En la nueva explanada de la Facultad de Ciencias y disfrutando del sol, ayer terminó la Feria de Clubes de Ciencia de Montevideo, que había comenzado el jueves. Así como en la capital, desde hace dos semanas y hasta la próxima se están reuniendo las ferias de clubes de ciencia de todos los departamentos, una iniciativa del área de Cultura Científica del Ministerio de Educación y Cultura en conjunto con instituciones de educación formal y no formal, públicas y privadas.
Este año se superó el record de clubes de ciencia registrados en el ministerio: según explicó a la diaria Gustavo Riestra, director de Cultura Científica, hay más de 1.000 equipos registrados de 128 localidades de todo el país. Aunque no todos se presentan luego en las ferias departamentales, la cifra supera el hito alcanzado en 2017 de 835 clubes registrados. Los ganadores de las ferias departamentales se clasifican a la feria nacional, que será en noviembre.
El jueves y viernes expusieron 62 equipos de Montevideo en el hall de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República. Cada club tenía un stand, mostraba su proyecto usando un póster y lo explicaba ante los evaluadores, pero también a los estudiantes, docentes y funcionarios de la facultad o familiares y amigos de los involucrados que se acercaron a visitar la feria.
La mezcla es intergeneracional, ya que hay clubes de ciencia de diversas categorías: abejitas es la de niños de tres a cinco años, colibrí, la de niños de primer a tercer año de escuela, cardenal, la de cuarto a sexto de primaria, churrinche la de ciclo básico, chajá la de segundo ciclo, ñandú para quienes tienen formación terciaria, tero los que tienen formación universitaria, y hornero para personas que no estén inscriptas en un ámbito de educación formal. En Montevideo, este año, hubo desde abejitas a chajá; los más chiquitos fueron del CAIF Ventura, del Cerro. Este año, según comentó Mary Enrich, gestora de Cultura Científica de Montevideo, también participó un club de ciencia de estudiantes privados de libertad, de la comunidad educativa del ex Comcar, que el jueves expusieron su investigación.
Los proyectos son sobre las áreas científica, tecnológica y social, y surgen a partir de las inquietudes de los participantes. Las temáticas son muy variadas: hay muchos sobre huertas, plantas, compost, reciclaje, y también otros con impronta social, con temas como acoso, violencia o cine. En Montevideo, por ejemplo, estudiantes de la escuela Suecia, de Palermo, presentaron un proyecto para elaborar nuevas mezclas de té a partir de las plantas aromáticas de la huerta; la escuela del Anglo investigó sobre la pesca indiscriminada en Uruguay; los niños de la escuela y centro educativo asociado 183, de Carrasco Norte, mostraron cómo confeccionar un horno solar; la escuela 319, de Casavalle, expuso sobre las plantas carnívoras y su potencial para ahuyentar insectos, y los adolescentes del centro juvenil El Anhelo, de Barrio Sur, se preguntaron si los jóvenes son conscientes de los mensajes violentos que tiene la música rap. Riestra, que ayer participó en la feria de Durazno y ha estado recorriendo las de otros departamentos, comentó que en términos generales hay muchos proyectos sobre el entorno social de los niños y jóvenes, “situaciones cercanas a lo que transitan a diario”, y también hay mucha preocupación sobre los temas ambientales: materiales en desuso, reciclaje o agua, por ejemplo.
Si bien a nivel nacional la participación de instituciones públicas es mayor a la de privadas, en Montevideo la proporción es bastante similar, informó Enrich, con el matiz de que a nivel de primaria es mayor la participación de escuelas públicas que privadas, tendencia que se invierte en el nivel educación media, donde son mayoría los privados. Enrich mencionó, además, que en los últimos años se ha logrado “que se arraigue más la metodología de aprendizaje basado en proyectos”, y que los clubes de ciencia, en estos 32 años de historia, tienen cada vez más presencia en la educación formal.
Todos los equipos que participaron jueves y viernes se llevaron una mención sobre algún aspecto en el que se destacaron, y 11 clubes recibieron menciones especiales, que son las que permiten clasificarse a la Feria Nacional de Clubes de Ciencia. Este año, la 32ª edición de la feria será en Maldonado, entre el 7 y 10 de noviembre. Unos 200 clubes de ciencia de más de 90 localidades de todo el país lograron pasar a la etapa final, en la que compartirán la experiencia con clubes de ciencia de Panamá, Colombia y Paraguay.
Durante el acto de clausura de la feria, Patricia Píriz, del área de Cultura Científica del MEC, valoró el “muy buen nivel de los trabajos” de los equipos. Ana Vásquez, asistente académica de la Facultad de Ciencias, destacó que los clubes de ciencia, “además de despertar vocaciones científicas, muestran lo que es el trabajo en ciencia, la creatividad, la curiosidad, la respuesta a preguntas que nos afectan a todos como personas y como sociedad”. “Ojalá que, en unos años, podamos darles la bienvenida a algunos de ustedes como estudiantes”, invitó.