Boston River y Peñarol empataron 0-0 en el partido que cerraba anoche la segunda fecha del Torneo Intermedio. Los contendientes viven dos realidades distintas: Boston River venía de días, horas y tensiones de un viaje del que se trajo la clasificación a la segunda fase de la Sudamericana; Peñarol sumaba las bajas de algunos futbolistas que fueron convocados a la selección a sus permanentes expectativas de pelear campeonatos y de no perder pisada en la suma anual de puntos.
Las circunstancias del partido le podrían haber dado a Boston River la posibilidad de buscar su primer triunfo histórico ante los carboneros, pero no pudieron. Y se sabe que cuando no se puede ganar no hay que perder.
De igual a igual
No hubo sorpresas al inicio. Incluso para aquellos especialistas que usan el discurso exculpatorio de “nosotros a los equipos en desarrollo los vemos en contadas oportunidades porque siempre seguimos a Peñarol y Nacional”, la postura de Boston River no sorprende y se repite: sale a jugar los partidos de igual a igual, donde sea y como sea. Anoche, en otra edición de la noche más fría del mundo, no fue la excepción, y como Peñarol está siempre tratando de mirar el arco de enfrente, el dibujo inicial del juego fue atractivo y generó entusiasmo. El equipo de Leonardo Ramos tuvo un par de destaques iniciales y jugadas de casi gol en las que fue protagonista Junior Arias, con particular destaque en la segunda, en la que se metió en el área de Adrián Berbia y, tras un rebote inicial, generó una jugada de otro que tire y pegue. También en la tercera, en la que una pelota que le filtró Gastón Rodríguez lo dejó cara a cara con Berbia, que, otra vez brillantemente, evitó el gol.
Entre el minuto 10 y el 20, el juego se estableció cerca de la Ámsterdam, con Peñarol cercando a los rojiverdes. Boston River intentó moverse del sitio con su buen fútbol rápido y zafó con un par de geniales carreras de Bruno Foliados y su rica gambeta.
Una grotesca salida de tono de Gastón Rodríguez, que se tiró a barrer en una plancha contra Pablo Álvarez, significó su expulsión a los 26 minutos de juego. Ese hecho fue una variable importante. Ramos rearmó a los suyos, que estaban jugando con un esquema de 4-4-2, a un 4-3-1, lo que significó que Ángel Rodríguez estuviera en soledad como eje defensivo central para tratar de desbaratar las conexiones de ataque del rival.
Es que Boston tiene como riqueza a una oncena de futbolistas muy aplomados, tal vez sin brillos relumbrantes, pero que saben jugar a lo que juegan y a lo que va pidiendo el partido. Es un colectivo pensante que, a su medida, sabe manejar las situaciones. Sin apuro y sin asumir más riesgos que los necesarios, se apropió de la pelota para tenerla en campo rival y recargó el juego por la derecha, con la conexión entre Pablo Cepellini y Pablo Álvarez. Sin apuro, pero también sin alto grado de conexión ofensiva, Boston River apostó a su gusto, el de tener la pelota y buscar chances lejos de su arco. Al término del primer tiempo dejó la idea de que podría apropiarse del partido.
Liviano equilibrio
El segundo tiempo empezó con dos chances claras para Boston River, que con el ala derecha de Cepellini-Álvarez permitió que Foliados quedara dos veces frente al debutante Kevin Dawson.
Se repitieron los toques y las ideas ofensivas de los del Turco Alejandro Apud, y Dawson se lució ante un gran cabezazo de gol de Maxi Pérez.
Peñarol volvió a emparejar el partido, a pesar de que contaba con un jugador menos. Ramos decidió elegir el camino rápido, el del centro útil o el pelotazo largo, y entonces dio ingreso a Mauricio Affonso en lugar de Junior Arias. Apud también le buscó la vuelta desde el banco rojiverde, e indicó el ingreso de otros dos delanteros: Mauro Vila y Sebastián Mosquito Sosa.
Los intentos carboneros empezaron a ser más repetidos, sobre todo por las buenas conexiones de Lucas Hernández desde su puesto de lateral izquierdo –seguramente el mejor de los carboneros–, que puso pases azucarados para Rossi, después sustituido por Luis Urruti, y también para Affonso.
Por lo menos entre los seguidores había sensación de insatisfacción. Lo mismo ocurría en los cuerpos técnicos, descontentos por su incapacidad para resolver el partido a su favor.
Ya en tiempo cumplido, Ramos decidió poner a Nicolás Dibble, para ver si en los tres minutos de descuento lograba desnivelar, pero era previsible que el coloniense no pudiera hacer nada.
Quedó en eso, en el 0-0 que los deja en el liderazgo de la serie A junto con Defensor Sporting, todos con 4 puntos. Y poca cosa más.
La que viene
La tercera fecha del Torneo Intermedio fue fijada por la Mesa Ejecutiva, que definió que cuatro partidos se jugarán el sábado y otros cuatro el domingo. La etapa se abrirá el sábado a las 15.00 con tres partidos, Liverpool-El Tanque Sisley (estadio Belvedere), Juventud-River Plate (Parque Federico Saroldi) y Plaza Colonia-Fénix (estadio Alberto Suppici) y a las 18.00 la actividad sabatina se cerrará con el encuentro que jugarán Peñarol y Rampla Juniors en el estadio Campeón del Siglo. El domingo también se jugarán tres partidos a las 15.00, Defensor Sporting-Boston River (estadio Luis Franzini), Sud América-Racing (Parque Palermo) y Cerro-Danubio. Este último encuentro se jugará en el Parque Capurro, ya que los albicelestes están sancionados, y, además de no poder ser locales en su escenario, no podrán tener a sus hinchas en las tribunas. La etapa se cerrará el domingo a las 18.00 con el partido que disputarán Nacional y Wanderers en el Parque Central.