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Nicolás De La Cruz festeja el segundo gol a Argentina, ayer, en el estadio Atahualpa de Quito, Ecuador. Foto: Juan Cevallos, AFP

Arranque soñado

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Cuántas veces así: el rival juega mejor, pero la celeste logra sobreponerse. Ayer, con dos goles seguidos, el primero de Nicolás de la Cruz a los 37 minutos y el segundo de Mathías Olivera a los 40, Uruguay quebró el trámite adelantándose 2-0. La diferencia fue importante para el segundo tiempo, en que los chiquilines celestes lograron el definitivo 3-0 gracias al gol de Rodrigo Amaral. Buen comienzo de la selección de Fabián Coito, que pica en punta en el hexagonal final y larga con todo en la lucha por los cuatro lugares que clasifican al Mundial de Corea del Sur 2017. Previo al juego entre celestes y argentinos, Venezuela y Colombia empataron 1-1. La vinotinto comenzó ganando con un gol marcado por Yeferson Soteldo a los 35 del primer tiempo y los colombianos igualaron con un gol de penal convertido por Juan Hernández, prácticamente sobre el cierre del partido. Completando la primera fecha del grupo, en horas de cierre de la diaria jugaban Brasil y los locales, Ecuador. El hexagonal continuará el jueves con los siguientes encuentros: Colombia-Argentina a las 18.00, Uruguay-Brasil a las 20.15 y Ecuador-Venezuela a las 22.30.

Santiago Mele fue el arquero celeste; la línea de cuatro la conformaron José Luis Pumita Rodríguez, Agustín Rogel, Matías Viña y Olivera; en el centro del campo Rodrigo Bentancur y Carlos Benavídez conformaron el doble cinco, mientras que Facundo Waller, Nicolás de la Cruz y Amaral fueron por delante; arriba, como único punta, jugó Nicolás Schiappacasse. Apretado en las líneas, el conjunto celeste se paró bien y marcó mejor. Es verdad que Argentina tuvo el control del juego y la pelota, pero también es verdad que entre Mele y Rogel desactivaron todo accionar albiceleste. El defensa sacó todo por abajo y por arriba. Mele se jugó la ropa en la más clara de Argentina: desborde por la derecha con pase atrás, Marcelo Torres pateó cruzado y Mele voló para sacarla al córner. Como si fuera poco, luego de ese tiro de esquina, Mele intervino otra vez, salvando el cero celeste.

Una pelota dividida en la mitad de la cancha fue la causa de la jugada que cambió el partido. Se le fue larga a Tomás Belmonte y el argentino le metió un planchazo tremendo a Bentancur. Roja directa, Argentina reculó y Uruguay comenzó a dominar. Y para colmo, los goles: De la Cruz castigó con un gran tiro desde afuera del área y, minutos después, Olivera aprovechó la mala marca del defensa rival para definir cruzado el mano a mano con el arquero.

El segundo tiempo fue tirando a tranquilo para Uruguay. No porque Argentina lo haya querido, porque los albicelestes nunca dejaron de intentar acortar distancia pese al hombre de menos, sino porque los uruguayos supieron administrar la pelota, los espacios, las chances y hasta el aire, cosa no menor. Sin romper el orden, Uruguay esperó en la mitad de la cancha -una de las mejores formas de desgaste para partidos en la altura y para un rival que tiene un jugador menos-, y cuando no subió de forma escalonada sacó veloces contraataques por ambas bandas.

Como si fuera poco, otro gol: Amaral se coló entre los defensas y con un cabezazo poco ortodoxo, agachándose casi hasta su cintura, puso el 3-0, tanto que le sirvió para llegar a cuatro en su cuenta personal y quedar como uno de los goleadores del campeonato (al menos hasta el partido Ecuador-Brasil).

Al final la celeste cuidó los físicos. Primero salió Amaral y luego Bentancur, este un poco sentido. Lógico: en 72 horas hay clásico con Brasil. Vamos los pibes. La copa está preciosa.

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