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​Diego García, de Aguada, y Fernando Martínez, de Goes, anoche, en el Palacio Peñarol. Foto: Juan Manuel Ramos

Aguada ganó el clásico y quedó primero junto a Malvín

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Con un marcador de 76-63, Aguada se impuso a Goes y se subió al primer puesto de la Liga Uruguaya de Básquetbol. La gran figura del partido fue el mercedario Demian Álvarez, quien anotó 23 puntos, bajó cinco rebotes y robó tres pelotas. En Goes, por su parte, el máximo encestador fue Brian García con 16 tantos.

El primer cuarto fue favorable a Goes, que sacó un 10-0 de ventaja en el inicio. Luego, ajustando atrás y mejorando en el ataque, sobre todo en la circulación de la pelota previo a buscar el tiro, Aguada logró achicar la diferencia. De todas formas, tanto para un lado como para el otro fue un período con más imprecisiones que goles. Goes lo ganó con un marcador bajo: 14-9.

En el segundo cuarto Aguada dio vuelta el resultado: de perder por cinco pasó a ganar por la misma diferencia, 37-32. Hubo varias claves para que eso sucediera. El aguatero controló en la pintura a Rick Jackson, que no sólo aportaba goles, sino que también asistía cuando lo marcaban. Además, igual o más determinante que lo anterior fue el aporte que hicieron los suplentes de Aguada. Desde el banco llegaron a escena Diego García en la conducción –con buenos minutos jugando como doble base junto a Federico Bavosi– y el fraybentino Miguel Barriola, siempre intenso en la marca, y poco a poco la balanza fue cambiando de lado. Mientras la defensa rojiverde dejó clavado en 8 puntos a Jackson –todos hechos en el primer cuarto–, aparecieron los puntos de Demian Álvarez. El alero encontró su mejor desempeño en el pick and roll y cambió varias bandejas por gol.

Con lo demostrado en el cierre del cuarto anterior más el inicio del tercer período, Álvarez empezó a demostrar que estaba para convertirse en la figura del partido. Su juego se mantuvo tanto en la defensa como en el ataque, a lo que se sumaron los extranjeros Andrew Feeley y Jeremis Smith. Un escollo duro para Goes. Para colmo de males, uno de sus mejores defensores, el Pelado Vázquez, no entró desde el inicio porque tenía tres faltas desde el primer tiempo, y en el transcurso del tercer cuarto Alejandro Acosta llegó a la cuarta.

Goes perdió los hilos en el ataque y eso también incidió. Ya no hizo el juego mesurado de antes, tampoco pudo correr con la soltura inicial y se enloqueció por no dejar que Aguada se escapara en el tanteador. No hizo ni una cosa ni la otra. Cuando faltaban 2.15 el aguatero estaba arriba por 12 tantos, diferencia que estiró a 16 para cerrar el tercer cuarto 59-43. Con ese tramo de partido jugado, Álvarez ya llevaba convertidos los 23 puntos con los que cerró su planilla.

Clásicos son clásicos, y mirá si Goes iba a vender fácil la derrota. Todo lo contrario. Con más ganas que otra cosa, el misionero recortó distancias y a 4.36 minutos del final se puso 9 tantos abajo, lo que llevó al entrenador de Aguada, Fernando Cabrera, a pedir tiempo. Solicitó un minuto y tiró su mejor carta nuevamente a la cancha, porque a Álvarez le había dado descanso y no estuvo activo en la remontada de Goes.

Un hombre fue importante para controlar la embestida y cimentar el punto para Aguada: Federico Pereiras. Fue clave tanto por los puntos que marcó y que significaron margen de diferencia como por el momento en que los convirtió, esos pequeños instantes que quiebran partidos. Había rendido mucho en la defensa pero no tanto en el ataque. Buen jugador también es el que las pone cuando hay que ponerlas. Eso, sumado a todo el resto, fue clave para que el clásico y la punta se los quedara Aguada.

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