De acuerdo a cifras oficiales, las muertes atribuidas a la covid-19 en todo el territorio estadounidense superan ya las 100.000, y es por lejos el país más afectado por la pandemia. En total, las personas que perdieron la vida que estaban infectadas con el virus son 101.305, en tanto que el total de personas que contrajeron la enfermedad desde que se declaró el primer caso, hace cuatro meses, son 1.730.136.
Según consignó The New York Times, la cifra de muertes atribuidas a la covid-19 supera a la de todos los conflictos militares que tuvo el país desde la Guerra de Corea. La cifra es muy similar a la de las muertes ocasionadas por la pandemia de gripe de 1968 y se acerca a los 116.000 fallecimientos que generó otro brote gripal en 1957.
Si bien el número de nuevos casos y de muertes está en proceso de disminución, los expertos advierten que cuando se levanten las medidas restrictivas puede haber un nuevo repunte, por lo que la actual pandemia está en camino de convertirse en el peor desastre de salud pública más mortífero del país desde la pandemia de gripe de 1918, en la que murieron alrededor de 675.000 personas.
Los estados del noreste son los más golpeados, en particular Nueva York, el distrito más afectado. Se han reportado disminuciones en nuevos casos en los últimos días, y el ritmo de muertes ha bajado en todo el país en los últimos días. Sin embargo, aún hay un número importante de personas infectadas en varias grandes ciudades, incluidas Chicago y Los Ángeles, y paralelamente los diagnósticos positivos aumentaron en los estados de Arkansas, Carolina del Norte y Wisconsin.
La mayoría de los estadísticos y expertos en salud pública, entre ellos Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas y epidemiólogo de referencia del gobierno que encabeza Donald Trump, afirman que la cifra de muertes es probablemente mucho mayor que los recuentos oficiales.
Según expresan fuentes médicas, muchas personas que no se realizaron el test de diagnóstico están falleciendo en sus casas y también en hogares de ancianos, y además a principios de este año algunas muertes que seguramente se debieron a la covid-19 no fueron debidamente diagnosticadas y, por lo tanto, quedaron fuera del recuento oficial.
La superación de la cifra simbólica de los 100.000 fallecidos se produce en medio del debate que está generando una investigación realizada por la Universidad de Columbia, en la que se establece, de acuerdo a un modelo estadístico, que se podría haber evitado la muerte de aproximadamente 40.000 personas si el gobierno hubiera impuesto medidas de distanciamiento social más tempranamente.