Por 134 votos a 65, la candidatura norteamericana para organizar el Campeonato Mundial de Fútbol de 2026 se impuso a la de Marruecos. El presidente del organismo, Gianni Infantino, declaró tras la decisión: “La FIFA le demostró al mundo que la elección de la sede del Mundial dejó de estar basada en los intereses económicos de funcionarios corruptos a los que sólo les interesa el dinero, y pasó a estar en manos de funcionarios honestos a los que sólo les interesa el dinero. El único factor que pesó fue el gigantesco tamaño de la economía norteamericana”. El plan inicial es que de los 80 partidos del certamen, 60 se disputen en Estados Unidos, diez en Canadá y diez en México, aunque esta distribución podría sufrir modificaciones. “Si bien no lo podemos decir oficialmente, el Mundial se disputará en Estados Unidos, Canadá y lo que quede de México para 2026, que todavía no se sabe exactamente cuánto será, porque entre los cárteles de narcotraficantes y Donald Trump, el futuro de esta nación es completamente incierto”, declaró un dirigente de la Federación de Fútbol de Estados Unidos.
En Uruguay, mientras tanto, las autoridades consideraron que el hecho de que se haya elegido a tres países americanos para organizar el Mundial de 2026 no disminuye las chances de que el de 2030 tenga lugar en el Cono Sur. “Tenemos 0 chances, y no hay nada más bajo que 0. Es una cuestión matemática”, reconoció un integrante del comité organizador de la candidatura conjunta de Argentina, Paraguay y Uruguay.