En un operativo que se llevó a cabo en la mañana de ayer en Madrid fueron detenidos por la Policía el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, su hijo Gorka y el vicepresidente económico de la entidad, Juan Padrón, quien es además presidente de la Federación Tinerfeña de Fútbol. Todos ellos están acusados, en una investigación encabezada por el juez Santiago Pedraz, de varios delitos económicos.
Villar, un ex futbolista vasco de 67 años de edad, es el presidente de la RFEF desde hace 29 años y hace apenas dos meses que había sido reelegido en el cargo por octava vez consecutiva. De acuerdo a la acusación realizada por la Audiencia Nacional, se le imputan manejos económicos ilícitos en favor propio y de su hijo Gorka, un abogado de 44 años que hasta el año pasado se desempeñó como director general de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).
De hecho, Gorka no ocupó cargo alguno dentro del organigrama de la RFEF. Su actuación en el ámbito del deporte se vincula con su profesión, ya que es un especialista en derecho deportivo. Gorka Villar llegó al cargo de director general de la Conmebol en 2012, bajo los auspicios del extinto dirigente argentino Julio Grondona, quien tenía una estrecha relación con Villar padre. Gorka permaneció en su cargo en la Conmebol hasta el año pasado, cuando fue destituido por el actual presidente, el paraguayo Alejandro Domínguez, en el marco de las reformas internas en la institución luego de los escándalos de corrupción que descabezaron a la entidad.
En la acción impulsada por la Justicia española también se investigan supuestos favores otorgados por Villar a dirigentes de federaciones territoriales para comprar sus votos y así garantizarse su continuidad en el cargo. Las tareas de investigación comenzaron hace varios meses e incluyen profusos registros de comunicaciones telefónicas entre Villar, su hijo y Padrón, en las que quedarían en evidencia las maniobras fraudulentas que se les imputan.
Ayer, en el marco de la operación, la Policía allanó varias oficinas de la RFEF en busca de información probatoria sobre las acusaciones formuladas, pero también se realizaron registros en las sedes de las federaciones de fútbol de Tenerife y Melilla.
Entre otras irregularidades, se responsabiliza a Villar de haber desviado fondos que ingresaron a la entidad por la realización de varios partidos amistosos, sobre todo a partir de 2010, cuando la consagración en el Mundial de Sudáfrica elevó muchísimo el cachet de la selección española. Se estima que algunos de estos partidos fueron promovidos por la empresa de marketing Sports and Advisers, cuyo único administrador es Gorka Villar, según informaron medios españoles, que agregaron que por ahora no hay una estimación del dinero presuntamente defraudado por Villar, quien es además uno de los vicepresidentes de la FIFA.
Villar es un personaje tremendamente controvertido, y sus sucesivas reelecciones han sido severamente cuestionadas desde varios frentes. Ha tenido fuertes enfrentamientos con varios gobiernos españoles, que criticaron su perpetuación en el cargo, y lo mismo ha pasado con las autoridades de la Liga de Fútbol Profesional, entidad que aun dentro de la RFEF funciona con autonomía organizando los torneos de Primera y Segunda División del fútbol español.
Si bien pasó sin sobresaltos el escándalo dirigencial que estalló dentro de la FIFA en mayo del año pasado, la detención de Villar no puede desligarse del efecto dominó que empezó con aquel episodio. Sin duda, los hechos de ayer marcarán el comienzo de una nueva era en el fútbol español.