Luis Pacheco, fiscal de la causa que acusa al ex presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Eugenio Figueredo, solicitó una condena de seis años de prisión para el ex mandatario como autor de delitos de lavado de activos y estafa en la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol). Además, el fiscal especializado en Crimen Organizado demandó que sean computados dentro de la pena los años que Figueredo ha cumplido desde que lo detuvieran en Suiza en 2015.
Para Pacheco la situación y las pruebas son determinantes: el ex AUF y Conmebol, a fuerza de coimas y arreglos fraudulentos, se benefició económicamente en reiteradas ocasiones. Según el fiscal, Figueredo recibió coimas anuales por 1.600.000 dólares aproximadamente por parte de empresarios que poseían los derechos televisivos de los torneos que organizaba la confederación sudamericana. A su vez, en la misma solicitud se pide el decomiso de los bienes que se confiscaron y que provienen del lavado de activos. Cuando se lo detuvo, se calculó que el patrimonio de Figueredo ascendía a diez millones de dólares.
Si bien aún no se conoce la defensa que harán los abogados del ex jerarca del fútbol local e internacional, es probable que soliciten que dicha pena se cumpla en régimen de libertad condicional.
Vieja historia
Procesado en diciembre de 2015 por “delito continuado de estafa”, hace un buen tiempo Eugenio Figueredo goza de libertad provisional luego de más de un año de prisión domiciliaria. Y ríe, lógicamente, como en la foto.
Corría 2015 cuando sucedió el FIFAgate. En mayo, tras una denuncia y un pedido de captura de la Justicia de Estados Unidos, varios dirigentes fueron detenidos en Suiza, en el medio de la elección presidencial que se transformó en escándalo. Se destaparon sobornos en varios torneos de selecciones, coimas y más sobornos en los principales torneos de clubes sudamericanos y otro montón de irregularidades en la designación de los mundiales de Rusia 2018 y Catar 2022. Entre los detenidos estaba Figueredo. La Justicia estadounidense solicitó la extradición para juzgarlo, pero también “ganó” Figueredo: fue extraditado a Uruguay y procesado aquí.
En aquella ocasión Juan Gómez, por aquel entonces fiscal de la causa, declaró en su dictamen que “al ser evidentes los manejos indebidos de dinero en la Confederación [Sudamericana de Fútbol], y por los contratos que esta firmaba, al asumir como Presidente, procuró ‘legalizar’ [sic] la ‘plata dulce’ [sic] que se repartían en una red de corrupción, que lamentablemente azotó al fútbol Sudamericano, en impunidad que se ha mantenido durante décadas”.