“El Ñandú en la Vía Láctea” es el nombre de la foto que este 20 de junio personas curiosas de todo el globo pueden ver en la galería “Imagen astronómica del día” del sitio de la agencia espacial estadounidense, la conocida NASA.
La imagen está compuesta por una foto tomada por el fotógrafo uruguayo Fefo Bouvier y, a su izquierda, la misma imagen intervenida por Alfonso Rosso. En el texto de la NASA que acompaña la imagen se pregunta a quien navega por la web si ha visto al ave en la Vía Láctea. “Más allá del hombre en la Luna, el cielo nocturno está lleno de historias, y las culturas a lo largo de la historia han proyectado algunas de sus leyendas más perdurables sobre las estrellas y el polvo en el cielo. Generaciones de personas ven estos íconos celestiales, escuchan sus historias asociadas y las transmiten” señala el texto de la NASA.
“Aquí se muestra no sólo un segmento de la banda central de nuestra galaxia, la Vía Láctea, sino, según el folclore de varios pueblos nativos de Uruguay, el contorno de un gran ave llamada Ñandú. Además, la huella de Ñandú está asociada al asterismo de la Cruz del Sur”, prosigue el texto. “En primer plano, en silueta, una estatua de María Micaela Guyunusa, mujer indígena del pueblo charrúa que vivió en el siglo XIX y perdura como símbolo de la resistencia colonial. La imagen compuesta fue tomada a mediados de abril en Cabo Polonio, Uruguay, con el océano Atlántico de fondo”, termina la descripción de la imagen.
A principios de este año, la ciencia enriqueció lo que conocíamos del cielo de nuestros antepasados. Como comunicáramos en una nota anterior, una investigación arqueoastronómica llevada adelante por Camila Gianotti, Nicolás Gazzán, Cristina Cancela y Moira Sotelo, investigadores del Laboratorio de Arqueología del Paisaje y Patrimonio del Uruguay (Lappu) de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación y del Centro Universitario Regional del Este (CURE) de la Universidad de la República, junto a César González-García, del Instituto de Ciencias del Patrimonio de España, tras analizar cinco conjuntos de cerritos de indios de entre 2.000 y 4.000 años, reveló que estaban orientados de tal forma que los puntos más cercanos al horizonte de la Cruz del Sur coincidieran con el recorte de los cerritos en la línea del horizonte. ¿Y qué tiene que ver el ñandú en todo esto?
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Resulta que lo que nosotros llamamos ahora la Cruz del Sur, para los pueblos que habitaron este territorio era también un asterismo. Pero en lugar de andar viendo cruces, nuestros antepasados veían allí la huella de un ñandú. Pero no sólo esto, a este “ñandú estelar” se le sumaba otro, el “ñandú lacteal” que puede observarse al mirar las zonas oscuras de la Vía Láctea. Este último ñandú es el que Alfonso Rosso delinea en la magistral toma de Fefo Bouvier. Las orientaciones de los cerritos de indios, propone el artículo científico de Camila Gianotti y sus colegas, permitirían observar al ñandú en su punto más cercano al horizonte en los solsticios en los tiempos que aquellas construcciones oficiaban de ajetreado punto de encuentro de los pueblos de la zona.
Tras la salida del artículo, Camila Gianotti se contactó con el astrofotógrafo Fefo Bouvier para invitarlo a participar en un proyecto al que se presentaría el grupo de investigación arqueoastronómica. La charla se extendió durante un rato y se dio en el momento justo: Bouvier estaba partiendo al Cabo Polonio. Ese mismo día, buscó al ñandú en el cielo y lo retrató. Su ojo sensible permite ver el cielo que vieron nuestros antepasados hace miles de años. Ahora que lo sabemos, y más aún con el solsticio de invierno en puerta, ¿verdad que vale la pena salir a buscar al ñandú que desde hace siglos nos mira desde la Vía Láctea?
- Mirá la galería de la NASA: https://apod.nasa.gov/apod/ap230620.html