Las selecciones uruguayas de voley playa ya cruzaron la cordillera y desde hoy participarán en la ciudad chilena de Coquimbo en la primera etapa del Circuito Sudamericano de Voley Playa (CSVP). Uruguay estará representado en damas por dos duplas: Lía Fortunati-Camila Bausero y Silvana Hernández-Catalina Simón. En el caso de los varones, participarán en esta competencia Marco Cairús-Mauricio Vieyto y Gastón Baldi-Lucas Moccelini. Ambos equipos están compuestos por seis jugadores. Pese a que sólo viajaron a Chile cuatro hombres y cuatro mujeres para participar en esta etapa, es posible que en otras instancias algunos de los representantes celestes roten. Quedaron fuera de esta convocatoria Emilia Altamirano, Rosina Elgue, Hans Hannibal y Leandro Fernández. El cuerpo técnico femenino está conformado por los hermanos Mateo y Santiago Pascale, con la coordinación de Guillermo Williman. El entrenador de la selección masculina es Gustavo Bermúdez.
En esta competencia, que se desarrollará en las arenas chilenas, las duplas celestes juegan de manera independiente, no como un equipo. La dupla uruguaya mejor posicionada será la que acumule puntos en representación de Uruguay para el ránking. Esto quiere decir que Uruguay 1 puede jugar contra Uruguay 2, como de hecho sucederá en ambas ramas. Así lo determinó el sorteo de los grupos. Las mujeres comparten el mismo grupo, junto con las dos duplas paraguayas, que también deberán enfrentarse entre sí. Ambas duplas masculinas integran su grupo con Colombia 2 y la única pareja de Venezuela. Tras la primera fase, avanzarán a la siguiente instancia las dos mejores duplas de cada grupo para jugar, en partidos de eliminación directa, los cuartos de final, las semifinales y la final.
El CSVP determina el ránking sudamericano, a partir del cual se obtienen clasificaciones para los grandes eventos. Este año, en particular, el ránking determinará los clasificados a los Mundiales de cada rama, que se disputarán a mediados de año durante el verano europeo. En 2018 se acumularán los puntajes obtenidos en el ránking de 2017 y 2018, para determinar los clasificados a los Juegos Panamericanos que llevarán a cabo en Lima en 2019.
El voley playa uruguayo tuvo representación en los anteriores Panamericanos, con una dupla masculina y otra femenina. Para este nuevo ciclo olímpico, ambos equipos están experimentando un recambio que afecta, sobre todo, al seleccionado femenino. Solamente Lía Fortunati cuenta con amplia experiencia previa en competencias internacionales. Mauricio Vieyto es el que tiene más roce internacional de los hombres, incluida su participación en los mencionados Panamericanos de 2015. Su compañero, Marco Cairús, es hermano de Renzo, quien años atrás formaba la dupla con Vieyto.
“Los recambios siempre son difíciles. Hay jugadoras nuevas que nunca han tenido este entrenamiento tan particular”, contó a la diaria el entrenador del plantel femenino Mateo Pascale. “Para este deporte se precisa mucha experiencia, muchos campeonatos jugados en la arena”, agregó. Por eso, esta primera etapa es una forma de empezar a conseguir la experiencia necesaria. Pese a los nuevos nombres, los objetivos siguen siendo ambiciosos. “La meta principal son los Juegos Olímpicos 2020. Después tenemos la chance de clasificarnos a un Mundial este año y a los Panamericanos en 2019. Tenemos en cuenta el recambio y sabemos que no va a ser fácil, pero confiamos en que este proceso nos va a permitir pelear por un lugar en Tokio”, concluyó Pascale.
Por su parte, los hombres tienen las mismas metas ambiciosas. “El objetivo hasta agosto es clasificar al Mundial de Austria y, más a largo plazo, llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio”, aseguró el Colo Vieyto a la diaria. Para eso es necesario formar dos duplas fuertes, ya que la clasificación olímpica se consigue por equipos, en un formato similar al de la Copa Davis en tenis, de carácter continental. “Estamos muy motivados y la que se formó es una buena selección, con gente joven y con buenas condiciones para poder llegar en forma”, remató.
La primera etapa del Circuito Sudamericano es para ellos la primera prueba en el camino. Más que como obstáculo, esta instancia servirá como trampolín, para medirse a nivel internacional y elevar el nivel de juego de cara a todos los desafíos que se vienen.