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Jair Bolsonaro, presidente brasileño y Paulo Guedes, ministro de Economía, en Palacio Planalto, en Brasilia.

Foto: Evaristo Sa, AFP

Mediante un decreto, Bolsonaro incluye actividades religiosas entre las esenciales durante la pandemia de coronavirus

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Las casas de lotería también podrán seguir funcionando.

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Mediante un decreto publicado este jueves en el Diario Oficial de la Unión, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, incluyó a las iglesias y templos religiosos en la lista de “servicios públicos y actividades esenciales” que pueden continuar con su funcionamiento en forma normal durante el aislamiento social determinado a causa de la pandemia del coronavirus. Además de “las actividades religiosas de cualquier naturaleza”, las casas de lotería también podrán seguir ofreciendo sus servicios al público.

Ambos casos ya habían sido defendidos por el mandatario ultraderechista durante una entrevista televisiva que ofreció al canal SBT la semana pasada. Durante esa intervención, Bolsonaro afirmó: “Yo creo que los pastores van a saber conducir sus cultos. Él va a tener conciencia –ya sea padre o pastor–, entonces si la iglesia está muy llena va a saber lo que decir”, afirmó el mandatario, que agregó que la garantía de la libertad de culto es un derecho en Brasil.

Según informó la revista Veja, las actividades religiosas habían sido limitadas en los últimos días por medidas adoptadas por gobernadores. En San Pablo, el estado más poblado del país, el gobernador João Doria había recomendado la suspensión de cultos religiosos y misas, algo que encontró resistencias de algunos líderes de congregaciones pentecostales, sumamente populares en todo el país.

Uno de ellos fue el pastor Silas Malafaia, líder de la Asamblea de Dios Victoria, cuya sede está en la ciudad de Río de Janeiro pero tiene tres filiales en San Pablo. Malafaia, un ferviente bolsonarista, había afirmado: “Mientras haya transporte colectivo en funcionamiento mi iglesia estará abierta. Ningún gobernador o alcalde puede cerrar mi iglesia, solamente la Justicia. Los templos son un reducto de fe y esperanza para la población”.

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