El gobierno de Estados Unidos ratificó la tasa del 10% de aranceles a las exportaciones de Uruguay, tras vencer el plazo para fijar los aranceles anunciados en abril durante el llamado “Día de la Liberación” para la mayoría de los productos extranjeros que ingresan a ese país.
Uruguay está incluido en la tasa universal impuesta a “las mercancías de cualquier socio comercial extranjero” que no figura en uno de los anexos del decreto firmado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el que se establece que los aranceles comenzarán a regir el jueves 7 de agosto para “los bienes ingresados para el consumo o retirados del almacén para el consumo”.
En estos últimos cuatro meses, el plan arancelario de Trump desató una guerra comercial, provocó incertidumbre y desencadenó innumerables negociaciones. En su momento, el anuncio de la tasa para Uruguay motivó reuniones entre autoridades del gobierno e incluso un encuentro del ministro de Economía, Gabriel Oddone, con la embajadora de Estados Unidos en Uruguay, Heide B Fulton.
Oddone consideró que si bien el escenario de protección es negativo en términos generales, podría traer oportunidades “en la medida en que los aranceles no son simétricos entre países y Uruguay quedó entre los países con el menor nivel de arancel introducido”. En tanto, el gobierno valoró como positivo que la madera estuviera incluida en la lista de los productos exonerados de estos aranceles.
Por su parte, el presidente Yamandú Orsi señalaba en los primeros días de abril la necesidad de “ejercitar la inteligencia diplomática”, aunque reconocía que el Mercosur no había sido de “los más perjudicados” por la tasa del 10%. Sin embargo, ante la imposición de un arancel del 50% a la mayoría de los productos brasileños –en medio de la intención del presidente Luiz Inácio Lula da Silva de no ceder ante la presión de su par estadounidense–, Orsi afirmó este jueves que observa con preocupación el panorama.
Aranceles del 50% a Brasil: oportunidad con riesgos
Consultado por la diaria, el doctor en Relaciones Internacionales Ignacio Bartesaghi consideró que el mantenimiento de la tasa del 10% es una buena noticia, teniendo en cuenta que la situación empeoró para muchos otros países desde abril, por ejemplo, Brasil. “Uruguay se quedó quieto en el 10% y los otros, a partir de los acuerdos cerrados con Estados Unidos, o a partir de las definiciones que subieron para algunos 40 países al 15% o al 30% los aranceles, Uruguay no está en un mal escenario y hasta mejora sus condiciones de acceso relativas a Estados Unidos”, señaló el experto.
En esa línea, el decano de la Universidad Católica Business School, Marcos Soto, coincidió en que Uruguay fue de los “menos castigados” por el plan arancelario, lo que puede generar algunos espacios de oportunidad ante el desplazamiento del comercio. No obstante, los expertos apuntaron a ser cautos en la lectura de los impactos que puedan darse, porque “podrían ser de muy corto aliento y rápidamente revertirse la situación”, sostuvo Bartesaghi.
En el caso de Brasil, si bien a priori Uruguay podría verse favorecido en términos de competitividad, señalaron que es necesario monitorear la evolución del real brasileño, ya que una eventual depreciación podría abaratar a Brasil, lo que representaría un problema para Uruguay. “Primero porque su producción se abarata en el mundo, y si esa producción compite con la nuestra, se podría abaratar; y también nos complica la diferencia cambiaria por la sencilla razón de que si Brasil se abarata en términos relativos con Uruguay, Uruguay se encarece, permanece más caro y podemos tener mayores dificultades para colocar nuestra producción”, explicó Soto.
Otra posible complicación radica en los mercados a los que Brasil intentará dirigir los productos que ya no puede exportar competitivamente a Estados Unidos, y en los que podría desplazar a Uruguay, como por ejemplo, China. El riesgo es que la ventaja que Uruguay pasará a tener en el mercado estadounidense pueda llegar a ser “un juego de suma cero”, sostuvo Soto. Aunque matizó en que Uruguay compite más por calidad que por cantidad, a diferencia de Brasil. Ferber acotó que puede darse alguna situación en el mercado interno también ante la entrada de carne brasileña más barata.
Para el presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Rafael Ferber, “es un momento de oportunidad” para Uruguay, en el que es “importante aprovechar las virtudes, las ventajas y el prestigio” que ha tenido históricamente el país en relaciones exteriores. Consideró que Uruguay tiene que intentar “sacar ventaja en el mercado americano” –el principal comprador de carne– para mejorar las condiciones unilateralmente.
Soto también se refirió a la posibilidad de que alguna empresa radicada en Brasil se vea atraída a realizar algún tipo de proceso productivo en Uruguay para continuar vendiendo sus productos a Estados Unidos. “Quizás lo podamos ver a mediano plazo cuando efectivamente las tasas se terminen por consolidar y haya empresas que tengan la intención de seguir exportando a Estados Unidos y lo hagan vía Uruguay y no vía Brasil”, afirmó.
Por otro lado, en relación con los posibles impactos en el Mercosur, Soto analizó que, ante la creciente tensión con Estados Unidos, es probable que Brasil busque “profundizar su acercamiento a los BRICS” y orientarse hacia esos mercados. Esto “podría generar mayores tensiones dentro del bloque o forzar una mayor apertura, lo que sería positivo”, señaló.
En torno a la tensión entre los gobiernos de Brasil y Estados Unidos, Ferber consideró que Uruguay tiene que manejar su posición “con mucho cuidado, con profesionalismo”, como hasta ahora lo ha hecho, para “no quedar de ninguno de los dos lados del mostrador”. “Tenemos que mantenernos neutrales en el mundo para poder venderles a todos de la mejor manera”, señaló.
Consultado sobre alguna línea de trabajo con el gobierno, el presidente de la ARU manifestó la necesidad de “ir a negociar en este momento” para venderle a Estados Unidos aprovechando las complicaciones de Brasil. “Es el momento de hacerlo, pero eso se hace sin grandes titulares. Se debe ir a trabajar profesionalmente desde Cancillería y es el momento”, afirmó.
Por último, Bartesaghi consideró que el “riesgo que más golpea a Uruguay” es que Estados Unidos no respete las normas de comercio, algo a lo que los países chicos “siempre tienen que arraigarse”. “Estados Unidos está, de cierta forma, cambiando las reglas de juego del comercio internacional, y en eso los chiquitos suelen ser los que más pierden”, sostuvo.