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Leroy Gutiérrez es licenciado en Letras, tiene 41 años y nació en Caracas. Vino con su esposa, lingüista, y su hija, que entonces tenía un año, en diciembre de 2010. Trabaja como editor literario. Foto: Federico Gutiérrez

Derribando mitos: los inmigrantes (II)

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Vivimos rodeados de mitos y prejuicios que comienzan como un comentario y se transmiten de boca en boca hasta que terminan siendo un hecho para muchas personas. La llegada de las familias sirias y los ex reclusos de Guantánamo, así como algunos oleajes migratorios que ha recibido Uruguay en los últimos tiempos, generaron que los prejuicios sobre los inmigrantes y refugiados se manifiesten a viva voz. A continuación proponemos contrastar algunos de los prejuicios que solemos escuchar con más frecuencia.

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“Quitan puestos de trabajo a los uruguayos”

La creencia por parte de la población uruguaya de que la inmigración implica una pérdida de oportunidades laborales para la población nacional se puede constatar en la Encuesta Nacional de Actitudes de la Población Nativa hacia Inmigrantes Extranjeros y Retornados. Una de las razones principales de este rechazo es que 43% considera que la llegada de población extranjera implica una mayor competencia por los puestos de trabajo.

Sin embargo, Hein de Haas –profesor de Sociología de la Universidad de Ámsterdam y fundador del Instituto de Inmigración Internacional de la Universidad de Oxford– afirma que el relato sobre la inmigración está fundado en una serie de mitos que revelan una falta de conocimiento acerca del proceso migratorio. Es así que en su artículo “Mitos de la inmigración”, basándose en investigaciones realizadas, establece que la mayoría de la población inmigrante hace aquellos trabajos que las poblaciones locales rechazan o para los cuales carecen de las habilidades necesarias. A su vez, otros estudios –citados por Hein de Hass– demuestran que son las poblaciones inmigrantes que llegaron en generaciones pasadas, y que continúan en el mismo mercado laboral de salarios bajos que cuando recién habían llegado al país, los que ganan menos y tienen mayor dificultad para encontrar empleos debido a la competencia con los recién llegados.

Desajuste educativo de la población ocupada de 25-64 años

Con respecto a lo que dicen los estudios realizados en Uruguay, el artículo “Acceso y calidad del empleo de la inmigración reciente en Uruguay” (2016), realizado por Prieto, Robaina y Koolhas –investigadores del Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales, Udelar–, analiza las características de la inserción laboral de la población inmigrante llegada al país entre 2007 y 2015. El artículo concluye, en base a datos de la Encuesta Continua de Hogares, que la población inmigrante extranjera llegada recientemente enfrenta mayores dificultades de acceso al empleo que la población nativa no migrante con similares características de sexo, edad y educación, y sufren en mayor medida la informalidad y sobrecalificación del empleo. La inadecuación entre la educación alcanzada y las competencias requeridas para el puesto de trabajo es uno de los principales problemas que enfrenta la población de inmigrantes recientes, entre quienes la sobrecalificación llega a alcanzar 18% para los varones y 25,8% para las mujeres, frente a 6,6% para varones nativos y 5,8% para mujeres nativas.

Otra conclusión es que se observa una concentración en puestos de alta y media calificación de la población ocupada de origen extranjero, lo cual sugiere, según los autores, que a priori no habría competencia entre inmigrantes y nativos. Sin embargo, esto merece un estudio específico en el que se analice las ocupaciones de la población inmigrante con un mayor nivel de desagregación.

Asimismo, el análisis muestra que hay una complementariedad entre la estructura de ocupaciones de inmigrantes y población nativa, lo cual advierte los riesgos a la movilidad social que pueden enfrentar quienes están sobrerrepresentados en determinadas ocupaciones de baja calificación, que son también las más precarias. Aun así, de acuerdo a los resultados de la ronda 2010-2014 de la Encuesta Mundial de Valores, en torno a 70% de los uruguayos cree que se debe dar prioridad a la población nativa frente a la inmigrante en contextos de escasez de empleo.

Otras dimensiones a tener en cuenta son la informalidad del empleo y el acceso a este que tienen las personas inmigrantes, en las que se encuentran diferencias de acuerdo al país de origen. Las personas inmigrantes de origen brasileño y argentino son las más perjudicadas en el acceso al empleo. A su vez, las de origen estadounidense y brasileño son las más afectadas por la informalidad. En cambio, la nueva población inmigrante de orígenes latinoamericanos no se vio afectada en particular por los problemas de la informalidad y el acceso al empleo. En cuanto al acceso al empleo, la desventaja que tienen las personas inmigrantes frente a las nativas desaparecen con el tiempo. El riesgo a los fenómenos de la informalidad y la sobrecalificación no llegan a desaparecer con el tiempo, pero sí sufren una atenuación, aunque se mantienen en niveles superiores a los de la población nativa.

Por lo tanto, los estudios uruguayos muestran que la población inmigrante reciente sufre en mayor medida la sobrecalificación, informalidad y dificultades en el acceso al empleo que la población nativa. Con base en la observación de los puestos de trabajo que ocupan las personas inmigrantes, podría decirse que no hay competencia con las personas nativas. Si bien los datos nos son concluyentes, la creencia por parte de los uruguayos de que la población inmigrante aumenta la competencia por puestos de trabajo no tendría fundamentos empíricos.

* Estos artículos se trabajaron en un taller abierto organizado por CÍVICO y Amnistía Internacional Uruguay, llevado a cabo en la Facultad de Ciencias Sociales el 21 de agosto. CÍVICO es una organización de la sociedad civil dedicada a la participación ciudadana, la transparencia y la rendición de cuentas.

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