus derechos como trabajadores y reclamando que no se sentían representados por quienes integraban la directiva de su propio gremio. En 2016 comenzó la revolución, pero el año que está a punto de terminar quedará marcado a fuego en la historia del fútbol uruguayo. Por las reivindicaciones de los futbolistas, por su manera de pensar, hablar y actuar, y por la claridad que tuvieron para moverse y convencer de lo justo de su lucha en un terreno que no estaba fácil.

El comienzo

El puntapié inicial para todo lo que vino después lo dieron los jugadores de la selección uruguaya, en agosto de 2016, con un comunicado que enviaron a los medios, a la opinión pública y a la AUF, en el que detallaban que no se estaba tomando real dimensión del valor que la selección tenía en el mercado. Eso encendió muchas cabezas y despertó interrogantes: ¿por qué nuestro fútbol era tan pobre cuando nuestra selección era tan importante a nivel mundial? Desde ahí en adelante nada sería igual. Santiago Bigote López y Agustín Lucas comenzaron con la consigna “Sin jugadores no hay fútbol” y “Respeten los salarios mínimos”. Entre pancartas que fueron censuradas por la televisión pero bien recibidas por los hinchas, movidas en los medios y en las redes sociales, se empezó a trazar este camino que en realidad llevaba casi tres años de lucha silenciosa, en reclamo por las malas condiciones del fútbol uruguayo, el pésimo estado de muchas de las canchas y los vestuarios, el agua fría y la falta de condiciones para ejercer el deporte en un fútbol que se dice profesional. “Estábamos dormidos” fue la frase con la que los jugadores graficaron sus sentimientos cuando empezaron a manifestarse decididamente en masa.

Terminó 2016 y se vino el verano, con las pretemporadas correspondientes en cada equipo, a principios de 2017. Y en febrero se escribió una parte fundamental de la historia: la primera movilización de los jugadores hasta la sede de la Mutual, la vieja casona ubicada sobre la Avenida Rivera. Lo histórico fue el hecho en sí. Un colectivo de trabajadores que pelea por sus derechos, sus condiciones de trabajo y el futuro del fútbol, identidad de Uruguay. Esa noche se entregaron 590 firmas y la marea futbolera caminó hasta la Mutual, entró y luego bajó por las escaleras para la foto del día y del año. Después, ya con el movimiento en marcha, vendrían operaciones desestabilizadoras por parte de la directiva de la Mutual y de las antenas parabólicas que tiene la empresa Tenfield, en su intento, vano, de quitarle legitimidad al reclamo de la enorme mayoría de los jugadores de fútbol de este país.

¿Un final?

El año fue largo y la movida de los futbolistas siguió al firme; hasta una denuncia penal recibieron por parte de su propia Mutual. Luego vendrían las pancartas mostradas por todos los planteles antes del comienzo de los partidos, el paro de actividades durante dos semanas y las negociaciones entre el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), la Mutual, la AUF, los futbolistas y la Secretaría Nacional del Deporte.

Los jugadores finalmente decidieron levantar el paro porque la directiva de la Mutual fijó la fecha para la asamblea por ellos solicitada. Pero la historia siguió sumando capítulos y la asamblea quedó trunca, porque los directivos de la Mutual se levantaron, se fueron y no cumplieron con los puntos a tratar. Sobre los recuerdos del año, el golero Michael Etulain hace un balance personal: “Es muy bueno, muy positivo todo lo que pasó. Si bien fue un año muy extenso y desgastante en cuanto al conflicto, tenemos la tranquilidad de que seguimos todos los caminos que correspondían, los caminos legales basados en el respeto. Esos caminos nos dieron la razón en muchos de los aspectos que nosotros planteábamos y que terminaron con la intervención del ministerio en nuestro gremio. Además, se lograron comprobar muchísimas irregularidades, que eran las que denunciábamos. Lo que más resalto es que fuimos reconocidos por la AUF, una situación que nos abrió un camino para empezar a cambiar el fútbol, que era lo que queríamos. Este último paso, el de la intervención del MEC, estaría dando lugar para tener un gremio que realmente defienda al futbolista”.

