El domingo 21 muchas personas alrededor del globo postergamos horas de sueño para poder ver el eclipse total de Luna que le confirió una tonalidad rojiza. Probablemente nuestro satélite nos fascina desde que nos levantamos sobre nuestras dos piernas y comenzamos a caminar de forma erguida. Investigadores de la Universidad Rice sumaron ahora una razón más para extasiarnos con la contemplación de la esfera blanca que llena el cielo nocturno: la violenta colisión de un planeta del tamaño de Marte con el protoplaneta Tierra, que hizo que una parte se desprendiera y formara la Luna, habría sido la causa de la llegada del carbono, el sulfuro y el nitrógeno, elementos sin los que la vida en nuestro planeta no hubiera podido tener lugar.
Como bien dicen los autores en su artículo “El estatus de la Tierra de único planeta que soporta la vida es el resultado del ritmo y el mecanismo de entrega de carbono (C), nitrógeno (N), azufre (S) e hidrógeno (N)”. Sin embargo, aún no estaba del todo claro cómo y cuándo la Tierra, que en su etapa de protoplaneta tenía un núcleo rico en hierro y un océano de magma pobre en carbono, nitrógeno y azufre, se hizo de estos elementos como para que su corteza y atmósfera tuvieran las condiciones observadas en la actualidad y en el registro geológico. El mundo científico estaba dividido entre aquellos que pensaban que estos elementos podrían haber llegado en su mayor parte con la colisión de un planeta del tamaño de Marte que coincidió con el evento que formó la Luna, mientras que otros sostenían que estos elementos habrían llegado después del evento de formación lunar.
En el trabajo de geoquímica llevado a cabo para ver cuál de estas teorías era la más acertada, los investigadores combinaron experimentos a alta temperatura y presión en el laboratorio –para observar las reacciones que se dan en el núcleo planetario– con casi 1.000 millones de simulaciones que les permitieran determinar cuál sería el escenario más factible para que nuestro planeta tuviera la relación carbono/azufre observada en el presente. Tras los experimentos realizados, los investigadores encontraron que “toda la evidencia –las firmas isotópicas, la relación carbono/nitrógeno y las cantidades totales de carbono, nitrógeno y azufre en el manto de silicato terrestre previo a la diferenciación de la primera corteza– es consistente con un impacto creador de luna que implica a un planeta del tamaño de Marte con un núcleo rico en azufre”.
Más allá de la importancia que tiene este trabajo para entender la vida en la Tierra, los científicos de la universidad estadounidense dicen que entender mejor el origen de los elementos esenciales para la vida en la Tierra podría tiene implicaciones que van más allá de nuestro Sistema Solar: “Este trabajo sugiere que un planeta rocoso parecido a la Tierra tiene más chances de adquirir los elementos esenciales para la vida si se forma y crece a partir de impactos gigantescos con planetas que han recolectado distintos elementos, tal vez de diferentes partes de un disco protoplanetario”. Por lo pronto, ahora al mirar el cielo y ver la Luna que una vez fue Tierra, es un consuelo saber que la separación no fue en vano: sin aquel choque violento, los elementos para que la vida proliferara no habrían llegado, o lo hubieran hecho a destiempo.
Artículo: “Delivery of carbon, nitrogen, and sulfur to the silicate Earth by a giant impact”.
Publicación: Science Advances (enero de 2019).
Autores: Damanveer Grewal, Rajdeep Dasgupta, Chenguang Sun, Kyusei Tsuno y Gelu Costin.