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Viñedos en Colonia (archivo, febrero de 2024).

Foto: Ignacio Dotti

La temprana producción de vides y vino practicada por los portugueses de Colonia del Sacramento

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Investigar a partir de referencias muy poco precisas sobre el cultivo de la vid y de la producción de vino en la Colonia del Sacramento portuguesa resulta una tarea ardua y demandante.

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Al abordar este asunto resulta necesario acudir a los trabajos del historiador Alcides Berreta Curi, quien relata cómo la vid ingresa en tiempos de la colonia. Señala que “la proximidad de Buenos Aires pudo sugerir que las primeras variedades de uvas uruguayas provienen de la aclimatación de cepas de aquella localidad” y recuerda que Domingo Ordoñana, “desde las páginas de la revista de la Asociación Rural del Uruguay, se inclinó por este origen al señalar que las primeras vides y olivos cultivados en el país lo fueron en Soriano, Espinillo, Víboras, Camacho, Calera de las Huérfanas”. No obstante, el historiador también apunta que “quizá fueron mayores las posibilidades [de que pervivieran] las cepas de origen portugués, traídas por los primeros colonos que afincaron en la fortificada Colonia del Sacramento”.

El posible cultivo de la vid en Colonia del Sacramento se transforma en una certeza a la luz de los aportes realizados por otros historiadores. En efecto, con documentos que han ido apareciendo, podemos afirmar que el cultivo de la vid y la producción de vinos se realizaba en la colonia portuguesa, Nova Colonia do Sacramento, a fines del 1600.

Los diferentes gobernadores portugueses tuvieron mejores y peores desempeños al mando de la ciudad. El historiador brasileño Paulo Possamai señala que fueron bastante difíciles los primeros años que siguieron al restablecimiento, en 1682, del dominio portugués en Colonia. A las restricciones del gobierno de Buenos Aires que procuraba impedir el contrabando y la explotación del ganado salvaje, que abundaba en la campaña, se agregaba la corrupción generalizada que marcó el gobierno de Cristóvão de Ornelas de Abreu (1683-1689). La situación mejoró considerablemente con las siguientes administraciones de Francisco Naper de Lencastre (1689-1699) y de su sucesor, Sebastião da Veiga Cabral (1699-1705), con el incremento del poblamiento y la explotación de las riquezas pecuarias de la Banda Oriental.

El historiador coloniense Sebastián Rivero Scirgalea reseña la situación del poblado en 1692: la población ascendía a 1.000 habitantes, “dentro de la ciudadela se encontraba la plaza de armas, el almacén, la casa del gobernador, la de los religiosos, la Iglesia, el cuerpo de guardia y polvorín y los cuarteles de la infantería”. Asimismo, señala que fuera del recinto se levantaban unos 100 ranchos de paja y barro donde habitaban los colonos.

Naper trató, por todos los medios, de estimular el contrabando con Buenos Aires, para así procurarse la plata potosina. Esto condujo a una queja del Cabildo y a un bando del gobernador Robles en 1691 en contra del comercio clandestino. En 1694 remite 6.000 cueros que rindieron 2.600 cruzados en Río de Janeiro. Con más caballadas piensa que podrán faenarse hasta 25.000 cueros anualmente. Las cosechas de trigo y la instalación de un molino en el Arroyo de La Caballada permitieron que ofrezca harinas a Brasil. Además, también había plantado viñas, aptas para la industria del vino.

Aparece aquí una referencia datada: en 1694, en Colonia, había plantaciones de viñas. Este dato se precisa más, cuando Naper de Lencastre, en una carta fechada el 10 de enero de 1694, se dirige a la Hacienda Real y justifica las ventajas y conveniencia de conservar Colonia del Sacramento.

Escribe el gobernador: “El clima es tan saludable que aquí nunca ha habido una fiebre maligna y extremadamente rara... La tierra fértil de todos los frutos de España, muy apto para vinos, porque a los 2 años las vides empiezan a dar frutos, como lo he experimentado”.

Naper está diciendo que había plantado viñedos en Colonia en 1692. El sucesor de Naper, Sebastião da Veiga Cabral, alaba las tierras de Colonia diciendo que podían abundar en cultivos, viñedos, huertos y flores de Europa, además de producir la mayor cantidad de frutas en Brasil, según señalan los documentos relevados por los historiadores.

Los gobernadores siguientes, y el mismo Antônio Pedro de Vasconcelos (1722-1749), también hacen referencia al cultivo de la vid en Colonia del Sacramento.

¿Dónde se cultivaba la vid en Colonia del Sacramento, en intramuros o extramuros?

Una referencia a la instalación de los franciscanos en Colonia nos da pistas. Los franciscanos se instalaron en Sacramento por invitación del gobernador Francisco Naper de Lencastre, quien en 1697 escribió al provincial franciscano de Río de Janeiro pidiéndole enviar religiosos a Colonia. Para residencia de los frailes, ofrecía una finca no muy grande, lejos de la fortaleza, que, según el donante, tenía dos fuentes, abundancia de pastos, un huerto, viñedos y dos casas de madera y ladrillo revestidas de tejas. Dijo que ya había cosechado 1.600 fanegas de trigo de las tierras cercanas a la finca y, para garantizar el sustento de los religiosos, también donó 200 vacas, 400 ovejas y una cantidad no especificada de cerdos, conejos, palomas, bueyes y carretas. Esta chacra se denominó Quinta de Santo Antônio. Todo indica que extramuros había cultivo de vides.

En este plano de la Plaza de Colonia del Sacramento de 1773 de Tomás López de Vargas Machuca (1731-1802), geógrafo y cartógrafo español, aparece la capilla de los religiosos de San Francisco con la letra S y en las cercanías (letra R), quintas y huertas, lo que nos permite inferir que allí había también viñas.

¿Se obtendría vino a partir de las uvas de esas viñas? Los jesuitas y los franciscanos que habitaron Colonia necesitaban vinos para oficiar misa.

El antropólogo Daniel Vidart dijo al respecto: “Los portugueses asentados en Colonia cultivaron los campos aledaños, en los que sembraron maíz, trigo, hortalizas, árboles frutales y vides. El gobernador Francisco Naper de Lencastre le envió al rey, a pocos años de fundada la ciudad, vinos de alta calidad. Y cosa poco conocida: los agricultores de la Colonia destruida por Cevallos, que fueran desterrados a los faldeos andinos de Cuyo, desarrollaron una primicial vitivinicultura que inauguró la futura riqueza de Mendoza y San Juan”.

A partir de estas evidencias, podemos afirmar que el cultivo de la vid y la producción de vino, en Uruguay, se originó en la Colonia del Sacramento gobernada por los portugueses.

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