Su amigo y ex compañero danubiano Matías Pérez agregó: “El balance que hacemos de todo los hechos de este año es súper positivo, porque se creó una instancia, un lugar, un sitio de reconocimiento a nivel grupal entre selección y jugadores del fútbol local que no existía antes. También fue muy importante la comunión con la gente y la conciencia del futbolista de interesarse por lo que significa, por el valor que tiene nuestro fútbol. Y en lo personal, la alegría de conocer un montón de jugadores de otros equipos y trabajar en conjunto sin importar la camiseta. Eso ha sido lo más lindo; cuando estuvo difícil, seguimos luchando por nuestros derechos y terminamos dando un paso muy importante”.

Hace poco más de diez días se realizó una nueva asamblea entre los jugadores y los interventores de la Mutual. En noviembre el MEC, ante lo alarmante de la situación planteada, decidió intervenir y desplazó a las autoridades del gremio de futbolistas. Entonces a Saravia y al resto de la directiva no les quedó otro camino que tomar sus cosas e irse de la sede gremial. El detonante fueron las irregularidades que se dieron en la asamblea, unos días antes. Así, el movimiento Más Unidos Que Nunca consiguió lo que fue a buscar, la remoción de la directiva, pero había más: fueron reconocidos como colectivo por parte del Consejo Ejecutivo de la AUF que encabeza Wilmar Valdez. Ese reconocimiento oficial brindado por la entidad rectora del fútbol local ya lo tenían ganado ampliamente en la opinión pública, un factor sumamente importante en un conflicto como el que se planteó.

Acerca de la última reunión con los interventores, el capitán de Atenas, Carlos Keosseian, contó: “Ellos realizaron un balance de cómo encontraron la Mutual, detallaron los aspectos económicos y se habló de que hay irregularidades: por ejemplo, la directiva actuaba como si fueran empleados de la Mutual, y eso por estatuto no está permitido”. Matías Pérez agregó: “Nos presentaron los balances, estaban bien y los aceptamos. No estábamos de acuerdo con la gestión de la directiva. Había salidas de dinero sin recibo, muchísima plata y no había recibo, entonces eso nos dejó un poco nerviosos. En algún momento la nueva directiva que llegue va a tener que realizar una auditoría para ver qué pasó con eso. Los interventores nos comunicaron que había irregularidades en algunos servicios, contratos vencidos y montos que se estaban pagando hoy en día que no son los que figuraban en los contratos. Hay un vacío ahí que los interventores están tratando de resolver. Con respecto a las canastas, fueron gestionadas y las van a dar como se venía haciendo, pidieron –como se tiene que hacer– cotización de varias marcas y optaron por la mejor, incluso habrá un sorteo de dos televisores para los socios”.

El camino está por terminar. O recién empieza: “Pusimos una moción sobre los derechos de imagen y la Mutual: los jugadores vamos a negociar los derechos de imagen de forma colectiva para que los equipos no sigan negociándolos individualmente”, dijo Pérez. Lo que se viene es la gestión de una nueva Mutual y la convocatoria a una asamblea por parte de Marcelo Amorín, Andrea Martínez y Mariana Lacagno, los interventores que empezaron a trabajar el 16 de noviembre.

Este nuevo encuentro entre los jugadores y los interventores se realizará en febrero. La idea es intentar hacer algún cambio en el estatuto para regularizar el tema de los honorarios, entre otros asuntos. A partir de ahí, una vez que la situación esté medianamente regularizada, los interventores harán una convocatoria a elecciones, que se llevarán a cabo en marzo o abril.

Pasos a seguir

Con un comunicado dirigido a los clubes integrantes de la AUF, se informó la resolución que se adoptó en la asamblea de los futbolistas de la Mutual y la comisión interventora, el 22 de diciembre: “Solicitar a todos los miembros que todo acuerdo que comprenda los derechos de imagen de un jugador relacionados a un espectáculo deportivo o cualquier otro aspecto, no sea negociado, ni acordado, en forma individual por cada socio, sino en forma colectiva a través de la gestión de la Mutual. A tales efectos, cada socio remitirá a la Mutual una autorización expresa, escrita y con alcance necesario a los efectos de investir a la Mutual de las correspondientes facultades. Los socios se comprometen a cumplir con esta obligación, siendo personalmente responsables por su incumplimiento, ya que esta obligación es asumida en beneficio del colectivo de futbolistas de la Mutual”.

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